— ¿Ya no tienes hambre bebé?
Taehyung detuvo la mecedora con sus pies y le habló a la niña que ya había dejado su biberón de lado y que parecía más dispuesta a dormir que a hacer cualquier otra cosa.
El omega le dio un pequeño toque en la nariz y el cachorrito le atendió observándolo entre las pequeñas rendijitas que eran sus ojos.
» — Una cosita más y te llevo a dormir ¿Si?
La movió junto con el cargador que traía y dejó el biberón casi vacío en el suelo, antes de colocar a Camile sobre su hombro, dándole golpecitos ligeros en la espalda.
Ahora era tan fácil.
En su mente se repitió la primera vez que le dieron de comer. Ahora, visto desde fuera, le hacía mucha gracia, pero ese día... Había sido un caos.
***
No había pasado mucho tiempo (De hecho, no habían pasado ni tres horas) desde que quedaron a solas con la... cosa y definitivamente era hora de alimentarla. Era solo un bebé ¿Que tan difícil podía ser?
— No puede ser tan difícil si esto te dice cómo hacer todo. — Dijo Jungkook leyendo una lata de fórmula mientras dejaba que la cachorra mordiera uno de sus dedos, babeándolo completamente con sus encías. Por suerte se había encargado de lavar bien sus manos antes.
Tal como decía la lata habían preparado la fórmula y la habían dejado enfriar lo justo para que no quemara, pero, cuando creyeron que habían hecho lo mejor y se lo dieron a la pequeña, comenzó a llorar desconsoladamente.
No había parado desde ese momento.
Jungkook se acostó en el suelo utilizando inútilmente dos almohadas para cubrir sus oídos. Tenía ojeras, estaba despeinado y una gran mancha de líquido blanco estaba ya seca en su camisa tan bonita.
— ¿Por qué está llorando? Lleva dos horas llorando ¡Dos horas!
— ¡Dejaría de llorar si se dignara a comer! – Gritó el rubio sobre el ruido desde la entrada a la cocina, sacudiendo los biberones que mantenía en cada mano, haciendo que uno de ellos salpicara todo el líquido caliente directo a su cara. — ¡Mierda, esto quema!
— ¡No insultes frente a un bebé Taehyung!
— También insultarías ¡Si el jodido infierno hubiera salpicado sobre tu cara Jeon!
Intentaron de todo:
Agregarle vainilla, no funcionó.
Hacerlo en otra olla, no funcionó.
Usar un vaso en lugar de un biberón, no funcionó.
Llorar con ella, no funcionó.
Jungkook incluso contempló la idea de agregarle canela, pero eso hubiera sido una ruptura firmada con Taehyung... y una ida al hospital por el choque anafiláctico.
Cuando ya habían acabado una lata completa de fórmula inútil, se quedaron sin más lugares para almacenar y que Yoongi no podía escuchar nada al teléfono por el llanto, se rindieron.
Fueron dos horas de lucha en las que rodearon cada rincón de su casa con vasos, ollas y envases llenos de inservible fórmula que por alguna razón el bebé se negaba a beber.
— ¿Sabes qué? no voy a hacer nada más, comerá cuando tenga hambre o morirá. No hay manera.
Taehyung se retiró, pero Jungkook siguió ahí, observando como Camila abrazaba su preciado oso de peluche (Que le había dado como última medida para que interfiriera entre el llanto y sus oídos.)
— No lo entiendo. Me rindo. — Jungkook le quitó la tapa al primer biberón que hicieron y le dio un trago dramático. Se arrepintió inmediatamente. — Qué asco, esta cosa está helada. — Le volvió a colocar la tapa y fue directo a buscar algo que le quitara ese sabor de la boca, pero a mitad de su camino escuchó un sonido mágico.
Volteó hacia el sofá y obtuvo la imagen que había visto en años, al bebé sosteniendo con dificultad el biberón que le había dejado y bebiendo de este como si su vida fuera en ello... que lo era de algún modo.
Jungkook corrió y volvió, literalmente, arrastrando a Taehyung de los pies, con la espalda pegada al piso y los brazos sobre la cabeza.
— Si algo tengo para decir es "Que bien pulido está el piso, hacemos un trabajo genial" y es muy cómodo de hecho... ¿Vas a dejar de arrastrarme algún día?
— Cállate y mira. — Dijo apuntando con orgullo como la niña comía. — Está frío, helado y asqueroso, pero lo está comiendo ¿No es terrible?
Taehyung se sentó de golpe, con el cabello aun apuntando hacia arriba, sin creer lo que veían sus ojos. El bebé realmente estaba bebiendo.
— Está bebiéndolo frío realmente... ¿Eso no le hace daño?
De improviso, el alfa comenzó a reír, reír realmente, como si estuviese viendo una escena de una comedia. Taehyung comenzaba a preocuparse por su salud mental.
— ¡Frío! Está bebiendo frío. A Camila le gusta el biberón frío.
— Kook... ¿Estás bien?
— No creo Taehyungie... dame un minuto.
El mayor se dio la vuelta y cruzó la puerta de la cocina, cerrándola tras él... y entonces la tercera guerra mundial se formó dentro, o eso parecía debido al escándalo. Tanto fue que Tae temió que la cosa volviera a llorar, pero estaba tan concentrada en su comida que ni se inmutó.
Un minuto después su novio volvió a salir por la misma puerta por la que había desaparecido, tenía la ropa y cabello desordenado, pero aún mantenía la misma sonrisa.
» —Ahora si estoy bien, gracias por preguntar Taehyungie.
Taehyung realmente le había hecho un funeral a su preciado caldero que quedó abollado después de que Jungkook lo golpeara.
"Descansa en paz preciado caldero."
Ahora, que la mayoría del tiempo era Taehyung quien le daba de comer, no lloraba por hambre. Realmente, casi no lloraba por ninguna razón desde la primera vez que la sostuvo.
Taehyung sonrió ante los recuerdos y devolvió al bebé a sus brazos. Acunándola contra él.
Camila estaba completamente dormida, con los ojitos cerrados y la boquita entreabierta. Sus labios se abultaban tan tiernamente que tuvo que admirar. Sin pretenderlo, un olor dulce se desprendió de su cuerpo. Ella sonrió entre sueños, acercándose más al olor y calor tan reconfortante.
Taehyung nunca había tenido un olor muy fuerte. Tenía un ligero aroma a flores de algodón y lavanda que podía pasar desapercibido o confundirse con perfume que ya se desvanecía. Percibir sus sentimientos o cambios de humor a través de su olor era algo que solo aquellos que lo conocieran extremadamente bien podrían hacer si se molestaban en ello.
Para Jungkook, con sus instintos tan desarrollados, nunca había sido complicado, pero ya ni siquiera le era necesario desde que se enlazaron. Ya no tenía que percibir el olor de Taehyung para saber lo que sentía. Podía sentirlo en sí mismo.
El alfa se detuvo con la mano en la perilla de la puerta trasera de su hogar. Disfrutando de la calidez repentina que le llenó el pecho y lo hizo sonreír. Asumió correctamente que ese sentimiento tan hermoso no era suyo.
Abrió ligeramente sin hacer ruido y lo observó a través de la puerta. A Taehyung acunando a ese cachorro tan pequeñito, en un ambiente tan familiar desprendiendo un olor dulce tan tranquilizante y feliz que nunca había sentido en él. Estaba conmovido.
Cuando Taehyung habló, detener sus lágrimas fue imposible.
— Para comer frío derretiste mi corazón muy rápido pequeña cachorrita.
Jungkook retrocedió sobre sus pasos y cerró la puerta exterior quedando fuera de casa otra vez. Se tomó un par de minutos para calmar su corazón. Intentando sacar aquella palabra de su cabeza que no sabía si venía de su lobo, o del de Taehyung.
"Familia."
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Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 Taekook
FanficEl día que la puerta volvió a sonar Taehyung estaba dispuesto a escuchar la explicación de Jimin antes de preguntar. Pero la parte de él que regresó no podía dar explicaciones, no tenía respuestas, no tenía la culpa y no podía cuidarse sola.