Habían estado cabalgando por largo rato. Genever no podía creer toda esta situación. Jaime yacía muerto y lo había dejado en aquel paraje. Y peor aún pronto llegarían las noticias, el pueblo de Yarmouth se pondría en alerta, estarían buscando al asesino de Jaime. No tardarían mucho en averiguar que se trataba de Genever Denan. Cicerón había guiado al muchacho a una ciudad costera donde había un gran barco anclado en el muelle.
—¿Dónde estamos? —le preguntó Genever a Cicerón.
—En Pevensie. —respondió el hombre. los dos guiaron sus monturas hacia la ciudad. Un aroma a arenque inundó sus narices.
—¿Y por qué estamos en Pevensie?
—Necesitas irte Genever, alejarte de aquí lo más posible. Jaime es un caballero ungido por el rey en persona y además iba a ser el hombre que entrenaría a Lord Cyrus para su carrera militar. Prácticamente eres hombre muerto si te quedas aquí. —Respondió Cicerón.
—Estoy seguro que...no sé, podría tratar de explicar las cosas. —Trató de decir Genever. Pero él ni siquiera podía creer lo que había hecho y también entendía que nadie le iba a creer. —Arthur es magistrado, tal vez si apelo a él...
—¿Apelar a qué? ¿su misericordia? Tal vez si Jaime te hubiera atacado, y fuese en defensa propia, pero la verdad es que lo mataste estando drogado. Sí vas con Arthur, lo mínimo que podrás esperar de él será la horca. —Dijo Cicerón. No mentía, Genever sabía que Arthur era un hombre eficiente, pero no bueno. Él se refugiaría en la evidencia para hacerse un juicio, y toda la evidencia apuntaba a Genever Denan como el culpable.
Los dos entraron a una posada. Cicerón pagó por una habitación, la lluvia comenzó a caer con fuerza sobre la ciudad, los caminos de tierra se convirtieron rápidamente en lodazales. Y las ventanas de la taberna se empañaron, una mujer de rostro demacrado cantaba una saloma de marineros, "El último vaso." Genever se sentó en una mesa junto a una ventana. Cicerón regresó con un par de tarros de cerveza espumosa. Aunque lo último que Genever quería hacer era beber en ese momento.
—Tómatela, podría traerte agua, pero siendo sinceros la posibilidad de contraer cólera sería muy alta. —Respondió Cicerón y luego comenzó a beber, un bigote de espuma de cerveza burbujeó sobre su boca. —Es lo más saludable que encontrarás en este establecimiento. ¿Qué es lo que ocurre Genever?
El joven caballero yacía jugando con su argolla matrimonial, rodándola con su dedo indicie sobre la superficie de la mesa de roble, la cual estaba rayada con marcas del filo de navajas y cuchillos. Genever dio un suspiro.
—Se supone que me casaría este fin de semana. —Respondió Genever. Mi padre aportó 600 libras para la boda.
—Si bueno, es mejor que se hayan perdido 600 libras en una boda que se canceló, que en un funeral. —Respondió Cicerón.
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Dignidad y Destierro
Historical FictionEl sueño de Genever Denan simpre ha sido conseguir la mano de Lady Lyanne Merrybound. Y ahora que regresa a Yarmouth como veterano de la guerra en Irlanda cumplirá con su sueño de una u otra forma. Cuando Lyanne Merrybound recibe las noticias sobre...