Capítulo 29: Una Fiesta Tormentosa

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- ¿Pablo? ¿Estás bien?

- ...

- Pablo, por favor dime algo.

- ...- No puedo creer que me volvió a golpear.

- Estás...- Se agachó y se acercó hacia mí.- ¿Bien?- Me tocó con delicadeza el brazo.

- ¡No me toques!.- Aventé su mano de una manera muy brusca.

- Yo... Yo lo siento.

- No, no lo sientes de verdad.- Duele tanto que estoy haciéndome presión con la mano para reducir el dolor.

- Lo siento tanto, en serio, no quería hacerte eso, pero estoy alcoholizado y... Y me hiciste enojar.

- Así que ahora es mi culpa.

- No quise decir eso.

- No... ¿Sabes qué?

- ...

- Tienes razón.- Como pude me levanté.- Todo es mi maldita culpa.- Empezaron a escucharse y a verse truenos por la ventana.- Así que mejor me voy a la chingada.- Genial, ya me enojé.

- No hables así... No me dejes solo.- Parece que ya se le bajó la borrachera; Según veo, es cierto que cuando te pasa algo fuerte, se te baja lo borracho.

- ¿Qué esperas que haga? ¿Que me quede contigo a pasar la noche? ¡Claro, eso sería fantástico!

- ¿Estás usando sarcasmo?

- Me largo.- Me puse mi ropa lo más rápido que pude.

- No te vayas.- Me agarró del brazo antes de que me saliera.

- ¿O qué? ¿Vas a pegarme de nuevo?

- Yo no te...

- Adelante, hazlo.
Pero hazlo más fuerte, que esta vez no me hiciste escupir sangre.- Los truenos no paran de sonar y de iluminar la habitación.

- Lo siento tanto...- Soltó mi brazo.

Salí sin voltear hacia atrás, traté de no encorvarme por el dolor, puesto que no iba a dejar que me viera más débil de lo que ya aparento.

Bajé las escaleras con un gran dolor en el estómago.
Esta vez no me hizo sacar sangre, pero sí me duele más que la última vez.

Me iré a mi casa, pero antes quiero descansar un poco, por el golpe.

Me senté en el sofá mientras me apretaba con un cojín.
Qué exagerado es esto, tampoco fue un gran golpe como para que me doliera tanto.

- Cómo duele.- Dije casi en un susurro.

- ¿Qué te duele guapurita?

- Ah, Lanahi, no te había visto.- ¿Cómo me escuchó?

- ¿Te sientes mal?

- Sí, creo que las papitas me cayeron mal.

- Ya ves, para qué te atascas.

- Sí, fue mi culpa...- Me quedé viendo al vacío.

- Ah... Bueno, lamento haberte dejado hace un rato.

- No te preocupes, ya vi que andabas ligando.

- Ay no sé si se considere como un ligue.

- Yo opino que sí.

- ¿Crees que le gusté?

- Por como se veían, creo que quería algo más.- Yo los había espiado un buen rato, más temprano, cuando apenas me estaba comiendo las papitas.

Un Chico Tímido (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora