20. Pasitos

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— ¡Bebé entiende que no puedes comerte mí teléfono!

Jungkook se rió negando con la cabeza. Ese era al menos el décimo comentario de Taehyung sobre el mismo tema.

Al parecer, Camile se negaba a dejarse cambiar y solo quería morder un teléfono.

No le sorprendía, la niña llevaba varias semanas queriendo morder todo lo que encontrara. Los controles, los platos, los muebles, sus manos...

Se levantó de su silla con el siguiente chillido de Taehyung, era momento de ayudarlo, sin embargo, él apareció en su visión antes de que tuviera tiempo de ir por sí mismo a la otra habitación.

Taehyung había callado sus quejas físicamente, cubriéndose la boca con las manos, con los ojos más abiertos que nunca. Jungkook no sabía que pasaba pero él también estaba sintiendo la emoción.

Taehyung apuntó hacia abajo mientras saltaba en su mismo lugar.

— ¡Papi!

Camile corrió hacia él, corrió, con sus propias piernitas, hasta chocar contra su pierna. Sacudiendo el que reconocía como el teléfono de Tae en su pequeña mano.

Estaba huyendo para que no se lo quitaran.

— Oh Diosa luna... Acaba de caminar hacia mi ¡Taehyung, ella acaba de caminar hacia mí!

El omega saltó tan alto como podía (muy, muy alto) sin poder contener la emoción.

De nada le sirvió su huida cuando Jungkook la levantó y le quitó el celular para poder llenarle la cara de besitos a la pequeña, haciéndola retorcerse de la risa. No perdió tiempo para tirar a Taehyung junto a ellos también y darle un gran beso lleno de risas y dientes.

»— ¡Ella lo hizo Tae!

Ambos jóvenes celebraron como pocas veces.

Jungkook se arrodilló y dejó a Camile de pie firme en el suelo retrocediendo unos pasos, Taehyung lo imitó adivinando lo que quería hacer.

— Vamos Camile, camina hacia quien tú quieras. No hay problema cariño.

La pequeña dudó, levantándose sobre la punta de sus pies y volviendo a bajar un par de veces, pero tomó su decisión al final, dirigiéndose hacia el omega con los brazos hacia el frente.

Taehyung chilló y la recibió para poder sacudirla de lado a lado.

— Dios ahora sí que voy a tener que limpiar todo si ella va a estar corriendo y alcanzando las cosas.

— ¡Vamos a tener que poner seguros en las gavetas!

Camile ni siquiera entendía por qué tanta euforia, pero estaba feliz de recibir tantos mimos.

Los jóvenes volvieron a su altura y se sonrieron, disfrutando de sus miradas y su silencio juntos. Diciéndose muchas cosas sin decir nada.

Camile aprovechó la distracción para tomar el aparato en sus manos y alejarse otra vez.

— Oh... Tae.

— ¡Ella está robando mi teléfono otra vez!

— ¿Quieres que la regañe?

— ¡Quiero que la grabes, Jungkook!

Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora