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Tenía ganas de golpear mi cabeza contra la pared por la estupidez de Karina ¿cómo se le ocurre venir sola y sin nada que le cubra la cara? Tomé los planos que seguramente vino a buscar y salí corriendo lo más rápido que pude de mi oficina para bajar las escaleras, casi me caigo en más de una ocasión pero Karina me interesa más ahora. Salí de la comisaría y me dirigí hasta la parte trasera que es en dónde estaba la pelinegra.

- ¡Minjeong! - Gritó con una sonrisa cuándo me vió.

- ¡Estúpida! - Golpeé su cabeza una vez que estaba frente a ella y la jalé del brazo hasta irnos atrás de un árbol.

- Wow, para que nadie nos pueda ver. Bien pensado. - Decía Yoo mientras reía y yo la miré fulminante.

- ¿¡Cómo carajos se te ocurre venir a la comisaría en pleno día y sin nada que cubra tu cara!? - La regañé y ella agachó un poco la cabeza.

- Perdón. - Dijo en un susurró y por un momento sentí pena de haberle gritado así.

- Hey Karina, perdón por gritarte así, no querí- -

- ¡Caíste! - Gritó de repente y se abalanzó sobre mí, provocando que ambas caigamos sobre el pasto.

Ella sin previo aviso empezó a hacerme cosquillas, empecé a reír sin poder parar bajo la mirada juguetona de Karina.

- K-Karina... alguien... p-puede venir... - Decía entrecortadamente debido a la risa.

- Tu risa es muy tierna. - Me respondió en voz baja causando un pequeño sonrojo en mi.

Cuándo separó sus manos de mi cuerpo, yo la empujé suavemente hacia atrás para poder sentarme.

- Yoo, creo que estas malinterpretando todo. - Dije seriamente y ella me miró confundida.

- ¿A qué te refieres?

- Yo soy un policía y tú una criminal, mi deber es arrestarte, solamente hago esto porque me salvaste la vida pero apenas cumpla con el favor, volveremos a ser enemigas.

En cierta forma me había encariñado un poco con ella, pero no puedo hacer esto, está mal y si alguien se entera me meteré en un grave problema.

- Oh, lo lamento... creo que me deje llevar un poco. - Dijo en un hilo de voz y con un poco de dolor, al instante me arrepentí de haberle dicho eso pero es la verdad.

- Karina, entiende que yo también me estoy arriesgando tanto mi carrera como mi vida.

- ¿Piensas qué te voy a matar? ¿Piensas qué te estoy utilizando para sacarte información? Púes no es así, Minjeong. - Respondió enojada mirándome fijamente a los ojos.

- Karina, yo debería arrestarte...

- ¿Y por qué no lo haces? - Me interrumpió. - Minjeong, no te mientas a ti misma, si de verdad quisieras arrestarme ya lo hubieras hecho hace rato... - Se levantó y alzó sus brazos. - Arrestame.

- ¿Qué? - La miré con un poco de duda ¿de verdad me lo está diciendo? ¿o estará escondiendo algún arma para que cuándo me acerque, me mate?

- No estoy armada. - Respondió como si hubiera leído mi mente. - Si no me crees puedes inspeccionar cualquier parte de mi cuerpo y te darás cuenta que no tengo nada que pueda hacerte daño.

- No lo voy a hacer. - Respondí desviando la mirada.

- Minjeong, sé que sonará un poco loco pero realmente me importas, y si hubiera querido matarte lo hubiera hecho ese día en el almacén o hubiera dejado que te desangres el día que te dispararon. - Ahora lo dijo un poco más calmada. - El día que ese momento llegue, créeme cuándo te digo que me voy a entregar y cumpliré mi condena por todos los daños que he hecho, pero por ahora necesitó que confíes en mí como yo lo hago en ti y me ayudes. - Se agachó a mi altura y acarició mi mejilla. - Hazlo por mí, sé que también te importo... - Pidió en un tono tan tierno y a la vez necesitado que no podía negarme. Tal vez de verdad sea alguien buena y no me hará daño.

- Está vez, Karina, te ayudaré... - Vi que iba a abrir su boca para decir algo pero puse mis dedos sobre sus labios, obligándola a callarse. - Con una condición... - Ella me miraba atenta a cada una de mis palabras. - Que te entregues el día que hagas eso que tanto quieres hacer.

- Lo prometo... - Me extendió su dedo meñique y yo hice lo mismo, sellando la promesa. - Gracias.

- Toma. - Le pasé la carpeta con los planos.

- Gracias. - Volvió a decir mientras los miraba. - Necesito que esta noche no quede ningún policía en la comisaría, si es posible solo tú para ayudarnos.

- Siempre quedan guardias nocturnos cuidando las celdas. - Avisé y ella puso su mano en su bolsillo para luego sacar de ahí una pequeña bolsa. - ¿Qué es esto?

- Pastillas para dormir. - Respondió y yo la miré sorprendida. - Disuelvela en el vaso de algún policía nocturno y cuándo haga efecto, me llamas.

Me levanté y miré la bolsa con un poco de duda, esto será muy arriesgado y hay altas probabilidades de fracasar, pero lo intentaré, por ella.

- No tengo tu número. - Dije y sentí la mano de Karina pasar por mi bolsillo trasero y meter un papel, también aprovecho para tocarme un poco. - ¡Hey! - Reclamé.

- Ya lo tienes. - Me guiñó un ojo y se colocó la capucha que venía con su campera. - Nos vemos esta noche, Kim. - Me llamó por el apellido al igual que yo hago con ella.

Karina caminó hasta la calle para luego mezclarse entre la gente. Yo guardé la bolsa con las pastillas en mi bolsillo y me dirigí de vuelta a la comisaría, entré y subí lentamente las escaleras pensando en lo ocurrido. ¿De verdad le importó tanto como ella dice y no me estará utilizando? ¿Por qué hago todo esto por ella? Simplemente podría tenderle una emboscada esta noche y ya, la atrapamos tanto a ella como a su equipo pero... por alguna razón no quiero que eso pase.

¿Pero qué mierda me pasa?

Entré a mi oficina con la cabeza hecha un lío de pensamientos y frente a mi escritorio estaba NingNing mirándome seriamente y con los brazos cruzados.

- ¿Sucede algo? - Pregunté al verla de esa forma.

- ¿Qué hacías con Yoo Jimin?

CRIMINAL | WINRINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora