El ser humano es algo complejo, lleno de emociones, sentimientos y pensamientos que lo diferencian de otras criaturas. Con esto no quiero decir que los humanos estén por arriba de otros seres vivos, pues los animales y las plantas también sienten, pero de diferente manera a los hijos del hombre. Un perro, por ejemplo, es capaz de olvidar un agravio y perdonar fácilmente si se le da un trato digno; mientras que los cuervos son rencorosos, no olvidan nunca un rostro y si los tratas mal, te odiarán por siempre. Estas son distintas maneras de procesar el dolor y las emociones que llevan en su interior. Mientras, un humano podrá a veces perdonar, pero nunca olvidar, o podrá dar su perdón e iniciar desde cero; dependerá de la persona, de su carácter y de cómo razonan, pues la principal diferencia entre el reino animal y el de los hombres, radica principalmente en la evolución de su cerebro. Pero esto, nos condena a pensar que, en realidad, saber cómo reaccionará alguien frente a una ofensa no es nada fácil de deducir.
Para mi tranquilidad, aún faltan quince minutos para las siete, justo los minutos necesarios para que Mikasa salga de su clase, antes de dirigirse nuevamente al restaurante, en donde tiene que presentarse para arrancar el turno a las 7:30. Veo a Levi debatirse con el el teléfono en las manos, preguntándose si debería enviarle un mensaje o mejor esperarla en el punto de donde siempre sale. Al final, se decide por la segunda opción, acomodando su celular, aún conectado a la batería portátil, dentro del bolsillo trasero de su pantalón, mientras piensa en qué decirle o cómo disculparse por la falta cometida.
Del otro lado de la calle que divide los edificios, un grupo de amigos observa expectantes al muchacho recostado sobre la motocicleta, quien mueve nerviosamente una pierna, girándose rápidamente hacia las gradas cada vez que su visión periférica divisa a un nuevo individuo bajar por ellas; hasta decidir finalmente que lo mejor será acercarse a los escalones y esperarla ahí.
—Con razón Mikasa me dijo que estaría ocupada hoy. —Dijo Armin, alzando las cejas.
—¿Qué tanto le habrá visto a ese tipo? —Bufaba molesto Jean.
—Concuerdo. No parece como alguien decente. —Rezongó a su lado Eren.
—Ustedes tampoco, pero aquí están. —Habló Connie. —No sé, a mi me parece un tipo genial, con actitud. Justo lo que Mika necesita. —Dijo asintiendo firmemente.
—Tú cállate, bola de billar. —Respondió molesto nuevamente Jean, propinándole una palmada en la cabeza rapada.
Al mismo tiempo, la muchacha de quien se conversaba en ese momento avanzaba rápidamente hacia la salida, pensando en el tiempo que le quedaba para llegar a su trabajo. Inició a bajar rápidamente las escaleras hasta detenerse abruptamente al ver una mata de cabello negro, con un corte peculiar, recostado sobre el pasamanos que daba directo a la banqueta de la calle, observando pensativo hacia el cielo, como pidiéndome ayuda, como si supiera que yo conozco el debate al que se enfrenta y que, si pudiera, bajaría en su ayuda sin dudarlo por un segundo. Pero no puedo hacer nada más que observar en silencio, pidiendo porque todo se solucione.
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Night Changes
FanfictionUna cita a ciegas puede salir muy mal... o quizás no tanto. Un match en Tinder podría dar inicio a una historia realmente interesante, o ser el encabezado de una tragedia en los titulares. Hay muchas cosas que suceden por la noche, algunas buenas, o...