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Eran las 2 de la mañana, no sé por qué me había despertado, tal vez dormí lo suficiente. No dejaba de pensar en esa página, ¿quién la creó? ¿por qué lo hizo?, debía encontrar la respuesta a esas preguntas, eso era lo que deseaba.

Debía salvar a mi hermana y no podía dejar que se diera cuenta de todo esto, aunque ya lo sospechaba.

Parecía un detective, tenía que encontrar muchas cosas, principalmente el mejor amigo/a de mi hermana; esa persona al matarla salvaría 3 vidas, la de Anabell, Oliver y la mía. Tenía un poco de justicia, pues se salvarían 3 vidas, aunque no se lo merecía, pero era lo mejor.

De alguna manera debía entrar en el cuarto de mi hermana y tomar su celular o computador, podría encontrar alguna señal de su amigo más cercano.

Tal vez sería fácil, mi hermana se mantenía con sus amigos, y mis padres trabajando, el problema era que mi hermana cerraba con llave su cuarto, no dejaba que alguien entrara, a veces hasta creía que escondía drogas, no sé, yo me imaginaba muchas cosas.

A penas habían transcurrido 5 minutos, yo sentí que había pasado mucho tiempo. Tenía hambre, pero no tanta como para ir a buscar algo de comer, además no quería levantarme, lo único que podía hacer era leer, pues mi libro estaba al lado, y así lo hice.

No sé cuánto tiempo pasé leyendo, pero ya debía prepararme para ir al colegio. Ahora sí tenía demasiada hambre, fui a buscar algo de comida.

Como de costumbre, tuve que esperar a mi hermana, esta vez sí nos encontramos con Yves, se veía mucho mejor.

— ¿Cómo estás? - le pregunté.

— Bien, he mejorado considerablemente.

El resto del camino hablamos de libros, era normal, mientras que mi hermana sólo nos escuchaba, nunca hablaba, se podría decir que era antisocial con nosotros, no le importaba de lo que nosotros hablábamos, además, no sabía nada de libros, a duras penas se leía los libros que le ponían en el colegio.

Llegamos al colegio, me acordé que debía buscar a el mejor amigo o amiga de Anabell.

— Debo seguir a mi hermana, tal vez no entre a la primera clase — le dije a Yves mientra me alejaba. Me miró con cara de incrédulo.

— No puedes faltar a la clase - dijo.

— Es necesario.

— ¿Y qué le diré al profesor?

— No sé, inventa cualquier excusa.

— Me gustaría acompañarte.

— No puedes, es algo... no sé como decirlo... Es algo delicado.

— Por favor, quiero ayudar.

— Es por tú bien.

— De acuerdo — dijo a regañadientes.

Seguí a mi hermana hasta su salón, allí se encontró con unas amigas y las saludó, era imposible concluir quien era su mejor amiga, tal vez encontrarla me tomaría toda la jornada de estudio.

Todos entraron a sus salones, claro, excepto yo, ya no podía entrar a clase, el profesor no me dejaría, no tenía otra opción que esperar, entonces comencé a leer, ya casi terminaba de leer "éxodo". Se acabó la clase, me hice en un lugar para que Anabell no me viera. Al fin salió mi hermana, esta vez estaba con una amiga, creó que ya la había visto, tal vez fuera su mejor amiga, sólo tendría que buscar su nombre; pues así sería más fácil para Oliver encontrarla.

Estaba observando cuando de repente Yves apareció a mi lado.

— Hola — me dijo.

— Hola — respondí un poco tensa —. ¿Cómo me encontraste? — pregunté.

— Vi hacia donde te dirigiste, entonces pensé que estarías por aquí.

— Tal vez no entre a esta clase o a ninguna, necesito encontrar algo.

— ¿Qué? ¿y qué le dirás a los profesores? — preguntó, tenía razón, no tenía una excusa justificable.

— No sé, ¿le podrías decir que me enfermé o algo parecido? 

— No lo sé, no quiero ser parte de tus caprichos — ¡genial!, ahora debía convencerlo.

— Vamos, hazlo, por favor.

— Está bien, pero me tienes que contar que es lo que está sucediendo, estás actuando muy extraña.

— Bueno, después te lo diré — Yves se despidió y se fue.

Ahora tenía que concentrarme en mi objetivo, miré y ya no estaban, Yves me había distraído, probablemente ya habían entrado a clase; bueno, seguiría leyendo. Pronto terminaría el libro, no tendría nada más que hacer y no sería muy bueno quedarme sin hacer algo.

Escuché unas voces, me giré y vi a mi hermana que estaba con dos amigas, se encontraba con la que estuvo hace un momento y la otra no la había visto antes; las podría seguir, así me daría cuenta de como se llamaban; las seguí sin que se dieran cuenta, al parecer iban a comprar algo.

— Heder — dijo mi hermana dirigiéndose a una de ellas, con la que estuvo antes; lo descubrí; no puse atención a lo que le dijo, eso no me importaba. Sólo debía decírselo a Oliver, se lo diría en el recreo. Ahora debía volver a clases, no quería, pero tampoco podía quedarme sin hacer nada. Me dirigí a mi salón y esperé afuera a que se acabara la clase.

El Juego De NielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora