24. Heroína

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Quedarse a dormir junto con sus amigas, prácticamente sus primas, era la actividad favorita de Camile sin duda.

Soonie tenía tres años más que ella y ya era una niña grande, pero aun amaba jugar con ella y con Jisoo, y las niñas menores la amaban por eso.

Usualmente se turnaban para quedarse todas juntas en la casa de alguna. Y no era por tener preferencias, pero la casa de los padres de Jisoo siempre fue su favorita.

— ¡Mi papá va a cocinar hamburguesas para hoy! – Jisoo se emocionó de más al gritar. Pero justo después les susurró. — Y nos hizo galletas. Él no quería que supiera pero yo lo vi. Así que shhh.

Las tres niñas se cubrieron la boca para mantener el secreto. Y fingieron muy bien cuando Namjoon les dijo que les tenían una sorpresa.

— ¡Haces las galletas más ricas del mundo tío Jin!

— Gracias Soonie, ángel.

Jugaron un buen rato en el patio trasero a las atrapadas, a saltar y cuando se cansaron, Camile les mostró unos pasos de ballet que su papá Tae le había mostrado.

Las dos pequeñas omegas aplaudieron junto con los adultos que justo habían salido en el momento. Camile hizo una reverencia y Jin sintió que iba a morir de ternura. Era tan parecida a Taehyung que dolía.

Las tres se dieron un largo baño en la bañera hasta que sus manitas se arrugaron por completo, pero al menos la princesa sirena había completado su misión. Y una vez llegada la noche, con sus pijamas puestas, alargaron la hora de dormir lo más posible. Cuando Jisoo cayó, las mayores decidieron seguirla también.

— Espera ¿Escuchaste eso Unnie?

— ¿Qué Mile?

Entre la oscuridad, la pequeña alfa se sentó en la cama. Podía escuchar unos golpes muy pequeñitos en el suelo pero no sabía muy bien que era. Soonie honestamente no podía escuchar nada. La niña de cuatro años se levantó con cuidado y encendió la luz.

— No hay nada Mile

— No. Si hay algo. Estoy segura.

Por su ruido, Jisoo se volteó y se sentó. Despertando con un puchero y los ojitos cansados.

— ¿Por qué la luz?

Soonie la hizo callar un momento y la hizo escuchar. Ahora sí que escuchaba algo, Camile tenía razón.

— Viene bajo la cama. – Dijo la pequeña alfa y se agachó. – ¡Mira unnie, lo veo!

Soonie se bajó de la cama y se agachó junto a Camile. Debajo de la cama la observaban dos pequeños ojitos temerosos.

Jisoo estiró el cuello apenas lo suficiente para ver a sus primas.

— ¿Qué es Unnie?

— Es... ¡Es un ratón! – Soonie se levantó de un salto y volvió a la cama para gritar. Llevándose a Jisoo con ella que también se asustó mucho.

Ambas niñas gritaron tanto que los adultos llegaron corriendo en menos de veinte segundos.

— ¿¡Qué pasa!? ¿¡Quien está herido!?

Tanto Seokjin como Namjoon levantaron a las niñas que corrieron hacia ellos, revisándolas en busca de heridas. Pero todas estaban bien.

— ¿Qué pasa?

Fue Camile la que respondió

— Hay un ratón y Soonie Unnie se asustó.

Namjoon dio un paso atrás ante la palabra. No podía con los roedores, realmente no.

— ¿Jinie?

— No sé. Podemos intentar con la escoba...

— ¡No papi, no le hagamos daño! – Jisoo negó a pesar de estar aferrada como nunca al camisón de Namjoon.

Estaban intentando maquinar una solución, pero Camile lo tenía resuelto.

Agarró la caja de cereal que habían estado comiendo antes de irse a dormir a escondidas... ahora no tanto. Y la dejó acostada en el suelo. Haciendo una seña de silencio con las manos.

Por sí solo el animalillo corrió y se metió en la caja oscura.

Namjoon apenas aguantó el chillido que quiso dar.

La pequeña alfa cerró la caja rápido y la levantó con cuidado.

— ¡Listo! Hay que ir al patio y dejarlo ir.

— ¿Dónde aprendiste eso?

— En la tele tío Jinie.

Seokjin empezaría a prestar más atención a lo que veía su hija de ahora en adelante.

Todos fueron al patio trasero juntos. La pequeña alfa llevó la caja con cuidado entre sus manos hasta el final del patio, lejos de todos los demás.

— Voy a abrirla.

Soonie escondió la cara en el cuello de su tío Jin para no ver.

La pequeña alfa se arrodilló abriendo la tapa e inclinando la caja.

El pequeño animalito se asomó muy lentamente, temía salir, sin embargo, a Camile no le dio miedo darle un pequeño toquecito para que el roedor terminara de salir y corriera más allá de la cerca de la casa.

—Listo, se fue.

— ¿Si? – Namjoon entrecerró los ojos, no podía ver mucho con tan poca luz.

— Si, yo lo vi.

Soonie separó un poco la cabeza de su tío.

— ¿Ya no está el ratoncito?

Camile negó con la cabeza mostrándole también la caja vacía. Jisoo fue la primera en celebrar.

— ¡Mile salvó al ratoncito! Bájame papi.

Los adultos dejaron a las niñas en el suelo y ellas se impulsaron hacia adelante, abrazando a su amiga.

— Camile salvaste a ese ratoncito y a Soonie Unnie y a mí, no tuviste miedo ¡Eres mi heroína!

Namjoon lamentó no traer ninguna cámara con él para capturar la escena tan linda de Camile con la carita roja de vergüenza mientras Jisoo y Soonie la abrazaban.

Ni siquiera iban a regañarlas por comerse el desayuno a escondidas.

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No soy buena dejando notas finales, pero uso este espacio para preguntar
¿Que les parece esta historia? ¿Les gusta? ¿Es buena la manera de escribir?

Y para el spam ¿Ya leyeron mi OS entre piedra y piedad? Es mi orgullo, ahora, junto con esta historia✨

Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora