Desaparición

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Ya era fin de semana, mi hermana no dejaba de ser la misma, hoy también iría a una fiesta, no tenía la menor idea de a donde iría, tampoco me importaba.

Y yo, tan sólo me quedaría en casa, de todas formas ni me gustaba salir y mucho menos a fiestas. Así que decidí escribir, hace tiempo no lo hacía, aunque no tenía inspiración, pero algo se me debía ocurrir.

Pasé un largo tiempo pensando en algo para escribir, la verdad es que mi mente estaba en otro lado, entonces comencé a dibujar, esto era más sencillo.

Escuché a mi hermana despedirse, era muy temprano para ir a una fiesta, tal vez se encontraría con sus amigas primero, en todo caso ni me interesaba.

Pasaron las horas y Anabell no llegaba, creo que se estaba tardando mucho, nunca se había demorado tanto. Entonces me dirigí hacia donde estaban mis padres.

- ¿No creen que Anabell se está tardando? - les pregunté.

- Tal vez se está divirtiendo - respondió mi madre. Claro, como siempre mi madre apoyando a Anabell, no valía la pena hablar con mi madre y mucho menos con mi padre, pues siempre estaba de acuerdo con ella. Entonces decidí esperar un poco más, tal vez mi madre tendría razón; aunque ¿por qué debía preocuparme por mi hermana? Sabiendo que me había tratado muy mal, pero creo que debía hacerlo.

Pasaron unas cuantas horas más y Anabell no había regresado tampoco había llamado, ahora sí era momento para preocuparse, bueno, al menos yo sí lo estaba.

Entonces llamé a mi hermana, ella no contestaba el teléfono, así que llamé a Oliver, no sé por qué pero algo me decía que debía hacerlo, tal vez el sabría algo.

- ¿Sí? - me contestó Oliver.

- Eh... - se me olvidó para qué lo había llamado -. Eh... ¡ah! Sí, ya lo recuerdo, oye, ¿por casualidad sabes dónde está Anabell?

- No, ¿por qué lo preguntas?

- Es que no ha regresado desde hace rato.

- Hmm, no, no lo sé, ¿todavía desconfías de mí? - no sé a que se debía esa pregunta, ¿desconfiar? ¿a qué se refería con eso?

- No, sólo pensé que podías saberlo.

- ¡Ah! Bueno, si no regresa dentro de una hora me vuelves a llamar, ¿de acuerdo?

- Okey - debía tranquilizarme, creo que estaba un poco paranoica.

Así que la hora pasó lentamente, parecía que el tiempo no transcurría y Anabell no había regresado, tampoco había dado señales de vida. Tomé mi celular y llamé a Oliver.

- ¿No ha regresado? - preguntó.

- No, y tampoco contesta su celular - estaba desesperada -. Por favor, ayúdame.

- Ok, ok, primero debes tranquilizarte. Yo iré a tu casa.

- Bueno, aquí te espero - salí de mi cuarto y fui a la salida, era mejor esperarlo afuera, hasta que al fin llegó.

- Y bueno, ¿sabes a dónde se fue? - me preguntó.

- Sólo sé que iba para una fiesta.

- Hmm, veamos, sé que había una fiesta en la casa de Málory - ¿Málory? Ella era la mejor estudiante de mi clase, además tenía pocos amigos, no sabía que hablara con mi hermana.

- Bueno, ¿vamos a la casa de ella? - dije poniéndome de pie.

- Sí, tal vez esté allí - así que fuimos a la casa de ella, en realidad no se escuchaba ruido, era extraño. Llegamos hasta la casa y no parecía haber una fiesta. Llamé a la puerta e intenté llamar a Málory, pero nadie abrió.

- Esto es muy extraño - dijo Oliver

- Lo es.

- Entonces, ¿qué haremos?

- No lo sé, no se me ocurre otro lugar en donde pueda estar.

- Esto está mal.

- Regresemos a casa y esperemos un poco más, es lo único que podemos hacer.

- Está bien.

El Juego De NielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora