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Historia de un divorcio
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Shindo nunca fue alguien codicioso, haber nacido en cuna de oro le había permitido saber lo que era tener absolutamente TODO a sus pies. Sería extraño para el decir que en algún momento sintió que estaba estancado o frustrado, al menos eso fue antes de saber que había sido comprometido.

Mentiría si dijera que le dio importancia desde un comienzo,  pero, realmente en aquel momento solo estaba en aquella reunión preliminar porque para el era natural hacer lo que su familia le pedía, suponía que era lo mínimo si quería seguir teniendo una vida acomodada. Como alfa, era realmente importante para el tener decendencia que pudiese seguir heredando la fortuna familiar, así que, veía una lógica detrás, aunando que era hijo único.

Recordaba vagamente los sillones de terciopelo, aquella sala de estar de colores neutros, pero jamás, nunca, a Izuku Midoriya,  el omega que había entrado.

—No nos vamos a casar.

Era lo que le había dicho, y el quiso suponer que era porque Izuku aún era un estudiante de bachillerato en aquel entonces.

—Para eso obviamente esperaremos a que me gradué de la Universidad,  tranquilo tus padres y mi tío han planeado todo.

Escucho la risa contraria y eso le deleito.

—No me estas entendiendo. Estoy enamorado de alguien más.

Sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. ¿Acaso el estaba haciendo el ridículo? Jamás se lo permitiría.

—Oh, yo igual. Pero solo cumplo con esto por mis padres, ya sabes, a veces debes dejar de ser una maldita perra consentida y hacer lo que debes.

Tal vez eso no era lo que quería decir, pero admitía que aquel rechazo lo había ofendido, resultando aquellas palabras como un vomito verbal por los nervios.
—Si bueno, la perra mimada quiere dejar de serlo porque tiene algo que tu no, y se llama valor.

Dicho eso el peliverde había salido de la habitación.

Después de eso no supo más de él,  no hubo más reuniones, aunque las solicitó. También escucho varias veces a su tío gritando al teléfono. 

Cuando la noticia de que su boda se retrasaría le llego se sintió ofuscado,  ¿Realmente no tendría una boda? Le molestaba, ¿En serio sería rechazado cual basura? ¿El? NO, no podía permitirlo.

Rogarle a su tío por no cancelar la boda había sido tan humillante...

Sin embargo, tras un tiempo todo había valido la pena, cuando vio al chico frente a el en aquella oficina notarial. Le notaba decaído y algo demacrado ¿Pero eso realmente importaba?

Por supuesto que no. Después de todo, el podía tener lo que quisiese.

Cuando supo que Izuku ya no quería tener hijos se sintió terriblemente decepcionado, no tuvo más que obligarlo. Sabía que el otro no lo perdonaría pero eso no lo detuvo.

Izuku siempre diría que fue incersión de esperma, pero el sabía que no había sido así, el había hecho algo por ellos, por su matrimonio.  Izuku podría tomar terapias después.  Lo importante era tener a su heredero...

Pudo ver a un Izuku renuente los primeros meses, que lloraba pero supuso que se terminaría poniendo feliz. Grave error.

Jamás se imagino verse a sí mismo en el hospital escuchando que aquel aborto había sido provocado por el omega.

Se sintió ofuscado y con una rabia interna que jamás había vivido. Izuku le ayudaba a experimentar nuevas cosas, se preguntaba si eso era el amor.

Porque el lo consideraba así.

Aquella noche jamás se olvidaría de cómo la blanca piel del peliverde se tiño de tonos rojizos, purpuras y toques verdes mientras el desquitaba cada parte del enojo que guardaba en si.

—Te prometo que estaremos bien.

Le susurro mientras se agachaba a su altura para despues darle un beso, pudo sentir la sangre del otro batirlo al contacto, pero no le importo, tampoco el dolor cuando el otro lo aparto con un golpe en la mejilla.

—Te odio, vete.

Escuchar aquello no fue grato, pero esperaba que todo algún día se le pasaría al contrario. Si... ya se le pasaría.

Porque el sería el único y último alfa de Izuku. Se encargaría de eso.

Salió de la habitación, aún debía encargarse de unos pendientes, además le daría tiempo a su querido para calmarse.

Aunque aquella paz y superioridad sólo le duró unos años, incluso despues de que ya le había "perdonado" al contrario lo del bastardo que tuvo con aquel perdedor de la preparatoria, nunca,   jamás imagino que Izuku le pediría el divorcio...

Y peor aún, jamás se imagino que aquel joven le prometiera que no volvería,  y que se aseguraría de que pagará por todo lo que le había hecho.

¿Hacer que? Se preguntaba,  lo único que había hecho era probarle su amor, su devoción, simplemente,  había velado por tener una familia...

PERO NO IMPORTABA, EL SABIA, SABIA QUE IZUKU ESTABA EXAGERANDO, YA VOLVERIA, NO SERIA PARA SIEMPRE...

Tal vez solo era un plan,  algo, cualquier cosa... ya que ya no podía tener a su heredero, tal vez, solo tal vez, Izuku al fin quería hacer algo por el...

Si, eso debía ser. No le daría un heredero de sangre pero, le daría un heredero. Izuku también quería que funcionara... aquello lo hacía tan feliz, que no esperaría a contárselo a su suegro para que todo el proceso se acelerará.

El esperaría a Izuku y aquel pequeño bastardo, que muy pronto, se volvería su cachorro, uno que haría a su imagen y semejanza.

ALFAS BOBOS 💚 KATSUDEKU 🧡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora