Camile había comenzado a insistir desde que estaban en primero, cuando aún les faltaban cuatro años para graduarse. Tanto lo había hecho que a inicios del último año todos estaban tan emocionados como ella.
Y es que Camile era terca y decidida cuando quería algo, y ella quería un anuario como no se hacía desde más de quince años atrás en ninguna escuela.
Las fotos en línea y las cámaras en todos los celulares habían dejado obsoletos los aparatosos anuarios llenos de papel fotográfico que no podías asolear porque las imágenes se dañaban. Pero ella quería uno y nadie le iba a quitar esa idea de la cabeza.
En su mente siempre había estado este enorme libro rojo, con un logo mal diseñado por ellos mismos, que incluyera sus fotos, sus nombres, una descripción muy graciosa y mucho espacio para colocar fotos extras y firmas cursis.
Eso quería ella y eso es lo que, después de mucho liderazgo, todo su aula quería también.
Había metido tanto la idea en sus mentes que por más que les dijeron que no, ellos lucharon y aunque le trajo problemas...
"– Papá. Papi... el director quiere hablar con ustedes.
– ¿Por qué nos llama el director Camile?
– Puede y solo puede que... ¿Haya iniciado una huelga de clases para que nos dejaran tener un anuario?"
Bueno, sin duda el director y su papá Jungkook le habían dado un buen regaño. Pero su huelga al final sirvió. Ella tendría su anuario, aunque con ciertos limites y detalles obligatorios, y su papá Tae la había llevado "castigada a un paseo para reflexionar" a tomar helado y ver una película. Él se veía orgulloso.
Así fue como a lo largo de todo el último año, sus compañeros hicieron de todo y más para conseguir dinero suficiente para pagarlos por sí mismos. Esa también había sido una condición.
También sirvió para que, de todos sus inventos, salieran muchas de las fotos que traería el libro.
Ella misma consiguió bastante ayuda.
Obligó a su papá Tae a hacer un evento donde bailó junto con Bahiyyih, una alumna que su padre quería mucho, y también logró que diera una clase donde Winter Bear sacó algunos alumnos nuevos, así que fue un ganar ganar para todos.
El tío Yoongi le había pintado unos cuadros con logos y fotos de bandas populares en el momento que vendieron y sortearon.
Y su papá Jungkook, con su influencia, les había conseguido un saludo de un Idol de moda de la empresa y una camiseta firmada que también se sorteó.
Claro que, al igual que ella, sus compañeros se esforzaron mucho.
Hicieron juntos una feria escolar y vendieron muchos dulces hechos por Hyemi, una omega tímida de su clase que tenía una pastelería familiar.
Habían rifado álbumes y merch de series y bandas.
Eventos de canto y baile.
Incluso Minho había hecho un taller de actuación, que aunque se pensó para ser gratis y aceptar donaciones, a todos les había gustado tanto que terminó por sí solo consiguiendo lo necesario para tres de sus anuarios.
Al final, después de todo, ese era el día de recibir ese querido libro. Si conseguía llegar a tiempo claro.
– ¡YA LLEGUÉ!
Camile pudo sentir la ansiedad de los gemelos desde media cuadra antes de poder verlos.
Jinho y Minho la observaron correr hacia ellos casi saltando de la emoción o de la desesperación mejor dicho.
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Un lugar al que pertenecer 𝖨𝖨 Taekook
FanfictionEl día que la puerta volvió a sonar Taehyung estaba dispuesto a escuchar la explicación de Jimin antes de preguntar. Pero la parte de él que regresó no podía dar explicaciones, no tenía respuestas, no tenía la culpa y no podía cuidarse sola.