Horns ➼ K.T.H;BTS

⚜️v e i n t i n u e v e⚜️

Las lágrimas corrían por mis mejillas sin intención de detenerse, y yo odié aquello. Odié demostrarle cuánto me había dolido la manera en la que había desaparecido, odié demostrarle que tanto significaba para mí.

Taehyung se acercó hasta llegar casi al borde del primer escalón, y verlo ahí me llenó de coraje. Bajé hasta donde él estaba y con mis manos aún apretadas hechas puño, lo empujé fuerte. Él no hizo movimiento alguno más que dar unos cuantos pasos hacia atrás debido a mi empujón.

Volví a empujarlo, soltando un sollozo de rabia, esta vez más fuerte. Comencé a darle golpes y empujones en el pecho con mis cansados y rojos puños. Él no intentó detenerme en ningún momento.

-Idiota.- solté entre sollozos y golpes.- Eres un idiota.-

Cuando mis brazos cansaron solo pude recargar mi frente en su golpeado pecho, agotada física y emocionalmente.
Sentí sus brazos rodearme para apretarme en un abrazo. Aquello para mí era la mayor mezcla de sentimientos que jamás había experimentado.

Su aroma inundó el espacio.

Lo odiaba por haberme causado tanto dolor y tanta incertidumbre, pero no podía engañarme a mi misma, lo había hachado mucho de menos.

-Sunhee... lo siento.- susurró en mi cabeza para depositar un beso en mi coronilla.

Esa acción fue la llave para no dejarme cegar y recordar el enojo y la rabia que sentía. Taehyung se había marchado como si nada y ahora estaba aquí, abrazándome y creyendo que todo esto se arreglaría con un "lo siento" de su parte, así, sin más.

Pues no.

Me safé de su abrazo y lo miré directamente a los ojos, sorbí mi nariz y limpié bruscamente mis lágrimas con las mangas del hoodie.

-Vete.- mi voz sonaba rota.- Vete por favor.-

Él me miró fijamente.- Sunhee, déjame hablar.-

No respondí y con mi silencio, le otorgué la oportunidad de hablar.

-Sunhee, lamentó haberme marchado así. Lamento no haberte explicado nada, desaparecí porque era lo mejor a todo lo que estaba sucediendo.-

Me molesté aún más.

-¿Lo mejor Taehyung?- bufé - Lo mejor era no verme la cara de estúpida y hacerme creer que hablarías con mi hermano sobre lo nuestro. Lo mejor era enfrentar las cosas sin titubeos. Lo mejor era que me explicaras el por qué de tus reacciones tan violentas, todo se podía solucionar.- tomé aire - Y lo mejor también era que no me mintieras.-

-¿Mentirte?- me miró extrañado.

- Sungjae me lo contó.- dije y pude notar como su ceño se relajó y tragó fuerte.

-Sé que estuve mal. Sé lo que hice y de verdad perdóname Sunhee.- pasó las manos por su cabello.- Es solo que, yo tampoco entendía el por qué de mis actitudes, el por qué me costaba tanto controlar mis reacciones cuando se trataba de ti y por eso mismo me fui. Necesitaba pensar y dejar que tú pensaras.-

Sus palabras demostraban claro arrepentimiento y desesperación.

-Taeh...-

-Quiero estar contigo.- me interrumpió.- He trabajado conmigo mismo, he trabajado en mi temperamento y lo seguiré haciendo continuamente. Estaré bien conmigo mismo para poder estar bien contigo Sunhee. Lo siento, desde lo más profundo de mi corazón, lo siento...-

Él se acercó de nuevo y con sus manos tomó las mías. Su tacto tan suave y cálido dolía pero algo dentro de mí se sentía aliviada por volverlo a sentir así de cerca. Todo era confuso pero tenía algo claro.

No podía perdonarlo. No tan fácil.

No después de haberle llorado noches enteras, no después de haberme cuestionado tantas veces lo qué pasó, no después de haber enloquecido buscándolo en otras personas.
No después de todo el dolor que sentí.

-No quiero mirarte Taehyung.- dije sin dejar de mirarlo.- No ahora.-

Él, con su pulgar, rozó ambos dorsos de mis manos, despacio y pausado para después soltarlas. Dió unos pasos hacia atrás, caminó a paso lento hasta la puerta después de darse la vuelta, abrió la puerta y me dedicó una última mirada.

-Esperaré por ti el tiempo que sea necesario Sunhee.-

Cerró la puerta, marchándose.

Cerré mis ojos fuerte, dejando escapar suspiros y el llanto que me quedaba dentro. Aquel era un llanto provocado por todos los sentimientos encontrados pero sobre todo, porque me hizo darme cuenta de una cosa.

Seguía estúpidamente enamorada de él.