- Papá ¿Por qué papi no llega aún?
A Taehyung le encantaría poder responder esa pregunta con más exactitud. Pero la única que tenía era la respuesta de Jungkook a su mensaje una hora antes.
"¿Vienes en camino cariño? 5:32"
"Tengo algo que buscar, llego tarde. 5:39"
"Vale, te espero 5:39"
"Te amo 5:39"
Ya había pasado una hora y Jungkook aún no le respondía, ni llegaba.
- Papi tuvo que ir a hacer algo importante, pero no debe tardar ¿Por qué no pedimos la cena mientras esperamos?
- ¡Pizza de Yejun oppa!
Taehyung no tuvo que obligarse a sonreír ante el entusiasmo de su pequeña.
Con solo llamar el restaurante ya sabían quiénes eran y cuál era su pedido. Quizá debían reducir la cantidad de veces que cenaban allí. Aun así, de tanta insistencia, tuvo que asegurarse de decir dos veces que el repartidor tenía que ser Yejun. La señora dueña del lugar.
- "Si Camile nena. Yejun irá."
La niña celebró. Yejun era su amigo grande. Un omega de unos 15 años, hijo de los dueños, que Camile había decidido adoptar como mejor amigo.
Ninguno lo entendía, pero el chico estaba encantado con la pequeña también.
Taehyung pensó que la pizza había llegado más rápido que de costumbre cuando Camile levantó la cabeza y sonrió apenas diez minutos después. Oliendo o sintiendo algo que él aún no podía. Pero su corazón nervioso le dijo quién era realmente.
Jungkook abrió la puerta trasera con suerte y ayuda de sus pies para empujarla. En las manos cargaba una caja. No muy grande, quizá apenas más grande que una caja de zapatos, pero el cuidado con el que la cargaba lo ralentizaba.
- ¿Bienvenido?
El alfa saltó nervioso. Había olvidado anunciarse.
- Ya llegué. Hola cariño.
- Hola...
Frunció el ceño.
Taehyung seguía apoyado en la puerta a unos metros de su pareja. Jungkook podía sentir su angustia. Lo había hecho preocupar. Se le hizo pequeño el corazón.
Dejó la caja en el comedor y encendió la luz. No perdió más tiempo para abrazar al omega. Su omega. Su pareja.
- Lo siento.
Taehyung exhaló. Había estado tan nervioso que no había respirado.
- Me asustaste.
Jungkook le acunó las mejillas y juntó sus frentes.
- Lo siento mucho.
Taehyung le sonrió y ambos perdieron el miedo.
- >> Te traje un regalito...
El omega carcajeó, era un niño aun. Taehyung no sabía qué fecha era, o, mejor dicho, no sabía por qué era especial. Pero Jungkook lo recordaba perfectamente.
- ¿Me trajiste algo?
- Hace años dijimos que nuestro plan era crecer, estabilizarse, tener una mascota y luego un bebé...
Jungkook levantó los hombros y abrió las manos, señalando a su alrededor. A su casa.
Habían crecido, algunos dirían que no lo suficiente, pero su madurez no era nada comparado con el número de su edad. Tenían su hermosa casa. Trabajos que amaban. Tenían a su pequeña.
->> Si ya nos saltamos tantos pasos, creo que es un buen momento para cumplir tu sueño.
El alfa volvió a cargar la caja que había estado cargando con cuidado y la abrió. Una motita de pelo negra se sacudió, observando hacia arriba, hacia el omega que lo observaba perplejo.
Era un cachorro del tamaño de una de sus palmas. Tan pequeño comparado con el lacito que llevaba al cuello.
Jungkook llevaba años imaginando su reacción. Esa era, incluso, una de las primeras conversaciones que tuvo con Tae cuando lo conoció muchos años atrás. Ver su cara de sorpresa transformándose en felicidad fue mejor de lo que esperó.
Taehyung tenía las cejas entornadas, los ojos entrecerrados y hacía lo posible para que las lágrimas no corrieran antes de tiempo.
Levantó al pequeño animal con delicadeza y el cachorrito lo miró fijo una vez más, su carita parecía tener el ceño fruncido y eso solo enamoró más a Taehyung.
- Tiene cara de estar tan enojado... - Taehyung lloró mientras reía.
Jungkook parpadeó para no llorar también.
->> Te daré todos los abrazos que necesitas, hasta que no lo estés más ¿Si pequeño?
En su cara Kook observó al niño que había conocido años atrás.
Cerró los ojos sintiéndose reconfortado y feliz. Era su alfa felicitándolo. Porque justo ese día, exactamente quince años después de haber conocido a quien sería el amor de su vida, seguía cuidándolo.
Cuidándolo a él y a su hermosa familia.
Se perdieron tanto en su propio mundo que ni siquiera le prestaron atención al timbre.
Camile; de pie detrás de la puerta que Taehyung había dejado abierta, simplemente observando la escena; si lo escuchó.
Sonrió mientras iba a la puerta de entrada. Sus padres eran muy felices y ella también lo estaba por ellos.
Ella sola abrió la puerta después de reconocer quien estaba fuera y sentir que era una única persona. Sus padres le habían enseñado a nunca abrir si no sabía 100% quien estaba detrás de la puerta y confiaban en sus sentidos para dejarla abrir a pesar de su edad.
- Buen... - El chico bajó la cara hasta que estuvo a la altura de la niña que conocía más que bien. - Hola Camile ¿Tus papás están bien?
El omega olfateó riendo ante el olor a felicidad y amor
-Hola Yejun oppa, si, están ocupados estando felices. Yo puedo recibirla.
- Claro que puedes, nena, como una niña grande ya. - El repartidor se agachó para darle la caja a la niña y aprovecho para darle un cariñoso toque en el cabello
- Ya soy grande, sí. - Camile subió el mentón orgulloso de sí misma.
A Yejun le picó la nariz. Pequeña alfa orgullosa. No pudo evitar sonreír. Quería mucho a la niña, casi como a sus sobrinos pequeños.
- Esta bien señora Camile. Diles a tus papás que les mando saludos.
- Vale, vale ¡Adiós oppa!
Yejun se quedó fuera hasta que escuchó a Camile ponerle seguro a la puerta.
La niña dejó la pizza en el comedor con apenas esfuerzo y fue a la cocina para despertar a sus padres de su sueño y buscar cuatro platos en lugar de tres. Ahora tenían una boquita más que alimentar.
¡Ojalá a su cachorrito le gustara la pizza tanto como a ella!
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Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 Taekook
FanficEl día que la puerta volvió a sonar Taehyung estaba dispuesto a escuchar la explicación de Jimin antes de preguntar. Pero la parte de él que regresó no podía dar explicaciones, no tenía respuestas, no tenía la culpa y no podía cuidarse sola.