Advertencia: contiene escenas con violencia física y sexual. No apto para sensibles.
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— ¿Está todo bien? — preguntó su hermano mientras colocaba gran parte de sus esfuerzos en levantarse de la camilla. Habían pasado años desde la última vez que se había sentido de aquella manera, devastado; el tiempo desgarrando su vida. A pesar del dolor corporal y espiritual desencadenado por su enfermedad, el destino todavía no le había arrebatado la vista.
—Todo bien, no hay de qué preocuparse —respondió Orihime sonriendo. Se levantó de su asiento para ayudar a su hermano.
En realidad, la joven de cabello naranja tenía dos grandes preocupaciones: la primera, la lejanía entre su amiga Rukia y la segunda, la recaída de su hermano. Ambas personas de corazón dulce y amable pero débil.
—No seas mentirosa, conozco a mi hermanita —hizo una breve pausa, su cuerpo no se estaba oxigenando bien —. Sé cuándo algo aqueja el corazón de mi pequeña Hime.
Dolía verse así. Ambos vulnerables, imposibilitados, tanto que dar poco por hacer.
Orihime soltó un largo suspiro y se sentó en los pies de la camilla. No soltaba la delgada mano de su hermano. Su yo interna daba golpes en su garganta provocándole dolor, quería gritar. Implorar que todo se detuviera para que ella pudiera volverse más fuerte y ayudar a quienes más quería. Detestaba el silencio que la rodeaba; un silencio en el cual se envolvían su hermano y su amiga. Estaban sufriendo, lo sabía porque... ella también sufría, podía apreciar desde aquellas enredaderas, en las cuales, se encontraban envueltas sus piernas y manos, la oscuridad que los rodeaba y los consumía.
— ¿Algún amor imposible? —prosiguió Sora.
Ella no se quedaría callada.
—Es mi amiga, Ruk-
—Disculpa la demora Orihime, ya sabes que el tráfico es insoportable —interrumpió la pareja de Sora, era ignorante del ambiente generado entre los hermanos —. Hola, cariño —saludó al haber dejado sus cosas sobre el sillón para los visitantes — ¿Cómo va ese corazón? ¿Preparado para bailar la macarena hasta el amanecer?
La sonrisa de aquella mujer iluminaba cada rincón de sus almas, la tranquilidad y ligereza que liberaba los hechizaba. Agradecían su presencia cada segundo, con su compañía las malas noticias se volvían triviales y un debilitamiento del corazón en una gripe insignificante.
Orihime vio a su hermano de reojo, los ojos le brillaban. Inhaló y exhaló, soltó la mano de su hermano y salió de la habitación para darles privacidad. Pasó un poco más de una hora hasta que Yoriko, la esposa de su hermano salió para hacerle compañía en el pasillo y dejar a Sora descansar.
—Se ha quedado profundamente dormido, si ahora sonara la alerta sísmica él no despertaría —comentó Yoriko. Ambas soltaron una breve risa, pero en unos segundos desapareció. La idea de que no despertara les rompía el corazón —Orihime, tengo miedo. No quiero que nada ni nadie lo aparte de mí, todavía hay tanto por vivir juntos —su voz se quebró por unos segundos, iba a llorar, pero inmediatamente su mente la reprendió; no podía mostrarse débil ante aquella joven que podría sentirse mil veces peor por perder a su hermano, aquel ser que ha estado con ella desde que nació. Debía de ser un pilar, alguien de confianza.
Miles de pensamientos atravesaron por la mente de Orihime; lo estaba perdiendo todo. Necesitaba a alguien para apoyarse. Rukia había cubierto ese hueco poco después de hacerse amigas, pero ahora se hallaba sola en aquel pasillo del hospital. Sin poder pensarlo más, tomó la mano de Yoriko. Nuevamente, su yo interna golpeaba su garganta. Tanto que expresar y pocas las palabras que adquirían la forma de sus sentimientos.
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[+18] [AU ICHIRUKI] † Dolorosa † [BLEACH]
FanfictionRukia es una chica aventurera... de los libros. Una vez que entra a la universidad para estudiar arte se encuentra con un chico llamado Ichigo, ella queda enamorada perdidamente de él sin embargo no tiene el valor suficiente para decirle sus sentimi...