Desde la primera vez que pudo hablar con ELLA, Jimin pensó que Camile era un regalo. Algo demasiado bueno para ser verdad.Lo confirmó, y lo repetiría por el resto de su vida, cuando ELLA le cumplió un milagro por el que había dejado de pedir más de una década atrás...
Camile prácticamente lo arrastró fuera de su casa esa mañana con apenas un sobretodo encima del pijama.
Le dolían las manos por haber salido sin guantes, y los lentes se le condensaban por el cambio de temperatura de su respiración y el ambiente. Ni siquiera le habían permitido ponerse lentes de contacto.
Podría decir que con suerte traía los zapatos atados.
Jimin estaba seguro de estar despeinado, inflamado y con cara de sueño por haber estado durmiendo casi veinte horas seguidas y aunque ella le dijo que se veía bien, no le creía.
— Puedo oler tus mentiras pequeña.
— Puedo oler que no te duchaste.
— ¡No me diste tiempo de hacerlo! ¡Y no huelo mal, me duche antes de dormir! ¡No te metas conmigo Jeon Camile!
Si Taehyung o Jungkook los escucharán seguramente se reirían de él por ser así de inmaduro. Camile y Jimin tenían una relación de amor/odio tan cercana que parecían dos hermanos a pesar de la diferencia de edades. Y la pareja ya los trataba como tal.
Hacia meses ya iban juntos a todas partes, se contaban todo y se habían convertido ya en mejores amigos... Y en rivales en algunas cosas. Buscando entre ellos quien era mejor incluso en cosas tan tontas como quien abría más rápido un caramelo.
Jimin odiaba haber ganado en una sola cosa. Esa mañana, por quinta vez en la vida, se lamentó de haberle mostrado a la Alfa los trajes de su juventud y haberle dicho que él los diseño todos para alardear.
Sin duda Jimin era bueno diseñando.
Ahora él era el acompañante y diseñador oficial (sin paga) y ya no podía decirle que no a Camile en nada de lo que ella le pidiera.
Eso sí era debilidad suya. Él no podría negarle nada a ella jamás...
Siguieron molestándote en el rato que tardaron en llegar al centro de la ciudad. Está vez iban a una enorme y prestigiosa tienda donde todas las personas importantes conseguían sus trajes, o así le había dicho Camile.
Taehyung le había contado lo mucho que ella había estado trabajando y ahorrando para poder pagar su primer traje de esa tienda en específico. Con sus actos profesionales de baile, sus clases privadas de pocas horas y siendo asistente de Soonie en el pequeñito taller de costura que había podido abrir.
El propio Taehyung tenía un traje hecho allí. Un traje dorado hecho perfectamente a medida pero que parecía amoldarse a él al bailar.
Uno que usó en su última presentación profesional y que ya no le quedaba por el cachorrito que venía en camino y que estaba próximo a llegar. Camile apostaba que sería niña, porque "su instinto se lo decía" y todos le creyeron.
A ese punto, había visto y escuchado tantas maravillas de ese lugar que hasta el propio Jimin estaba emocionado por ir.
En un prestigioso y caro centro comercial encontró la enorme tienda. Aproximadamente tres pisos y con recepción al entrar.
"En point designes" apareció frente a él, junto con el logo de una punta de ballet.
Un dibujo que él conocía a la perfección...
Jimin pudo olerlo aún veinte metros fuera de la tienda.
Camile siguió hablando, pero él no la estaba escuchando. No cuando ya estaba corriendo dentro.
"— Ahora sé que logo hacer cuando tenga mi propia línea. Será una zapatilla de ballet y así siempre estarás presente también."
Jimin estaba despeinado y con un sobretodo cubriendo su ropa descuidada. ÉL traía un traje inmaculado con el bordado de una punta de ballet sobre el corazón.
Se miraron y el mundo desapareció
— Yo... volví.
ÉL le sonrió, tan hermoso como siempre.
— Sabía que volverías.
Y aunque tuvieron que pasar años y años. Todos al fin consiguieron un lugar al que pertenecer.
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Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 Taekook
FanfictionEl día que la puerta volvió a sonar Taehyung estaba dispuesto a escuchar la explicación de Jimin antes de preguntar. Pero la parte de él que regresó no podía dar explicaciones, no tenía respuestas, no tenía la culpa y no podía cuidarse sola.