14. Apego

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— Te vas a portar bien con los tíos ¿Si, bebé?

Taehyung llevaba ya algunos minutos de pie frente a la puerta de la casa del matrimonio Jung.

Yoongi sin dudarlo lo había alabado por su outfit al saludarlo.

El omega menor estaba vestido con una camisa blanca muy linda y pantalones verdes muy elegantes, además de unos preciosos zapatos cafés. De igual manera estaba perfectamente peinado y ligeramente maquillado. Se notaba que se había alistado para esa noche.

Pero él seguía concentrado en la pequeña que dormía en sus brazos, que, adorablemente, iba vestida a juego con él, llevando un conjunto y una manta blanca con detalles en verde.

El omega le hablaba en susurros, mientras Jungkook, que vestía con un traje igual de elegante pero en tonos oscuros, les dejaba la maleta en la habitación de Soonie.

Sus amigos les habían dado la gran idea de tener una noche en pareja como no habían podido tener hace mucho.

Para ellos no era tan gran idea.

Siempre era lindo tener una cita, pero nunca habían hecho algo tan ostentoso y ahora con la niña, no estaba en sus planes pasar una noche lejos de ella. Ya sé habían acostumbrado a que formara parte de sus rutinas.

Ambos aceptaron esa cita solo para ver felices a sus amigos y porque Jungkook había encontrado un restaurante con presentaciones de jazz en vivo y no se pudo resistir al brillo en los ojos de su novio.

Aun así, ambos seguían compartiendo el mismo pensamiento.

— ¿De verdad no podemos llevarla? — Preguntó Jungkook a su pareja cuando volvió a su lado.

— Podemos solo ir con ella y...

— En el restaurante no se aceptan niños. Largo. – Hoseok le arrebató a la niña de las manos sin mucho esfuerzo junto con el oso que Jungkook aun abrazaba con mucho cuidado, y les cerró la puerta en la cara.

A ninguno le pareció mala idea cuidar a la pequeña Camile una noche, después de todo ya tenían una hija que valía por varias, si podían con ella, podían con un bebé que no lloraba nunca en casa.

Se regodearon por ser los mejores padres durante un buen rato y por lo fácil que sería todo. Y entonces la bebé despertó de su siesta.

Con ayuda de Yoongi la pequeña se sentó en el sofá, limpiando su carita y sus ojitos con sus pequeñas manos.

Hoseok hizo un ruido de adoración a la escena tan linda y Camile le dio toda la atención que podía darle para tener aún baba en su mejilla y los ojos cerrados, incapaz de abrirlos por lo inflamadas que estaba sus gorditas mejillas. Sin embargo, la pequeña niña era más que consiente que ese lugar no era y no olía como su casa y que, de la misma manera, ni el olor a vainilla tan sutil de Taehyung, ni el olor tan marcado a chocolate y hojas secas de Jungkook estaban allí.

— ¿Papá Ta...? — pregunto hacia el mayor de todos mirándolo por una diminuta rendija entre sus párpados y sus mejillas.

— ¿Taehyung? Él está en una cita, bonita. Volverán mañana. Te quedarás aquí esta noche.

— Yoongi, cariño...

— ¿Si?

—Ella va a llorar ahora.

Hoseok tenía toda la razón.

— ¡Papá, Papi! ¿¡Qué pasa!? – La niña más grande salió de la habitación de sus padres, con su pijama estampado de balones de distintos deportes y su cabello hecho una enredadera compleja, para dirigirse a su propia habitación de donde venía todo el ruido — ¡Interrumpe mi sueño de belleza!

— Tienes tres años Soonie. — respondió Yoongi sosteniendo un millón de cosas en sus brazos con los que ya habían intentado calmar a la pequeña.

— ¡Y debo mantenerme bella! — En un acto desesperado levantó sus brazos y cubrió sus pequeños y sensibles oídos.

— ¡No podemos hacer nada!

Aun después de un baño, un cambio de pañal, un intento por darle de comer, un intento por jugar, un intento por dormir nuevamente, Camile seguía llorando y soltando un sutil aroma amargo que sin duda un bebé no debería tener jamás.

Ni siquiera su oso la calmaba.

Yoongi y Hoseok estaban angustiados por eso. Sus lobos agitados por el bebé que estaba tan triste.

— ¡Ya! – Soonie por su propia cuenta tomó el celular de uno de sus padres y como le habían enseñado hace poco, llamó. – ¡Tío Kookie, ayuda!

— ¡Jung Soonie! — Hoseok le arrebató el teléfono a la niña.

— ¿¡Cómo que ayuda!? ¿¡Soonie!? ¿¡Esa es Camile!?

La cara de terror de Hoseok al escuchar a Jungkook preocupado fue de película.

— Kook, no es nada, solo despertó y comenzó a llorar y ahora no podemos calmarla.

Siguiendo las señas de su pareja, Hoseok colocó el teléfono en altavoz.

— Ya intentamos literalmente todo, no sabemos qué más podríamos hacer. — Tuvo que admitir Yoongi.

— Sabía que era mala idea venir sin ella hyung. Tae creo que tenemos que volver. Dicen que está bien, si...

— Papá.

Yoongi volteó sobre su hombro cuando escuchó silencio bajo la voz de Jungkook, Camile estaba intentando sentarse con dificultad alerta a la voz del teléfono. Ya no lloraba.

— Jungkook habla.

— ¿Qué hable? ¿Qué quieres que diga?

— Camile se calmó con tu voz, solo sigue hablando.

— Oh, espera.

— ¿Camile? – Era la voz de Taehyung ahora. — ¿Me escuchas chiquita?

El cachorro estiró los brazos hacia el aparato y Hoseok se lo dio. La pequeña lo sostuvo cerca, escuchando a la pareja hablarle. Su olor volvió a la normalidad y tanto Hoseok como Yoongi volvieron a respirar tranquilos. La pequeña ya no tenía miedo ni estaba triste.

— Papá Ta...

Ya vamos para allá cariño, tranquila, ya estamos en camino para darte un gran abrazo ¿Quieres eso?

El bebé asintió a pesar de que no pudieron verla. Jungkook y Taehyung siguieron teniendo una conversación imaginaria con ella hasta que llegaron a casa.

— Sentimos eso, no pensamos que ella se pondría tan triste.

— No te preocupes Hyung. – Jungkook calmó a Yoongi recibiendo la maleta de sus manos. – No había manera de saberlo. Además si disfrutamos la noche ¿No?

— Realmente sí. — Lo apoyó Taehyung. — Comimos y la música era buena. Incluso canté una canción yo mismo.

La pareja mayor sonrió. Despidiéndose, sintiéndose mucho más tranquilos.

— ¿El hermanito que les pedí sería igual de ruidoso? Porque entonces no lo quiero.

— Jung Soonie es hora de dormir.

Fue una vez solos que el alfa dijo en alto la pregunta que ambos se habían estado haciendo.

— ¿No te preocupa?

Yoongi suspiró sacudiendo las sábanas para al fin ir a dormir.

— Ellos mismos no se han dado cuenta. Eso me preocupa.

Hoseok asintió.

— Están tan apegados. Ella también, es solo un cachorrito. Para ella ellos son... sus padres.

— Ha pasado un tiempo pero, Hobi, si él vuelve... Mis niños. Ya parecen una pequeña familia.

Ambos fueron a dormir con ese sentimiento extraño en el pecho.

Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora