Una cita a ciegas puede salir muy mal... o quizás no tanto. Un match en Tinder podría dar inicio a una historia realmente interesante, o ser el encabezado de una tragedia en los titulares. Hay muchas cosas que suceden por la noche, algunas buenas, o...
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Encontrarse a sí mismo puede llegar a ser un tanto complicado. Descubrir a la persona que llevas dentro, puede pensarse como algo sencillo; es fácil saber lo que te gusta y lo que no, pero, comprenderlo y exteriorizarlo es un tema diferente. Siempre, antes de amar a alguien más, debes amarte a ti, a tu imagen en el espejo, a tu cuerpo, a tus cicatrices que guardan historias, a tu cabello rebelde, a tus ojeras marcadas, a tus zapatos favoritos, a tu forma de vestir, a las ideas locas que se acumulan en tu mente, o esa arruga que se hace en tu frente al reír, porque ese eres tú, gritándole al mundo lo que sientes, quién eres y por qué estás aquí. Te lo digo yo, que he visto tantos rostros como estrellas en mi periferia, pero, te puedo asegurar que cada uno fue distinto, no sólo por sus facciones, sino por la individualidad que poseían. Vi a muchos romper el cascarón y alzar la voz plantándose frente a todos y gritando: Aquí estoy. Así como también fui testigo de muchos otros que murieron guardando su peculiaridad en su interior, temerosos al qué dirán o a encajar en la sociedad.
Como te dije al principio, esta historia jamás se trató de cambiarte a ti para gustarle a alguien más. De haber sido así, ni siquiera la habría mencionado. Esto trata de aceptarte tal cual eres, trabajar en lo que puedes mejorar, no por los demás, sino por ti mismo, y lanzarte al ruedo a luchar por tus sueños, encontrarte y sentirte dichoso dónde sea que quieras estar y al lado de quien quieras hacerlo. Porque recuerda, pequeño humano, "Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrías haber sido". Una frase dicha por una persona que, al igual que nuestro protagonista, usó un pseudónimo para expresarse, pero se atrevió a hacerlo, sabiendo quién era y lo que quería lograr, y lo hizo.
No tengas miedo de decirle a mis queridas estrellas tus sueños más locos, tal vez alguna de ellas pueda ayudarte a hacerlos realidad. Nyx, Nox, Nicte, Nótt, Metztli, Araphel, Tuerca, Ratri, Breksta, llámame como gustes o no me llames en absoluto; cuéntame tus secretos o pídeme que te ayude a ocultarlos, pero, no me ignores, pues quizás, en un futuro, pueda contar tu historia. Recuerda que siempre estoy aquí, protegiendo, albergando y observando. Puedo ser tu amiga, tu compañera, o algo que no quieras ver llegar, pero siempre seré y estaré, tan eterna como el mundo que se reinventa constantemente.
Recuerda siempre que, un susurro a la noche, podría ser el inicio de una melodía o, incluso, de un relato impactante.
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Ha sido todo un viaje, ¿no es así?
Gracias por acompañarme durante todo este tiempo (un año, para ser exactos) y no desistir de esta historia llena de tantas notas como una partitura musical. Cada inicio, trae consigo un final, y es momento de decirle adiós a estas versiones de nuestros personajes favoritos, sabiendo que ahora son dueños de sus propias vidas y de su felicidad. Espero que este relato haya traído consigo no sólo alegrías, risas y tristezas, sino también una lección que pueda quedar en su corazón.
Y, como es bien sabido, la música es una terapia muy útil cuando uno tiene los ánimos bajos, o se pasa por un período difícil (gran respuesta al por qué esta historia se inspira en canciones), por eso, les comparto una lista de reproducción con todos los temas utilizados, junto a un par de piezas extra.
Muchas gracias por todo el cariño, el apoyo y los comentarios. Cuídense mucho y recuerden que la salud mental es muy importante, tanto como el querernos a nosotros mismos, sin importar lo que digan los demás.
Espero que podamos leernos nuevamente en otra historia, sobre otro universo. ¡Au revoir!
