El ser humano. El eterno solitario. El temeroso a la soledad. Cada segundo que pasa nos esforzamos por mantenernos a lado (o incluso atados a) alguien, sin importar quién de más o menos en esa relación solo queremos reafirmar nuestra existencia a través de la existencia del otro ser.
No somos si ellos tampoco son. Somos por y para ellos, no intentamos ser para nosotros ya que seríamos egoístas.
Nos vemos al espejo y solo estamos nosotros, no los demás. El espejo es un hueco y nosotros simulamos llenarlo con nuestro reflejo pero ¿quién llena aquel vacío dentro de nuestro corazón? En algún momento llegaremos a encontrar a la persona indicada, la instalaremos en aquel hoyo y tiempo después, aquel individuo se irá o se marchitará en nuestro interior, pudriéndonos a nosotros.
Quisiera decir que la vida es color de rosa pero...
Si la vida fuera del mismo color ¿Cómo seríamos siendo iguales al resto? Crecemos, creemos, caemos y repetimos el ciclo. Si la vida es oscura, caminaremos errantes por el destino en busca de la luz, aunque esta sea efímera.
1814
Antes de salir de la habitación le dio un beso en la frente; él podía ser tan amable y cariñoso pero en otras ocasiones el protagonista de sus pesadillas. La joven deseaba cubrir todo su cuerpo con las sábanas y acostarse en forma fetal pero la entrada de la mucama esfumó su pequeño capricho.
Se puso de pie y caminó hacia la chica, pues ella la ayudaría a vestirse. Pretendía tener una charla con sus trabajadoras pero las palabras no asistían a su boca y un extraño temblor se adueñaba de sus manos y piernas. Una parte de ella sabía el porqué, no quería ver al doctor ya que él le daría una respuesta positiva, esa misma noche tendrían relaciones íntimas y el ciclo se repetiría; día normal, un exabrupto que alteraría a su esposo Renji, se desquitaría con ella y regresarían a la normalidad.
Sin darse cuenta, empezaba a hiperventilarse. Su ayudante trató de seguir vistiéndola sin embargo, el corsé parecía estorbarle. Rápidamente la ayudó a desvestirse, le acercó un vaso con agua y la cubrió con una manta caliente. La chica intentó darle palabras de aliento, solo debía de esperar unos minutos hasta que ella estuviera más tranquila: solo unos minutos.
—Debemos apresurarnos —dijo Rukia más tranquila. Se levantó del asiento y auxilió a la joven con algunos listones.
Justo antes de salir de la habitación la sirvienta la llamó con respeto:
—Señora Abarai, esperamos pueda acompañarnos a la cocina —el sonido de su voz rozaba entre el límite del susurro y la voz normal.
Aquello causó curiosidad en Rukia pues jamás le habían susurrado y menos, le habían invitado a la cocina, de hecho la etiqueta les prohibía entrar a la cocina o alguna área exclusiva de la servidumbre. Había algo extraño en su petición. Estaba a punto de preguntar a qué se debía la invitación pero fue interrumpida por la presencia de su esposo, Renji.
—¿Por qué te demoras tanto? El desayuno se enfriará.
Rukia le tendió la mano para que él la tomara empero, el pelirrojo la tomó del antebrazo y la guío hasta el comedor casi arrastras. La sentó en el asiento correspondiente para después, ir a su sitio. Uno frente del otro. La azabache se sorprendió al ver una mesa pequeña, con el suficiente largo para que ambos estirarán sus brazos y pudieran tomarse de las manos: en ella prendía otra luz de alerta, la anterior mesa los separaba más de tres metros.
—¿Qué le ha pasado a la mesa de mi tátara abuelo? —preguntó con una voz delicada, para evitar algún altercado. Mientras la servidumbre les servía el té.
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[+18] [AU ICHIRUKI] † Dolorosa † [BLEACH]
FanficRukia es una chica aventurera... de los libros. Una vez que entra a la universidad para estudiar arte se encuentra con un chico llamado Ichigo, ella queda enamorada perdidamente de él sin embargo no tiene el valor suficiente para decirle sus sentimi...