[+18] [AU ICHIRUKI] † Dolorosa † [BLEACH]

Capítulo 13: Woman at a window.

¡ANUNCIO!

Las ACTUALIZACIONES serán los DOMINGOS.

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Advertencia: puede contener escenas violentas.

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Muchos nos dicen que desde que nacemos somos libres sin embargo, durante nuestros primeros años de vida somos dependientes de los adultos que nos rodean, no siendo capaces de realizar grandes tareas. Conforme vamos creciendo, dependemos de la aprobación de las demás personas, independientemente si es adulto o alguien de nuestra misma edad. Uno esperaría que aquellas actitudes se modificaran con el paso del tiempo sin embargo, aún siendo adultos, dependerémos de otros adultos, hasta el punto de querer unir nuestra vida a la de ellos y son pocas las ocasiones cuando nos damos cuenta de cuanto nos daña aquella relación.

Nacemos libres. Algunas veces nos cortan las alas, otras nos las cortamos nosotros mismos o jamás aprendemos a utilizarlas.

El único consuelo que nos queda es la imaginación. El terreno desconocido para varios: el único lugar donde somos arquitectos de nuestro propio mundo. 

1814

—Señor Abarai, no lo repetiré: abandone estas tierras y deje a la señorita a nuestro cuidado —le pidió Uryu con voz calma mientras se acercaba más al sujeto violento. En su mente se cuestionaba sin parar ¿Cómo había logrado salir antes de tiempo? Él había movido varios contactos pero al parecer no sirvió de mucho. Trató de alejar a la joven del infierno sin embargo no habían muchas cartas a su favor. 

—Lamento informarle que esta mujer no se puede separar de mi lado —dijo Renji más tranquilo a pesar de ello su mirada seguía siendo demasiado penetrante —, en especial cuando la familia Kuchiki me la dio para educarla ¿No es así, cariño? —le preguntó a Rukia mientras levantaba la barbilla de la fémina con el cañón del arma. 

Cada vello de su nívea piel se encontraba erguido en señal de alerta, sabía a la perfección que si daba la respuesta incorrecta le podía costar más caro de lo normal. En esos momentos ella se hallaba caminando por una cuerda floja. A Renji le encantaba verla llorar, escucharla gemir de dolor y que suplicara por su vida pero no podía hacer algo así enfrente de otras personas; debía de seguir manteniendo el nombre de los Kuchiki en alto. En esos momentos sus alternativas eran escasas. 

—Claro, mi amor —contestó Rukia sintiendo cómo su mundo se volvía a caer. Aquellos sueños dónde ella era feliz en la casa de los Kurosaki se habían desvanecido cuando Renji apareció, ahora estaba cubierta de polvo por las cenizas de su imaginación. 

Los terratenientes no podían ocultar su rostro de horror y lástima ¿Qué podían hacer ante esa situación? Siendo sinceros consigo mismos no conocían nada íntimo de la familia Kuchiki, eran contadas las ocasiones donde se pudieron ver y entablar conversación por lo tanto, no sabían nada de Rukia Kuchiki, en especial cuando la familia escondió tan celosamente a la joven como si se tratara de su más preciada pertenencia. 

Ichigo creaba cientos de escenarios hipotéticos ¿Qué pasaría si hacia tal cosa? ¿cómo reaccionarían si hacia lo otro? La impotencia lo estaba consumiendo al ver cómo otra mujer sufría, era amenazada a muerte por alguien más y él no podía hacer nada. Dios le había arrebatado a su amada esposa, ahora él le arrebataría a Rukia de las garras de Renji. Sólo debía de saber si ella aceptaría su ayuda. 

Trató de hacer contacto visual con la joven pero ella lo evadía y la razón era porque la fémina lo consideraba adulterio. Rukia se había imaginado unas cuantas veces en los brazos del joven Kurosaki, sosteniendo al pequeño Kazui en sus brazos para amamantarlo o repetía en su cuerpo las caricias y el beso apasionado. Ahora la culpa se clavaba en su corazón como una corona de espinas. Debía de evitarlo. Debía de ser fiel a su esposo, aquel sujeto que la amenazaba con la boca de fuego del arma.