El término ironía, como muchos de los utilizados en el lenguaje moderno, nació en la antigua Grecia. Su significado original hace alusión a "ocultar las verdaderas intenciones", y es justamente uno de sus usos en la actualidad, aplicándola para decir lo contrario de lo que realmente se busca decir; muy similar al sarcasmo pero que diverge ligeramente. Pero, en realidad, la ironía se asocia más a esas situaciones que resultan diferente de lo que se esperaba, marcando un fuerte contraste. Y, basándonos en esta segunda definición, he de decirte que la vida disfruta demasiado de las ironías.
Como la ironía de un hombre nacido en una época que evoca los cálidos colores y luces titilantes que iluminan hogares y los llenan de paz, esperanza y unión. Sentimientos que para él no son más que burdos intentos de una sociedad consumista para excusar su excesivo despilfarro económico que genera esta celebración, que, como muchas, inició celebrando algo más, pero que luego se convertiría en la fiesta religiosa de mayor importancia. Es en esta temporada en donde las casas brillan, la nieve cae y con ella, la temperatura, pero, pese al terrible frío invernal, en cada hogar se enciende una vela que evoca los buenos deseos. Es algo sumamente irónico, pues esto sucede en la mayoría de viviendas de esta ciudad en particular, excepto por algunas, como esta, en donde fijo mi mirada, que se encuentra en completa oscuridad. Hogar en el que habita nuestro personaje en cuestión. La música suena a todo volumen en un cuarto carente de luz, en donde yace boca arriba, frunciendo el entrecejo ante el insistente repiqueteo de su celular. Con pocas ganas y maldiciendo en tono bajo, responde hastiado. —¿Qué?
—Podrías ser más amable. Nada te cuesta saludar a tu hermana que se preocupa por ti. Estuve a punto de subirme a un taxi e ir a ver si no estabas convulsionando en tu cama. —Dijo la chica, aún nerviosa.
—¿Por qué habría de estar convulsionando? A veces siento que te inventas toda una película en tu cabeza. Demasiado dramática.
—¿Dramática? Con las preocupaciones que me has hecho pasar en la vida, eso no es ser dramático. Es pensar lo peor, porque ya lo he vivido. ¡Discúlpate! —Bramó enojada.
—Bueno, ya. Lo siento. —Se disculpó. —Estaba oyendo música y me quedé dormido. Nada grave ¿sí?
—Sigues desvelándote. —Notó afligida. —Pensé que eso iba a ser menos recurrente.
—No, aún tengo cosas que hacer, antes de, ya sabes.
—Sí, lo sé. —Asintió con tristeza. —¿Cómo va eso, por cierto?
—Bien. Tan bien como lo es organizar un funeral. —Respondió sarcástico.
—Ok, cambio de tema. ¿No tenías que ir a traer a tu novia de su cena con sus compañeros?
—Eso es a las nueve. —Dijo, consultando su reloj. —Y apenas son las siete treinta. Genial, pude haber dormido una hora más, gracias por eso.
—De haber sabido que estabas durmiendo, no te llamo. Odio que te despiertes de peor humor que el normal. No sé cómo te aguanta Mikasa.
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Night Changes
FanfictionUna cita a ciegas puede salir muy mal... o quizás no tanto. Un match en Tinder podría dar inicio a una historia realmente interesante, o ser el encabezado de una tragedia en los titulares. Hay muchas cosas que suceden por la noche, algunas buenas, o...