Jungkook era una persona dedicada y siempre muy decidida.
Apenas se graduó de secundaria entró a la universidad y se inscribió a la carrera que sabía que quería. A los 16 ya estaba cursando el primer semestre de producción musical.
Había estudiado mucho y se había dejado la vida en ello, Taehyung había sido testigo de su esfuerzo y el primero en escuchar casi todos sus trabajos y sus padres de todos los cursos avanzados que pagó para adelantar o mejorar en muchas de sus materias.
Gracias a ese esfuerzo, ahora, a los 23 años, ya tenía una carrera y un trabajo estable que amaba como productor en una compañía que iba creciendo.
Su música, al igual que el mismo, se caracterizaba bastante por su estilo.
La música de Jungkook era... como sufrir, pero de la manera más hermosa posible.
Eran letras tan reales, duras, que describían la verdad sobre la vida y el amor de las personas, narradas con las palabras y las melodías más hermosas del mundo.
Nadie podría adivinar aquello comparándolo con su porte y estilo.
Kook amaba el estilo y tenía uno muy marcado.
Le gustaba la ropa negra, los diseños simples y la ropa ancha o, al contrario, la ropa igualmente negra pero muy ajustada y llamativa como sus grandes botines militares que lo acompañaban a todas partes.
Juntos era una combinación perfecta.
Un estilo fuerte, pero un alma tranquila y tranquilizadora, como su olor a chocolate y hojas secas. Era una tarde de otoño. Fuerte, pero destinado a dar paz y a ser disfrutado lentamente.
Le gustaba que su trabajo, casi al cien por ciento, se basara en demostrar quién era además de su estilo.
Sus compañeros, y los artistas en su mayoría menores que él lo respetaban de todas las maneras, como jefe y amigo.
Cuando supieron que volvería de sus vacaciones estaban más que felices.
Todos en la sala se levantaron para recibirlo.
Jungkook entró con sus grandes botas contra el suelo, un pantalón negro ajustado y una simple camiseta gris de gran tamaño. Pero en lugar de cargar el gran bolso que llevaba a todos lados, traía una manta verde pastel en sus manos y acurrucada contra su pecho, una pequeña bebé que observó a todos con curiosidad.
Su cabello que crecía día con día estaba atado en una colita alta, Taehyung había dicho que parecía una palmera, así que lo adornó con un gancho con la figura de un coco en él.
Se movió junto con Camile cuando ella movió la mano en todas direcciones para saludar, como le habían enseñado.
La sala quedó muda y el aplauso que iban a dar murió.
Hasta que alguien gritó al fondo.
— ¡PERO QUE BONITO CACHORRO ESTÁ SALUDANDO!
Si Jungkook fuese celoso, que no era... para nada... absolutamente no.
Lo habría estado de Camile en el momento en que su bienvenida se convirtió en una pelea de quien la tenía más tiempo, quién la podía hacer reír y a quien prefería ella.
Hubo una clara ganadora entre todos cuando Camile, hastiada de tantas manos, gateó hasta Hyuna y le rogó que la llevara con Jungkook pero que no la soltara.
— ¡Jungkook tu bebé me ha elegido!
Todos rieron, él incluido.
Jungkook podía acostumbrarse a tenerla con él si alegraba así el ambiente.
Esa tarde, el alfa llegó más animado que de costumbre. Taehyung sabía que había tenido un buen día, él mismo lo había sentido durante toda la tarde también. Un calor agradable en el pecho que lo consumió cuando Jungkook lo abrazó al llegar.
— ¡Todos estaban enojados con Hyuna y a Camile le hacía gracia! Era tan divertido. En la tarde estaba en medio de una grabación y no se quiso despegar de ella, incluso bailaba con la música, era tan linda. El director preguntó si podía salir en el video incluso y Hyuna suplicó y suplicó y suplicó...
— Y tú la dejaste porque eres débil...
Jungkook se sonrojó y habló por lo bajo.
— ¿Quieres ver las fotos que le tomé?
Taehyung río.
— Por supuesto que quiero cariño.
Casi lo habían olvidado cuando el video salió, Camile apareció en él unos cuantos segundos. A mitad del video siendo besada en la mejilla por Hyuna y riendo. Y moviéndose y aplaudiendo al ritmo de la canción al final junto a los créditos.
— Parece gustarle bailar. – Taehyung estaba más que feliz de decir esas palabras.
— Si, en unos años debería estar en su propia academia.
— Si, cuando pueda mantenerse en pie sola y decir su nombre tal vez la inscribimos.
Taehyung se estaba riendo pero un pensamiento hizo a Jungkook fruncir el ceño.
Se obligó a negar con la cabeza alejando los pensamientos intrusivos.
No iba a ocupar su cabeza en algo que no fuera su familia ahora mismo.
Ninguna pareció notar que en los créditos salía junto al nombre de los bailarines "Jeon Camile."
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Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 Taekook
FanfictionEl día que la puerta volvió a sonar Taehyung estaba dispuesto a escuchar la explicación de Jimin antes de preguntar. Pero la parte de él que regresó no podía dar explicaciones, no tenía respuestas, no tenía la culpa y no podía cuidarse sola.