4. No será por mucho ¿No?

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— Entonces, veamos si entendí todo. — Dijo Yoongi caminando en círculos alrededor de los muebles.

En el suelo, uno a un lado del otro y sentados frente al sofá, estaban Taehyung y Jungkook.

Mientras Taehyung observaba a su amigo dar vueltas en busca de respuestas, Jungkook seguía mirando como la pequeña intrusa abrazaba su tan preciado oso de peluche.

Hoseok, por su parte ya no los miraba a ellos, se concentraba en acunar a la pequeña bebé que aparentemente se había enamorado de él, pues sólo se calmó por un rato cuando el pelirrojo la alzó. Soltando un olorcito dulzón de alegría.

Leche dulce. El olor de un pequeño bebé que aún no había desarrollado uno propio.

Hoseok estaba recordando alegremente la época en la que su propia hija era así de pequeñita, antes de que su olor natural se hiciera presente.

Ahora con tres años, su olor a menta fresca y piña era el gobernante tanto en ella misma como en toda su casa. Era la mezcla perfecta entre su propio olor y el de su esposo. Un olor refrescante como una bebida fría en un día caluroso.

¿A qué olería Camila cuando creciera?

¿Sería un olor tan dulce como su padre omega?

— Resumiendo. — Dijo Yoongi, atrayendo las miradas otra vez. — Suponemos y, obviamente, confirmamos que la razón por la que Jimin desapareció a mitad de... todo. Fue para tener un bebé sin que nadie se enterara. — Todos asintieron en respuesta. — Y suponemos, por la nota, que eso le causó algún... problema o algo así y por eso la dejó aquí.

— Es todo lo que sabemos y la mitad son suposiciones, sí.

El mayor de todos se detuvo, apoyando las manos en la parte baja de la espalda.

— ¿Intentaron llamar al viejo número de Jimin?

Taehyung soltó un único "ja" absolutamente sin gracia y Jungkook apuntó a la esquina más alejada del salón. Aún no habían levantado los trozos destrozados de su ex teléfono local.

Taehyung lo habían arrojado y pisoteado una y otra vez después de la llamada número 327. Contaron cada una de ellas.

» — Tomaré eso como un sí...

— ¿Van a ayudarnos verdad? — preguntó Taehyung.

— Claro que los ayudaremos pequeño. – Lo tranquilizó Yoongi con una gran dulzura, una sonrisa de emoción apareció en la cara de Taehyung. — Pero no vamos a cuidarla por ustedes. — La sonrisa desapareció.

— ¿Qué? ¿Entonces qué vamos a hacer?

Taehyung se levantó de su lugar, enfrentando a Yoongi quien tuvo que subir la mirada para poder observarlo a los ojos.

— ¿Qué crees que es lo que tienes que hacer?

El omega menor se tomó un minuto completo solo para respirar y calmar su ruidosa mente. Se dejó caer sobre el sofá y Yoongi inmediatamente se sentó a su lado.

Taehyung se apegó a él, siendo consolado por el olor tan tranquilizador de su amigo. Subió los pies al sofá abrazándose a sí mismo y se dejó caer sobre el hombro del mayor.

— Supongo que, como me la dejaron a mí, entonces es mi responsabilidad ¿No? – Yoongi asintió en respuesta. – Pero no me gusta... No la quiero aquí hyung.

— Lo sé... Eso lo sé. — El pálido acarició el cabello rubio de su amigo, barriendo y frotando sus dedos fríos contra su piel y entre las cerdas. Se sentía bien. Como casa. – No será por mucho tiempo Taehyung ¿No?

Yoongi no quiso hacer más preguntas. Taehyung era abierto con ellos, con la gente cercana a él y todos ellos sabían que un cachorro abandonado no era para nada una historia nueva para el omega.

– No puedo creer que hiciera eso...

Se mantuvieron allí un buen rato. Solo ellos dos. Con las mentes ocupadas en distintos puntos, pero aun así, juntos.

Cuando se hizo tarde y Taehyung al fin se alejó, Yoongi se levantó, tomó sus cosas y se dirigió a la puerta.

— Taetae. – Ambos se enfrentaron, mirándose nuevamente a los ojos. Sus ojos decían mucho más de lo que salía de su boca. – Si quieres mi consejo. Yo creo, que sí puedes evitar que pase lo mismo, así sea por un tiempo, deberías hacerlo. No dejes que viva eso. No será por mucho.

Solo se dio cuenta que había quedado solo cuando Jungkook entró nuevamente a la casa y la bebé que cargaba lo trajo de regreso a la tierra con su llanto. Ni siquiera se había fijado en que él ya no estaba, debió haber salido con Hoseok en algún momento de su conversación con Yoongi.

— ¿Estás bien Tae?

Iba a responder que sí, pero sería una mentira.

— No... no lo sé.

Miró al pequeño bebé, con la cara enojada y roja por el llanto.

No sería por mucho ¿No?

Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora