3. Buscar ayuda.

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— ¡JEON JUNGKOOK! — El grito desesperado del rubio resonó en toda la casa y seguramente en el resto de la manzana.

— Kim Taehyung. — El castaño, al contrario, no levantó la voz ni la mirada.

Desde el exterior el alfa se veía muy tranquilo y sereno, pero en su interior sentía que estaba por arrancar cada vello de su cuerpo uno a uno.

Todos, incluido Taehyung, solían olvidar que su oído era más sensible que lo común y que, donde Taehyung estaba molesto e irritado, él estaba físicamente adolorido a este punto.

— ¿¡NO PUEDES CALLARLA!?

—Si pudiera ya lo hubiera hecho...

La "cosa" como Taehyung la había llamado, ignorando la mala mirada de Jungkook, había despertado apenas el sol salió y había llorado exactamente al segundo. Eso no ayudó en nada a mejorar la primera impresión que había tenido con el omega.

— ¡Intenta algo, cámbiala o no sé, se enfermará si sigue llorando así!

— Ya intenté eso, no puedo hacer más. Soy solo un chico Taehyung, no soy un papá, ¡ADEMÁS SI ME HABLAS ASÍ VOY A LLORAR TAMBIÉN!

— ¡NO ME GRITES JEON!

Jungkook jadeó soltando tanto el aire que su voz con suerte se escuchó.

—No estoy gritando...

— ¡NO DEJES DE GRITAR DE REPENTE, YO NO SOY EL HISTÉRICO!

— ¡YA DEJA DE GRITARME! – Jungkook se levantó de su asiento y corrió al teléfono que había descartado hace minutos. – Ya busqué ayuda igual.

—QUE HI...— El rubio se interrumpió a sí mismo antes de lastimarse la garganta, respiró y prosiguió — ¿Qué hiciste Jeon?

Su pregunta fue contestada por el sonido de las llaves en el cerrojo.

***
— ¿Para qué crees que nos llamaron?

Era muy temprano cuando el teléfono local había sonado insistentemente. Apenas habían podido distinguir la voz de Jungkook debajo del escándalo de fondo, pero sí entendieron que debían ir.

— No lo sé, pero donde él le haya hecho algo a mi Tae, no vivirá para contarlo. — Exclamó en respuesta el más alto de los recién llegados, levantando el puño de la única mano que tenía libre, ya que en la otra...

— ¡Nadie lastima a mi Tata! — Se encontraba la pequeña Soonie de tres años, que mantenía el puño levantado igual que su padre.

Soonie había sido brutalmente atacada por la herencia de su padre omega, con su piel pálida y perfecta, sus ojos pequeños y oscuros, y su largo y liso cabello completamente negro. Sin embargo, tenía como rasgo principal una gran sonrisa de corazón, una actitud sobreprotectora con sus padres y la necesidad de ser el centro de atención y posar frente a toda cámara que vea.

Una pequeña omega con la hermosura y delicadeza de Yoongi y la personalidad y el ánimo de Hoseok.

— No le enseñes esas cosas a la niña, Hobi.

Riendo, Hoseok abrió la puerta con sus propias llaves, pero, antes de que pudiesen caminar hacia adentro, dos pares de manos y brazos los arrastraron al interior de la casa.

Yoongi y Hoseok casi cayeron al suelo, mientras que Soonie simplemente se bajó de los brazos de su padre y corrió dentro como le era costumbre hacer. Taehyung y Jungkook se lo habían ganado al darle tanta libertad a la pequeña.

Los recién llegados no pudieron siquiera decirle algo o saludar, cuando una ola de gritos los invadió.

"Necesitamos su ayuda"

"Ella solo la dejo ahí y..."

"¡GRITABA Y LLORABA COMO SI LA ESTUVIÉRAMOS MATANDO!"

"¡No podía hacer nada!"

"¡Él es un inútil!"

"Y ella seguía y seguía..."

"¡Él le dio mi oso de peluche!"

"Y ÉL ME GRITÓ Y..."

"¡Y ÉL DEJÓ DE GRITAR DE REPENTE!"

— ¡Calma! – La voz de Yoongi los hizo callar. — Van a calmarse y a explicar cómo personas normales para qué nos llama...

Su discurso fue interrumpido por la voz de su propia hija.

— ¡Papá! ¡Papi! Miren lo que encontré. — Soonie llamó la atención de inmediato al sofá donde, desde el suelo, se veía un par de pequeñas manitos intentando tomar los negros mechones (Y no olvidar los quejidos y el llanto que por lo menos habían bajado de nivel.) — ¡Es tan lindo!

— Eso es...

— Solo ayudemos a calmarla por favor.

No supieron cómo, pero en menos de diez minutos Hoseok había conseguido lo que Jungkook no había conseguido en una hora. Calmar a la bestia.

— Y listo, un bebé feliz, no se tiene que ser un experto para algo así. — Se regodeó Hoseok.

— Lo que él quiere decir es... No, no tengo cómo mejorarlo, es exactamente eso. — Aclaró el esposo del mismo, acunando a la pequeña bebé contra su pecho. Era tan chiquita. Inconscientemente el olor de Yoongi llenó la habitación, haciéndolos a todos sentirse más relajados.

Con un suspiro los dos jóvenes se dejaron caer exhaustos en el sofá.

—Me duelen los oídos... Nunca había estado tan feliz de verlos como este día.

— No lo estarán pronto créeme. — Respondió Hoseok. — Yoongi.

— Volveremos después de dejar a Soonie en la escuela. – Aclaró el mayor devolviéndole la bebé a Jungkook, que fue el único que hizo el amago de tomarla, y tomando a su propia hija en brazos. — Tienen cosas que explicar.

Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora