Capítulo 12: Cita Hoy, Cita Mañana

9.6K 513 62
                                    

- ¡Dios, Piero! ¡Relájate!

- ¡Lo siento!... ¡Es que esto está bien fuerte!.- Estoy seguro que sus gritos se escuchaban hasta el otro lado del parque.- ¿Se está deteniendo? ¡Gracias a dios!.- Dijo Piero con una cara muy temerosa pero a la vez de alivio.

- Sí, ya bajó la intensidad y pronto se detendrá... Sólo conserva la calma.- El juego se detuvo después de unos segundos, o tal vez minutos, con esta adrenalina ya no sé.

- Piero, qué tal...- Volteé y Piero estaba vomitando en un bote de basura.

- Ay... No le fue tan bien.- Dijo Lanahi, corriendo a ayudarlo.

- Vaya, qué pena ¡Sus gritos se escuchaban por todas partes!.- Entonces Raúl se echó a reír a más no poder.

- Tranquilo he, que él sí se atrevió a subir, no que otros dan la pinta de malos y ni suben.

- Oh vamos...- Sólo se encorvó y fue hacia Lanahi que estaba con Piero.

- Ey, Piero... Fuiste muy valiente ahí arriba.

- Gracias... Mi estómago no piensa lo mismo.

- ¿No creen que ya es algo tarde?.- Dijo Lanahi mirando al reloj.

- Creo que sí, lo mejor será irn...

- ¡Sí!.- Dijo Lanahi interrumpiendo a Raúl.- Es decir... ¡Piero dijo que me llevaría a casa!

- ¿Lo dije?.- Dijo Piero pensativo.

- Sí, sí lo dijiste, ahora hay que irnos... ¡Chao, guapuritas! Se cuidan.- Nos dio un beso en la mejilla a Raúl y a mí, justo antes de darse la vuelta e irse con Piero.

- Bien... Creo que también debemos irnos.- Dijo Raúl cansado.

- Sí, tienes razón, mira por allá, están pasando taxis.- Dije señalando un aparcamiento de taxis y coches.

- ¡Bien! Vamos.- Dijo animado. Eso es algo que me gusta de él, que es muy enérgico.

- Hola ¿Cuanto nos cobra por llevarnos a la Colonia valle y luego a la Centro?

- No pues unos 130 varos, cuate.

- Pues nos lleva don.

- Dale, subanse.- Aquí comenzaron a hablar como gente de barrio, me dio risa ver a Raúl hablar así, aunque tampoco le di mucha importancia a eso.
En el transcurso del viaje me comenzó a dar mucho sueño, hasta que me llegué a quedar dormido.

- ¡Pablo!

- ¿¡Qué, qué!?

- Despierta, hombre, hemos llegado a tu casa.

- Ah sí, sí... Lo siento me dormí por un rato.

- Un muy largo rato, ahora paga y bájate, que sigo yo para ir a casa.

- Sí, claro, toma.- Dije extendiéndole un billete.

- Bien, cuídate ¡Me saludas a tu madre!.- Gritó mientras el taxi se alejaba con rapidez.

- Bien... Hogar mío.- Dije mientras me acercaba a la puerta de entrada, saqué la llave de mi bolsillo y la metí en la perilla de la puerta, para mi sorpresa mi madre estaba pasando justo enfrente del otro lado de la puerta.

- Hola, mamá.

- Hola, cariño, estaba a punto de acostarme.

- Qué bien, porque también vengo justo para eso, dormir.

- Ay Pablo, siempre durmiendo... ¿Y eso de que hoy no traes chicos a dormir a casa?... Que luego me los encuentro en tu baño y ay no. Me da el patatus.

Un Chico Tímido (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora