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— ¿Y bien? — Le pregunté a BamBam una vez que había reunido a el equipo aquí.

— Sungchan y Minjeong, ustedes irán a el almacén abandonado fingiendo ser una pareja de adolescentes enamorados en medio de una cita. — Habló mirándonos a ambos.

— ¿Una pareja de adolescentes teniendo una cita en un almacén abandonado? No suena lógico. — Respondió Sungchan cruzándose de brazos.

— No creo que sospechen.

— No son estúpidos, BamBam. — Interrumpí. — Si queremos atraparlos habrá que hacer algo mucho mejor que eso.

BamBam pasaba sus dedos por su mentón, con la mirada fija en una de las fotos, claramente pensativo.

— ¡Tengo una idea! — Anunció NingNing, a lo que todos volteamos a verla. — Para que suene más creíble, ustedes pueden fingir que son unos extranjeros que se perdieron en lo que exploraban el lugar. — Dijo mientras nos apuntaba con el dedo a Sungchan y a mí.

— ¿Y BamBam y tú? — Pregunté.

— No tenemos ninguna razón para entrar a una tienda abandonada como "civiles", por lo que nos podríamos quedar dentro de la patrulla haciendo guardia, y cuándo veamos algo sospechoso, entramos.

— Me parece más lógica esa idea. — Volvió a hablar Sungchan. — ¿Y tú, Winter? ¿Qué opinas? Recuerda que la última palabra la tienes tú. — Ahora todas las miradas estaban fijas en mí.

— La idea de hacer guardia no me parece nada mal, pero ir Sungchan y yo solos a un almacén abandonado en donde posiblemente haya una multitud de criminales armados me suena totalmente estúpido. — Me crucé de brazos.

— Oh, vamos Winn, ni siquiera es seguro que Yoo se esconda ahí. Es solamente ir, inspeccionar y ya. — Insistió BamBam.

— Si no te sientes segura, simplemente lleva tu arma escondida bajo la ropa y listo. Yo haré eso. — Ahora fue Sungchan.

— Y si las cosas se ponen feas, llamanos y estaremos lo más pronto posible ahí para cubrirlos.

— ¡Agh! Está bien. — Me rendí y todos dieron unos mini saltitos de la emoción. — Pero si salimos heridos o algo, ustedes se hacen cargo de los gastos médicos. — Miré de forma amenazante a NingNing y a BamBam, quiénes asintieron con la cabeza.

Pasaron aproximadamente 30 minutos para que estemos listos. BamBam y Yizhuo subieron a la patrulla para ir rumbo a la tienda abandonada mientras que Sungchan y yo nos vestimos como gente común y corriente para luego subir a la camioneta marca Chevrolet de color negro que tengo.

Fuimos todo el camino en silencio. Una vez que llegué al final de la carretera, estacioné la camioneta y nos bajamos para luego adentrarnos al bosque.

— ¿A quién carajo se le ocurre construir un almacén en medio de un bosque? Con razón lo abandonaron. — Se quejó Sungchan cuando ya llevábamos unos 10 minutos caminando.

Caminamos unos metros más y logramos ver un almacén a lo lejos. Nos acercamos con cautela, yo tenía mi mano derecha cerca de mi arma por cualquier cosa que pase. Una vez en la puerta, estábamos por abrirla cuando escuchamos unos gritos detrás nuestro.

— ¡Ayuda! ¡Por favor! — Nos dimos la vuelta y vimos a unos 15 metros a una mujer castaña, no logro distinguir bien su cara. — ¡Está herido!

— ¿Quién está herido? — Respondió el pelinegro en lo que se acercaba a la misteriosa mujer. Yo me quedé en mi posición, atenta a cada uno de sus movimientos.

Siento que se me hace conocida, pero no logro distinguir bien su cara. Creo que debería usar anteojos.

— ¡Ven rápido! — La mujer corrió adentrándose más al bosque, sin darle el tiempo a Sungchan de responder.

— Minjeong entra al almacén, yo iré a ver que pasó. — Me indicó para luego seguir a la mujer.

Suspiré pesadamente para luego abrir la puerta. Cuándo entré al lugar pude ver lo espacioso y oscuro que era, tenía varías cajas y estantes esparcidos por todo el lugar y apenas entraba luz por las ventanas.

Me decidí a inspeccionar hasta el más mínimo rincón, también miraba los estantes en busca de algo sospechoso.

¿Cuánto tiempo estuve aquí? Creo que unos quince o veinte minutos y Sungchan aún no ha vuelto, haciendo que me preocupara ¿y si esa mujer le hizo algo? Iba a salir del almacén cuando escuché una de las puertas ser cerrada con brusquedad, provocando un fuerte ruido y un susto en mí. Me fijé de dónde provenía y era de la puerta que estaba al final. Me acerqué lentamente y con mucho cuidado, saqué mi arma del bolsillo y entré. No había nada mas que cajas.

— Tranquilízate Winter, sólo fue el viento, no hay nadie aquí. — Me hablé a mi misma tratando de tranquilizarme.

Volví a caminar hacia la salida, un poco temblorosa por lo que acababa de pasar. ¿Realmente fue el viento el que hizo ese ruido? Paré en seco, esa puerta estaba cerrada cuando yo entré al lugar...

— Nunca bajes la guardia. — Palidecí al escuchar un susurro.

Traté rápidamente de darme la vuelta y apuntar con mi arma a esa persona pero fue inútil, de alguna u otra manera logró derribarme y quedar encima de mí. En la caída mí arma se alejó un par de metros.

— ¡Sueltam- — Traté de gritar pero esa persona puso su mano sobre mi boca.

— ¡Shh! Si no quieres que te mate aquí mismo cierra la maldita boca. — Ahora que escuché bien su voz me doy cuenta que es una mujer. — Sería una pena que una chica tan linda como tú tenga que morir...

Un poco de luz se coló por la ventana, alumbrando su rostro. Mis ojos se abrieron en grande y se me puso la piel de gallina al ver quién era la persona frente a mí.

Yoo Jimin.

CRIMINAL | WINRINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora