Capítulo 46: El Regreso

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BASTANTES SEMANAS DESPUÉS...

Bueno Pablo, es hora de dar una vuelta por el vecindario.
Me puse mis audífonos y salí a trotar.

Ya hace un tiempo que David y yo terminamos, por lo que decidí enforcarme en la supuesta pelea que tendré con Ambrosius, he investigado sobre magia, he buscado su nombre en Internet, y bueno, no hay mucha información que digamos.

Decidí que si iba a pelear contra un brujo, necesitaría estar un poco en forma, así que desde hace un corto tiempo empecé a correr por las mañanas; no es mucho, pero es trabajo honesto.
Al menos tendré una condición física mínima, y no una deplorable.

Aún sigo buscando formas para librar la mente de David, pero no logro encontrar alguna forma, lo único que tengo es que debería derrotar a Ambrosius, y aún así, eso no es garantía de librar su mente de lo que sea que le haya hecho la brujería y los símbolos de mi casa. Es como si al estar en mi casa se hubiese medio roto el hechizo que tuviese.

Además de que he dejado de tener visiones o encuentros inesperados con fantasmas y entidades en mi día a día.
Lo que sí es frecuente, ahora es un extraño sueño donde estoy atrapado en una habitación oscura, por más que trato, no veo nada, sólo escucho voces, pero cada vez que lo sueño, las voces son más fuertes, como si sufrieran, pero no entiendo lo que dicen.

Esos sueños me hacen creer que algo malo está por venir, tal vez otro embrujo, fantasmas, Ambrosius... No lo sé, pero algo maligno se acerca.

Hoy, Raúl volverá a hacer una fiesta en su casa. En realidad yo no planeaba ir, pero Lanahi me convenció, diciendo que ya no salgo desde que me quedé soltero.
¿Pero quién tendría tiempo para fiestas, cuando pelearás por el universo?

Quisiera decir que no me asusta pelear contra un brujo que ni siquiera sé cómo luce, o si en verdad es tan poderoso como dicen.
Además de que tendré que enfrentarme a él, estando yo solo.

Llegué a mi casa, después de darle un par de vueltas a las calles cercanas.

Ahora me daré un baño y me prepararé para la fiesta de Raúl.

UNAS HORAS MÁS TARDE

Hmm 6:32, y ya estoy listo, perfectamente vestido y perfumado.

Me decidí por un pantalón azul oscuro, que aparenta ser de mezclilla, pero es un tanto elástico (y muy cómodo) me puse unos botines negros y camisa de vestir negra.
¿Habré usado demasiado negro?
Nah, nunca es demasiado negro.

Comencé a reacomodar la ropa que saqué, porque ahora está hecho un desastre el cuarto.

RIIING BURRRRRP RIIIING

¿Cuándo cambié mi tono de llamada?

- ¿Hola?.- Dije al contestar sin ver el teléfono, mientras doblaba unas camisas.

- ¡Hola, guapurita! ¿Ya estás listo?.- De haber sabido que era ella, no me hubiese pegado el teléfono a la oreja.

- Así es, justo estaba terminando de perfumarme.

- ¡Qué elegante! Ya estoy llegando, para que no tardes en abrirme.

- Bien, iré bajando las escaleras.

- ¡Viva! Te cuelgo, besos.- Colgó.

Me apresuré a terminar con la ropa.
Corrí hacia las escaleras, y me dirigí a abrir la puerta.

Debería de estar por llegar.

Oh ahí viene.

- ¡Ya llegué!.- Dijo al correr hacia mí.

Un Chico Tímido (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora