Mi Primera Vez

871 67 2
                                    

Habían pasado los días, se acercaba el momento en el que debía asesinar a esa chica, no sabía como se llamaba, pero la había visto. Para asesinarla debía hacer que pareciera un accidente, ¿pero qué? no tenía idea de como iba a asesinarla, tampoco le había pedido ayuda a Oliver ni a Yves, tal vez se lo diría a Aliana pero debía acostumbrarme a esto, tenía que hacerlo sola.

Tal vez asesinarla como hizo Oliver con Heder sería una opción, además era algo muy sencillo y fácil de hacer, creo que tomaré esa opción, sí, no se me ocurría otra forma más sencilla y que parezca un accidente.

Cuando lo hiciera no podía estar nerviosa, o los demás sospecharían de mí; sería algo muy difícil, no dejaba de pensar en ello, me estaba atormentando, debo tranquilizarme, distraerme; así que elegí un libro y empecé a leer, creo que no fue una buena opción, no lograba concentrarme; entonces dibujaré y así lo hice, esta vez sí funcionó. Logré distraerme por un largo tiempo.

Hoy era el día, debía hacerlo o si no yo moriría.

Salí de casa y me sentía muy nerviosa, se podría decir que hasta estaba sudando. Esto estaba mal, muy mal.

— Hola — me saludó Yves cuando me dirigía al colegio.

— Hola — dije sin mirarlo.

— ¿Qué te pasa?

— Nada, estoy bien — continuaba con la mirada al suelo.

— No lo pareces, te ves como... nerviosa.

— Te lo aseguro, no pasa nada.

— Bueno, si tú insistes, te creeré — en el resto del camino estuvimos hablando de libros, como la mayoría de veces.

En todo el día no pude aclarar mis pensamientos, tenía miedo, claro, era la primera vez. Fui una tonta al meterme en esto.

A la salida me despedí de Aliana e Yves y salí precipitadamente. No podía perderla.

Cuando ella salió la seguí, definitivamente la mataría como Oliver hizo con Heder. Esperaría a que fuera a cruzar una calle y la empujaría, el problema es que no podía dejarme ver. Debía ser muy cuidadosa.

La estaba siguiendo lentamente hasta que al fin cruzaría una calle. Cada vez me sentía más nerviosa. Me acerqué muy despacio, estaba detrás de ella, creo que no sería capaz de hacerlo, pero si no lo hacía moriría y yo quería acabar con el juego de Niel. 

Divisé a lo lejos que se acercaba un auto, se acercaba el momento de hacerlo, cada minuto que pasaba me sentía más nerviosa, si seguía así me descubrirían, debía relajarme; entonces respiré hondo y me tranquilicé un poco. El auto estaba cada vez más cerca, debía hacerlo.

Fue un impulso, un pensamiento rápido. Lo hice ¡lo había hecho!, pero me sentía mal, quería regresar el tiempo. Esto no podía estar sucediendo, estaba mal, estaba muy mal. 

Ella estaba en el suelo, inconsciente, no sé si ya estaría muerta; el auto había parado, de él se bajó alguien para ayudarla. Yo debía tener pruebas de que la había asesinado, pero ¿cómo iba hacerlo? No podía hacerlo en este momento, pues todos se darían cuenta, pero no tenía otra opción. Así que cogí mi celular y tomé algunas fotos disimuladamente. Creo que nadie me vio, todos estaban concentrados en el accidente.
En ese instante llegó una ambulancia y se la llevaron, yo regresé a mi casa; ya había hecho lo que debía hacer, ya había pasado por ese momento difícil.

Me sentía mal por lo que ocurrió, quería olvidarlo, pero era imposible; entonces se me ocurrió algo: me autolesionaría por cada persona que asesinara, parece algo loco pero yo también debía sufrir, aunque todavía quedaría con la culpa.

Me dirigí a mi cuarto, como siempre, para cumplir mi promesa decidí cortarme en el brazo. Vi como la sangre emanaba de la herida, ahí fue cuando me empezó a doler, me dolía demasiado y la sangre no paraba de salir, me arrepiento de haberlo hecho, ¡oh, rayos!, pero creo que era algo bueno. Busqué algo para ponerme en la herida, así dejaría de salirme sangre, bueno, al menos tan sólo por un momento.

Cogí mi computadora y envíe las imágenes a Niel, él me devolvió el mensaje con la siguiente persona que debía matar, después seguí hablando con él; hablar con él se estaba volviendo costumbre.

Pasaron los días y yo ya había asesinado alrededor de más de 10 personas, no podía creer que ahora fuera una asesina; ya me parecía tan normal, aunque todavía no conseguía algo de la identidad de Niel, ¡no había conseguido nada! Fue patético al haber entrado en esto. Sería una oportunidad salirme en este momento, pero debía al menos conseguir algo, y pensar que este esfuerzo no fue en vano. Aunque sí había logrado algo, había conseguido que Niel confiara mucho más en mí, nos contábamos muchas más cosas.

Y bueno, pues mis brazos estaban llenos de cicatrices, siempre usaba algo que me las cubriera, por ejemplo chaquetas o camisas de manga larga y por eso nadie se había enterado de ello, supongo que a mis padres no les importaría, ya habían dejado de hablarme por completo.

Aliana tampoco había conseguido algo al respecto, seguíamos intentando lograr algo y nuestra amistad había mejorado.

El Juego De NielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora