Capítulo 8: Noche De Películas

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VIERNES POR LA TARDE

Ya no me queda mucho tiempo para alistarme, debo darme prisa si quiero ir bien a la casa de Raúl.

De acuerdo, veamos... Palomitas listas, churros listos, salsa lista.

Mmm ¿Estaré llevando demasiado? Creerán que soy un glotón...
Venga ¡Será una sorpresa para ellos!

Sólo me quedan tres horas.
Son las cinco de la tarde y comienza a las ocho, así que estoy bien.

Comida lista, llaves listas y mi teléfono en mis pantalones.
Muy bien, creo que ya tengo todo.

De ropa me iré vestido con unos jeans negros ajustados y una camisa algo floja, y claro, no podrían faltar mis converse viejos (el tiempo sólo les da otro estilo).
Ahora sólo me relajaré un rato viendo la televisión ¡Hay un nuevo programa! Es para niños, pero a mi me gusta, me da igual que digan que soy un tanto infantil.

Después de un largo rato * 7:43 *

- ¡Huaaa!...- Dije estirándome con pereza.- Mmm, me quedé dormido ¿Qué hora es?.- Volteé a ver el reloj que teníamos en la sala.- ¡Maldición! Me quedé dormido por mucho tiempo ¡Ya voy tarde! Siento que me faltan cosas. Ya llevo comida, celular, salsa, llaves... ¡Dinero! Sí, tal vez unos $20 en caso de emergencia me vendrían bien.
Salí lo más rápido posible de mi casa y me dirigí a la de Raúl.

Ya estoy de camino pero... Me acabo de dar cuenta de algo terriblemente malo.
Yo odio ver películas de terror.
Me estresan por ser muy largas, por eso amo las creepypastas, son cortas e interesantes. O al menos la mayoría ¿Cierto? Tengo miedo de que pongan una de las que el personaje asesino sale de pronto de algún lugar oscuro o cuando aparece por la ventana ¡Qué tal que pego un grito y se ríen de mí!

O si es una gore... ¡Me dan un asco pero tremendo! Aunque si dejamos de lado las gore, las demás películas de terror (algunas veces) tienen una buena trama. Por eso es lo único por lo que las soporto.
Dejé de pensar en qué tipo de película pondrán y mejor me dediqué a caminar a paso algo más rápido, no quería llegar tan tarde... Dicen que llegar tarde es llegar elegante, pero yo prefiero llegar un poco antes, así tengo más tiempo para convivir con la demás gente.

Bueno... Ya es hora, estoy enfrente de la casa de Raúl, y al parecer ya llegó Luis, puesto que se escuchan unos golpes y voces del otro lado de la puerta.

Muy bien... ¡Aquí vamos!
Toqué el timbre ligeramente.

Ding tamales dong

¿Qué no hay timbres que no estén descompuestos en esta ciudad?

De pronto los ruidos del otro lado pararon por arte de magia (como cuando mi mamá se despertaba en la madrugada y yo veía mis series, rápidamente cerraba mi laptop y me acostaba; nunca se enteró o al menos es eso lo que yo creo) entonces la puerta comenzó a abrirse lentamente.

- ¡Eh! ¡Pablo! Entra, no creímos que llegarías tan temprano.- Al entrar dejé mis cosas en una silla que estaba ahí muy puesta para ser ocupada por alguien o algo; en este caso: mis cosas.

- Pues aquí estoy... ¿Y qué son todos esos ruidos que se escuchan hasta mi casa?

- Oh, eso, no te preocupes, Raul y yo estábamos "batallando" el uno contra el otro.

- ¿A qué te refieres con "batallando"?

- A esto: ¡Ahora, Raúl!.- De pronto Raúl salió de un lugar impensable y me tacleó, quedándose arriba de mí.

- ¡Maldición, Raúl!.- Fue lo único que pude decir al recibirlo con una sorpresa tan grande y uno que otro moretón.

- Vamos, no te enojes chiquitín ¡No te abría tacleado si hicieses más deporte!

Un Chico Tímido (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora