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POV WINTER

Mi respiración se detuvo por un momento al reconocer la voz de la persona a mis espaldas. Al principio estaba sorprendida, pero luego mi rostro esbozó una gran sonrisa y me di la vuelta para abrazar fuertemente a esa persona con una gran felicidad, hace tiempo no lo veía.

— Key, te extrañé. — Cerré mis ojos y apreté más mi agarre, queriéndole transmitir todo lo que lo había extrañado este tiempo.

— Yo también, hermanita. — él correspondió mi abrazo de la misma forma. Estuvimos unos segundos así hasta que nos separamos.

— ¡Imbécil! — Lo golpeé en su hombro. — Me diste un susto de muerte. — El rió por mi reacción.

— Lo lamento. — Rascaba su nuca, nervioso.

— Ven, pasa. — Abrí la puerta de la casa y ambos pasamos. Prendí la luz y lo primero que hice fue sentarme en el sofá.

— Bonita casa. — Decía mientras miraba el lugar de arriba a abajo. — ¿Qué decidiste estudiar? Sabes que te hubiera ido muy bien como abogada. — Se sentó al lado mío y yo suspiré ante su estúpido comentario.

— Soy policía, rango de Élite. — Le mostré mi placa, él no parecía contento.

— Sabes que a Mamá nunca le gustó el hecho de que arriesgarás tu vida de esa manera y a mí tampoco.

— Lo sé, Kibum, pero es algo que a mí me gusta y créeme cuándo te digo de no haberme arrepentido. Gracias a este trabajo logré conocer a mucha gente que en poco tiempo se hizo muy importante para mí. — Comenté esto recordando a BamBam, NingNing y Sungchan. — Gente con la que siempre cuento con su ayuda. — Ahora pensé en Jeongyeon y su novia, Nayeon. — Gente nueva que no dudaría en darme una mano. — Por mi mente pasó Chanyeol. — Y cómo no, rivales. — Reí mientras recordaba a Taeyong.

— Winter. — Tomó mis manos. — Mi deber como hermano mayor es protegerte, no soportaría que algo malo te pase, eres una de las cosas más importantes que tengo.

— Pues, no lo fui estos 10 años que te fuiste a vivir a Nueva Zelanda. — Dije en un tono algo frío al recordar su decisión.

— Lo hice por trabajo, créeme.

— Aunque sea pudiste haber llamado ¿no? — Lo miré con tristeza a los ojos. — Simplemente te fuiste así sin más, te fuiste unos 10 putos años a el extranjero y desde entonces no supimos nada de ti, ni siquiera nos llamabas para la Navidad. — En mis ojos se acumularon pequeñas lágrimas pero no iba a llorar, odio llorar delante de la gente.

— Te llamé por tu cumpleaños...

— ¡No es lo mismo! — Grité.

— Winter, lo lamento ¿bien? Sé que fue una decisión muy estúpida de mi parte, pero créeme cuando te digo que no volverá a pasar, lo que debía hacer en Nueva Zelanda ya lo hice y ahora no tengo intención de volver porque quiero estar contigo y con mamá, con la única familia que me queda, quiero recuperar el tiempo perdido con ustedes. — Me miró de forma suplicante y claramente arrepentido, yo lo único que pude hacer fue asentir lentamente con la cabeza.

— Te perdono, Key.

Ambos nos dimos un reconfortante abrazo, yo apretaba un poco el agarre porque no quería que el volviera a irse, quería que estemos juntos cómo lo estábamos antes, después de todo, él es la única familia que me queda.

— ¿Quieres hablar de algo? — Preguntó cuándo nos separamos.

— ¿Algo cómo que?

— No lo sé, tal vez... ¿ya encontraste a alguien? — Lo miré confundida.

CRIMINAL | WINRINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora