Horns ➼ K.T.H;BTS

⚜️t r e i n t a y c u a t r o⚜️

-¿Este ha sido mi segundo regalo?

Él giró su mirada sorprendida hacia mí y negó con la cabeza.
-Me sorprende que aún recuerdes que te prometí dos regalos.- dijo sonriendo.

-Oh, no lo olvidé.- bajé mi cara un poco avergonzada.

El auto se detuvo, habíamos llegado al otro destino y no era casa, era el hogar de Taehyung. Él bajó primero del auto para abrir mi puerta y entonces yo bajar junto a él.

Caminamos tomados de la mano a la entrada y mientras él lograba abrir la puerta, yo pensaba en lo mucho que lo había extrañado y el llegar a casa junto a él.

Entramos a la casa y él cerró la puerta detrás de nosotros, yo me quedé de pie sin saber hacia donde moverme, como si fuera la primera vez que pisaba aquel lugar.

-Quiero mostrarte algo.- dijo colocándose frente a mí.- ¿Vamos?-

Extendió su mano y yo la tomé segura, entrelazando nuestros dedos, sintiendo esa calidez tan característica de Taehyung y su tacto.
Caminamos escaleras arriba hasta que llegamos a su habitación. Cuando entramos, su aroma fue lo primero que mis sentidos percibieron, no sabía qué extrañaba tanto incluso ese olor.

-Puedes sentarte en la cama Sunhee.-

Asentí con la cabeza, me solté de su agarre y tomé asiento en la orilla de la cama. Taehyung sacó de un cajón pequeño un sobre, sonrió de lado y se sentó junto a mí.

-Este es el segundo regalo Sunhee.- extendió el sobre hacia mí.

-Una carta.- dije sonriendo y tomando el sobre para poder leer su portada.

"Para:
Park Sunhee, la pequeña del lazo rosado más linda de todas.
De:
Kim Taehyung. El esposo."

Reí y me sonrojé en cuanto leí lo último.
Al releer el "lazo rosado" recordé que solo lo usé hasta los 15 años, cuando supe que Taehyung se marcharía a Daegu tomé mi lazo rosado y lo metí en una de sus maletas para que no se olvidara de mí.

-Taehyung, esto...-

-Lo escribí hace años, justo antes de marcharme Sunhee. Quería dártela pero.., no pude. Te la doy ahora, pero me gustaría ser yo mismo quien la lea en voz alta.-

Con una sonrisa emocionada acepté y le di de nuevo el sobre. Él lo abrió delicadamente y sacó una hoja de papel para comenzar a leerla.

- Sunhee...

Me marcharé a Daegu, cosa que creo que ya sabes. Cuando te enteraste me dijiste que estabas muy feliz por mí, aunque tus ojos con lágrimas me indicaban otra cosa.
Sé desde hace tiempo que yo te gusto. Incluso aún guardo el dibujo aquel que hiciste más pequeña, ese donde juras que soy tu esposo. Sé sobre tus sentimientos hacia mí.

Yo sé qué tal vez no sea el mejor momento para decírtelo , pero quiero que sepas que también me gustas Sunhee.

Me gusta verte cuando voy a visitar a Jimin, incluso a veces él es solo una excusa para poder verte de nuevo. Me gusta verte sin zapatos por la casa, riendo y molestando a tu hermano. Me gusta el aroma tan tuyo que dejas cuando llegas, cuando te sientas junto a mí.
Adoro escucharte reír por la más mínima cosa.

Siempre qué volteo y estás tú, el corazón me da un vuelco enorme. Muero por dentro cuando me abrazas al despedirte y no puedo retenerte 5 minutos más en mis brazos.

Sunhee, prometo volver. Prometo volver por ti, así que por favor, no te olvides de mí.

Te quiero.
Kim Taehyung.-

Tae dobló la hoja de papel y la volvió a guardar dentro del sobre.

-¿Por qué nunca me la diste?- mi voz sonó más quebrada de lo que esperaba. Culpa de la ternura y las ganas de llorar que sentía en ese momento.

-Tenía miedo y sentía que era demasiado egoísta de mi parte que supieras que te quería cuando yo me marchaba.-

-Tú... la guardaste.- dije en un suspiro.

-Sí, la mantuve conmigo... y días después de marcharme, cuando terminé de acomodar mis maletas, me encontré con esto...-

Abrió el sobre nuevamente y sacó un delgado lazo rosado. Era el mío, era aquel que yo le había colocado entre su ropa hace años.

Tapé mi boca con mi mano derecha, conmovida de que ese lazo aún siguiera en sus manos. Mi instinto predominó y no pude hacer otra cosa más que lanzarme y abrazarlo tan fuerte como me fue posible. Él correspondió mi abrazo con la misma fuerza.

-Te he querido desde siempre Sunhee.- susurró.

-Y yo a ti Taehyung... aunque aún me avergüenza que conserves ese dibujo mío.-

Él soltó una risita.- ¿Quieres verlo? Lo puedo sacar...-

-Basta, no lo arruines.- dije riendo sin soltarlo aún de mi abrazo, disfrutando del sentimiento cálido.  Me separé un poco de él, logrando que mi nariz rozara la suya.

-Espero que me hayas extrañado tanto como yo a ti.- susurré.

-Sunhee, créeme cuando te digo que te extrañé incluso más.-