¿Quién Es Él?

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Estuvimos un rato hablando, hasta que recordé que no sabía como se llamaba, hoy se lo preguntaría.

— Eh... ¿cómo es qué te llamas? — pregunté, él se puso serio, era una pregunta sencilla, no le veía el problema.

— Bueno, yo sé quién eres tú, al fin te encontré.

— ¿Eh? ¿me encontraste? — dije con perplejidad.

— Okey, lo haré de esta manera — hizo una pausa —. Me presento: soy Niel.

— ¿Qué? Eres...

— Sí, soy ese mismo, el creador del juego de Niel, el mismo que te hablaba por Facebook — estaba atónita, perpleja, de todas las maneras que se pueda describir, ¿Cómo me podía estar buscando? 

— ¿Esto es una broma, verdad?

— Sabía que no me creerías, pero es cierto — Niel no sería de esa forma, él es demasiado bueno como para ser Niel.

— ¿Ah? Pero, ¿por qué me lo dices?

— Nunca me había revelado a alguien, lo hice porque eres en la única persona en la que confío.

— Es que... Todavía no lo creo, no es posible.

— Debe ser difícil creerlo, pero créeme — debía creerle, ¿quién se haría pasar por él? Además, dijo que me conocía.

— Entonces, ¿cómo me llamo? 

— Eres Dafne.

— Estás en lo cierto — tal vez sí lo era.

— ¿Ahora me crees?

— Digamos que un 70%

— Bueno, eso es algo, ¿quieres ayudarme en esto? — me dijo y extendió la mano.

— Está bien — le di la mano, ya que más da, mi vida se había vuelto un desastre, ya no tenía sentido.

— Vamos — yo lo seguía a él, no sabía para dónde íbamos. Llegamos a un lugar que nunca había visto, entramos a un cuarto, era pequeño y estaba oscuro. En las paredes habían dibujos que yo suponía que eran de él. Tenía un estante lleno de libros y su computadora, era obvio.

— Aquí es donde vivo, no me gusta salir y mucho menos la luz, por eso tan oscuro. Bueno, aquí es donde paso mi vida, encerrado, sin tener contacto con la especie humana — lo decía con desagrado, quería saber por qué odiaba a los humanos.

— ¿Y por qué no hablas con las personas?

— Los humanos me parecen estúpidos, puede ser algo irónico ya que soy humano, pero es cierto, las personas sólo existen para ser mejores que los demás, sólo piensan en sí mismos y no piensan en los demás, se dejan convencer de lo que dice la sociedad y siempre quieren demostrar que son los mejores — ¡ah! Eso era, era por eso que odiaba a los humanos. Pues tenía algo de razón, pero no estaba del todo de acuerdo.

— Entiendo, ¿y no tienes familia?

— Los mataron.

— Lo siento.

— Los culparon de un delito que no cometieron, los arrestaron y allá murieron. Mis amigos me dejaron de hablar cuando se enteraron, desde eso dejé de confiar en las personas y también es una de las razones por las que odio a la especie humana. Nunca debes confiar en las personas, nunca.

— Lo siento mucho.

— Un lo siento no arreglará nada.

— Perdón.

— No te preocupes, no tienes que dejar de decirlo, sólo que conmigo no funciona — ¡wow! El pensamiento de él era algo interesante, quiero conocerlo más y saber que piensa sobre las cosas.

El Juego De NielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora