Alrededor de las ocho de la noche, los carruajes comenzaron a circular por las calles de la ciudad hacia el viejo castillo de los Lanfield. Aunque la familia Lanfield se había mudado a la ciudad de Norwich, el viejo castillo todavía era utilizado como una casa de verano para la familia. Lyanne sacó la cabeza por la ventanilla del carruaje y observó el río de luces de las carrozas dirigiéndose hacia el patio de armas del castillo. Desde antes de llegar podía escucharse la música y apreciarse los fuegos artificiales traídos de oriente. Eleonora Lanfield era una mujer que tenía una vasta fortuna para derrochar, por lo que no escatimaba gastos en sus fiestas.
El refrescante aire nocturno chocó contra el rostro maquillado de Lyanne. Su larga cabellera marrón hondeaba en el viento. En el interior de la carroza yacían el padre de Lyanne; Algernop y su madre Karen. Los dos estaban vestidos con sus mejores ropajes para esa noche. Contentos con su vida.
—El castillo es tan fantástico. —Dijo Lyanne. —Con esas luces parece salido de un cuento de hadas. Qué envidia me da, La Condesa Eleonora es capaz de pasar los veranos en un castillo como ese.
—No deberías sentir envidia. —Respondió su padre. —¿Sabías que había un tiempo en que los Merrybound y los Lanfield pertenecían a la misma familia?
—No otra vez con esa historia. —Dijo la madre de Karen.
—¿Qué historia? —Le preguntó Lyanne a su padre.
—Mi ancestro Allys Merrybound, contrajo matrimonio con Edmund Lanfield. Hacía varios siglos atrás.
—Pero yo no soy una Lanfield. —Respondió Lyanne Merrybound.
—Eso es porque desciendes de un hijo segundo. —Respondió su madre Karen. —El hijo de Allys Merrybound; William, él heredó el apellido Lanfield, mientras que su segundo hijo Jacques, se quedó con el nombre Merrybound. Bueno basta con las clases de historia, hoy es una noche especial para ti Lyanne, ya que será esta noche donde tú anuncies tu compromiso de matrimonio con Sir Genever Dennan.
—¡Lo sé! —Exclamó Lyanne. —No puedo creer que al fin vaya a casarme con Gene.
—Ni yo tampoco. —Respondió su padre Algernop con los brazos cruzados y una expresión molesta. —Pero debo reconocerlo, el muchacho cumplió con su promesa. Él dijo que se convertiría en un gran hombre y lo mantuvo. Se convirtió en un caballero. Un gran honor para el hijo de un comerciante.
El carruaje de la familia Merrybound no era el más lujoso, pero tampoco era un carretón. Su cochero Bedford era un hombre anciano que había vivido toda una vida trabajando como conductor de diligencias. El hombre estacionó la carroza en el patio de armas del castillo. La crema y nata de la alta sociedad de East-Anglia estaba ahí reunida. Juzgando todo, los hombres de negocios, comerciantes y nobles juzgarían a un hombre por su porte, por lo recto de su postura y por el tono de voz y fuerza en su apretón de la mano. Pero Lyanne no temía a la mirada lasciva de los hombres, estaba acostumbrada a ella desde que cumplió los 13 años. Le preocupaba más lo que dirían las otras damas y mujeres nobles. El arma de los hombres era las pistolas, los sables y los puños para solucionar problemas. Pero las mujeres nobles, corroían la reputación de una dama con susurros y chismes. Y cualquier cosa era motivo de chisme, desde la edad de casamiento, desde el color que usaban en sus vestidos de gala, "Rojo y purpura solo para la reina, las nobles de alto rango y las prostitutas, un gran busto requería un escote menor y un pequeño busto un escote mayor de lo contrario te ganarías el nombre de tabla para lavar ropa"
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Dignidad y Destierro
Historical FictionEl sueño de Genever Denan simpre ha sido conseguir la mano de Lady Lyanne Merrybound. Y ahora que regresa a Yarmouth como veterano de la guerra en Irlanda cumplirá con su sueño de una u otra forma. Cuando Lyanne Merrybound recibe las noticias sobre...