Capítulo 33: El Pago

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- Bien... A ver qué tanto avanzó.- Abrí la puerta, y santa sorpresa me tocó.- Pero qué...- Huele muy bien, todo se ve limpio.

¡Hasta brilla!
Debió poner de la cosa esa para hacer brillar muebles ¿Brillador será?

Eh, que la verdad no sé su nombre.

Metí las bolsas, las dejaré en la cocina, excepto la bolsa donde tengo mi desodorante y gel.

- ¿David?.- Revisé la cocina.

No está.

Pero qué cocina más limpia, nunca la había visto de esta manera... ¿Y la mancha del techo?
Había una mancha negra en el techo (antes era morada, pero no entremos en detalles).

Sí que se tomó en serio lo de dejar limpia la casa.

¡El baño!

Corrí con temor de que también lo haya limpiado.

Y mi miedo aumentó, pues todo está reluciente.
Algunas cosas hasta parecen nuevas.

Al menos me doy cuenta que David sería una gran ama de casa.

Supongo que ya debo resignarme a que David me... Me...
Ay, ya ni sé si sí quiero o no.

Aunque quiera o no, él ya limpió.

Pero y él dónde está.

Fui a mi habitación, puesto que no creo que esté en el cuarto de mi madre.

Está acostado en mi cama.

- ¿Estás despierto?.- Sin respuesta.

Genial, está dormido.
Técnicamente le dije que volviendo de las compras él cobraría la apuesta.
Y si está dormido... Todo perfecto.

Dejé mi gel, mi desodorante y... ¿La cinta?
Debió venirse en esta bolsa sin querer. Como sea, también la dejé en la cabecera a un lado de mi cama.

Me quité los zapatos y el pantalón, quedando sólo con mi camisa y bóxer.
Cobijé a David y me metí a bañar al piso de abajo. Con lo mucho que me gusta bañarme abajo, pero no quiero despertarlo.

Al salir de bañar me fui a acostar.

- ¿Qué rayos?.- Dije en voz baja al sentir algo muy raro en mi espalda.
- Los condones...- Aquí está una tira de 16 condones, son de los efecto retardante... ¿Qué será eso que tiene planeado?

¿Y por qué tantos?

Ay no, la que me espera.

AL DÍA SIGUIENTE

- Pablo, Pablo...

- ¿Mmm?...

- Ya es de día.

- Qué bien, acuéstate y déjame dormir.

- Cobraré mi recompensa más tarde.- Rayos, él ganó, es cierto. Tengo que hacer algo y rápido.

- En realidad...

- ¿Qué pasa? Hice todo.

- Así es, lo hiciste todo, pero dije que te daría tu recompensa ayer, cuando yo regresara... Y te quedaste dormido, así que...

- ¡Eso es trampa!

- No grites, que tengo oídos sensibles por las mañanas.

- No es justo, recogí todo.

- Pero el trato era ayer, no para hoy. Mejor suerte para la próxima, mi rey. Ahora déjame dormir, que tengo sueño.- Le di la espalda y me cobijé, él no se movió ni un poco, sólo se quedó estático; me alegra haberme librado de ese problema, ahora a dormir un poco más.

Un Chico Tímido (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora