Poh:man se quedó extrañado con aquellas palabras que le había dicho la sabia. El muchacho tomó otro saco de pieles y lo colocó sobre el carro de mercancías. La sabia había apuntado a Poh:man y no sabía lo que eso podía significar. ¿Acaso sería Poh:man quien traería el wendigo a los Owanjila, O ¿Acaso sería Poh:man quien sería elegido para matar al wendigo? Poh:man entonces tomó otro saco de pieles y lo subió. Durante el invierno las pieles de wapití y alce eran abundantes, por lo que había muchos de ellos, el invierno alejaba a los osos y depredadores, por lo que podían descender de las montañas hacia los bosques. Y Poh:man y su padre Ronkwe:oneka aprovechaban para cazarlos. Existía una gran diferencia entre el estrepitoso método de casa europeo de los hombres de la frontera usando trabucos y fusiles. Con respecto al limpio y discreto uso del arco y flecha. Un cazador Owanjila podía matar tres o cuatro ciervos con un buen arco, un carcaj de flechas y una buena montura. Que uno o máximo dos, que mataban los hombres de la frontera con sus fusiles y trampas mal hechas.
Cuando Poh:man terminó de colocar él ultimo saco con pieles se sentó sobre la grama. Escuchó entonces el tintineo de las espuelas de las botas de montar de Anton Eisenbach, el hombre se recargó sobre el carro al lado de Poh:man y sacó de una bolsita de cuero una tira de carne de venado seca, el hombre cortó un pedazo con una navaja y se la comió, cortó otra y se la ofreció a Poh:man, el muchacho la tomó y se la comió con gusto.
—¿Un penique por tus pensamientos? —Preguntó Anton Eisenbach.
—¿Qué?
—Nada, es una expresión de los colonos. —Dijo Antón. —¿Qué es lo que te molesta Oso que Crece? He podido notar que estás más taciturno que de costumbre.
—Nada, es solo...las palabras de la vieja sabia. —Dijo Poh:man. —¿Usted cree en el destino señor Eisenbach?
Antón Eisenbach lanzó una risotada. —Siglos atrás, uno de mis ancestros Reinhard Eisenbach hizo un juramento de sangre ante dios, que ningún miembro de su familia cruzaría las puertas de san pedro, hasta que hubiesen erradicado a la Vieja Sangre. Eso fue más o menos 300 años atrás. Son las palabras que mi familia ha pasado de generación en generación, que estamos destinados a erradicar a la Vieja Sangre.
—¿Qué es la vieja Sangre? —Le preguntó Poh:man.
—No me creerías si te lo dijera. —Respondió Antón Eisenbach.
—Pienso yo...que el wendigo vendrá por nuestra tribu, y yo soy quien acabará con él o será quien lo traiga a nosotros. —Respondió Poh:man.
—Pienso que nadie puede escapar de las leyes del destino, ni ningún hombre, ni siquiera los dioses. Por lo que no importa lo que crees elegir, todo está ya predestinado a ocurrir de una forma u otra. —Respondió Antón Eisenbach.
—¿Gracias? Pero eso no me ayudó en nada. —Respondió Poh:man.
—Lo que quiero decir es que no pierdas tiempo pensando en eso. —Respondió Antón Eisenbach. —Solo sigue avanzando y encontrarás la respuesta.
Entonces apareció el padre de Poh:man. con otro saco lleno de pieles, el hombre lo colocó sobre el carro de mercancías.
—Bueno hora de irnos. —Dijo el hombre. Poh:man se levantó de suelo y subió al carro de mercancías y luego ayudó a su padre a subir. —¿Vendrás con nosotros Antón Eisenbach?
—Por supuesto. —Respondió Anton. —Hace días que me esperaban en Heaven's Peak. El hombre subió a su corcel, y siguió a Ronkwe:oneka y a Poh:man. Cuando entraron al camino, el padre de Poh:man le cedió a su hijo las riendas de los caballos de tiro.
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Dignidad y Destierro
Historical FictionEl sueño de Genever Denan simpre ha sido conseguir la mano de Lady Lyanne Merrybound. Y ahora que regresa a Yarmouth como veterano de la guerra en Irlanda cumplirá con su sueño de una u otra forma. Cuando Lyanne Merrybound recibe las noticias sobre...