Jungkook estaba volviendo del trabajo más temprano que otros días.
Esa tarde lo había dejado más que agotado y era su propia culpa por haber dormido poco la noche anterior, pero también era culpa de su jefe por haber adelantado las fechas y haber hecho a toda la empresa correr de arriba hacia abajo durante toda la semana.
Agradeció estar volviendo a pie; donde hubiese ido en auto, apenas se sentara habría caído rendido en el acto; soñaba con llegar para acostarse en su cama y dormir un buen rato junto a su pareja y el pequeño cachorro que le daba tanta paz.
Cada paso más cerca de casa era un respiro fresco.
Caminó el último trayecto por la calle trasera, el atajo que tenía para acortar camino, y así poder entrar directo a la puerta trasera de la casa, dar directo con la cocina y beber algo fresco. Esa puerta era una de sus cosas favoritas de esta casa.
Meter la llave en el ojal sacó de él un suspiro de alivio. Abrió la puerta y entró, cerrando con doble llave como siempre.
— Taetae, ya llegué. — Anunció mientras colgaba su mochila a un lado de la puerta y abría el refrigerador.
Recibió como respuesta un "Bienvenido a casa" que lo hizo sonreír de la voz su maravilloso novio, sin dudarlo volteo hacia él para deleitarse con su imagen.
Taehyung era una bola de manchas, cabello despeinado y ojos cansados. Jungkook pensó que se veía hermoso. Con su pijama aún puesta, la pequeña Camile en su brazo izquierdo y un recién nacido en el brazo derecho.
— Maldición otro niño. — Antes de darse cuenta tenía mochila de regreso en su mano y estaba vaciando todo el contenido del refrigerador en ella.
— Ay no otra vez... – Taehyung susurró para sí mismo. — ¡Jungkook basta! — Detuvo a su novio justo antes de que este vaciara un litro de yogurt dentro de uno de sus zapatos. Era capaz de hacer eso. — No es nuestro.
Jungkook se detuvo en el acto y terminó de beber lo que sea que haya tenido en la mano. Jugo de piña saboreó después.
— ¿No?... ¿Me lo prometes?
Si tuviera alguna mano libre habría golpeado su propia cara, o sostenido el puente de su nariz para sostener la vergüenza ajena que le daba a veces su propio novio.
— Es de Jin y Nam hyung cariño. Ahora regresa la carne al congelador por favor.
Jungkook parpadeo estupefacto.
—Debiste aclarar eso primero. — Murmuró sacando la comida de sus bolsillos y devolviéndola a su lugar.
— Haces lo mismo cada vez. Hiciste lo mismo el día en que nació. – Le acusó el rubio comenzando a ver la gracia en una situación tan absurda.
— No es cierto.
— ¿Ya olvidaste lo que pasó ese día?
"Flash Back"
— Otra vez perdón chicos.
— No hay problema hyung, sabes que nos encanta estar contigo.
—Pero, es que...
— Pero nada. — Respondió Jungkook entrando a la habitación con un plato con galletas. Interrumpiendo la décima queja de su amigo. — No te preocupes. Es agradable tu compañía y nos encanta ayudar con él o ella también.
El alfa dejó el plato sobre el sofá y aprovechó para acariciar el un poco abultado vientre del omega mayor. Jungkook sintió algo chocar contra su mano y sonrió ante la mueca del omega mayor.
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Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 Taekook
FanficEl día que la puerta volvió a sonar Taehyung estaba dispuesto a escuchar la explicación de Jimin antes de preguntar. Pero la parte de él que regresó no podía dar explicaciones, no tenía respuestas, no tenía la culpa y no podía cuidarse sola.