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El joven de cabellera naranja se removía en su cama inquieto. A causa del incidente con Rukia y el otro chico desconocido, lo habían suspendido dos semanas, hasta ese momento habían pasado cinco días desde que dio golpes a diestra y siniestra, justo como aquel individuo había dicho, como un animal. Cinco días sin ver ni hablar con Rukia
— ¡Mierda! —expresó irritado y con la mente ofuscada. Ahora se sentía como su padre biológico; podía darle gracias al universo por no darle un golpe por accidente a Rukia.
Su padre...
Una persona sin escrúpulos, quien solo velaba por sí mismo. No le importaba su madre y menos él. Incontables veces llegaba a casa ebrio, en la mayoría terminaba golpeando a su madre Masaki, otras amenazaba con irse, le contaba descaradamente sus infidelidades y no tenía dudas de que llegara a abusar de ella en ese estado. Su pobre madre estaba tan delgada en ese tiempo que nunca se pudo defender y él, tan solo era un niño. No comprendía el mundo y las personas que podrían guiarlo, tenían otras problemáticas que atender.
Las imágenes empezaron a entremezclarse: su padre golpeando a su mamá; él golpeando al chico. Dos seres emocionales sin la capacidad de usar el raciocinio. Se levantó de la cama, esperanzado de borrarlas.
La última vez, los pasillos de la casa estaban manchados de sangre: sangre de Masaki, su madre. Momentos antes ella lo había encerrado en el armario de la habitación. Vasijas estrellándose contra el piso, gritos de su madre suplicándole a su esposo que no se marchara, muebles deslizándose al moverlos con fuerza. Jamás olvidaría las siguientes palabras: "Si tanto me deseas, vete al infierno. Ahí nos veremos". Cerraron la puerta principal de un portazo, sollozos y por fin, silencio.
Permaneció dentro del armario unos minutos más, hasta que consideró prudente salir. Al estar en el pasillo, no supo si bajar a la sala para auxiliar a su madre o dirigirse a su habitación. Dubitativo bajó las escaleras.
— ¿Ichigo? —alguien lo llamó —. Hey Ichigo, te estoy hablando idiota —se vio obligado a salir de los recuerdos al sentir un golpe en la cabeza. Molesto volteó a ver de quién se trataba: era Keigo —. Llevas varios minutos frente al espejo viéndote ¿Todo bien? —no esperó respuesta del pelinaranja, así que le extendió unas cuantas hojas —. Aquí está la tarea de la semana. Dicen los profesores que no bajes el ritmo ya que te estabas desarrollando bastante bien en clases. Sorprendente, mi amigo se volvió ñoño desde que salió con una ñoña.
Tan solo pasaron unos segundos más para que Ichigo regresara a la realidad. Ya no estaba en su vieja casa, ahora estaba con su amigo, sano y salvo. Exhaló apaciguando su mente y corazón.
—Cállate tarado —le arrebató las hojas para darles un vistazo — ¿Vas a salir? —lo interrogó antes de que cruzara la puerta.
—Sí, estamos planeando una fiesta para fin de semestre. Terminamos la mierda de ese trabajo interdisciplinario y nos sumergiremos en alcohol y marihuana —respondió despreocupado y haciendo una que otra seña con sus manos para enfatizar los estupefacientes —. Por cierto, tú y tu novia están invitados.
—Estaría loco si la llevo a ese lugar. No gracias, pasamos —respondió asqueado de tan solo pensarlo. De pronto su mirada se enfocó en un libro que sobresalía debajo de su cama.
—Como digas amigo, de cualquier forma no podrás protegerla para siempre. Son adultos, cada quien toma sus decisiones. Nos vemos en la noche —sin decir una sola palabra más, se marchó de la habitación dejando a solas a Ichigo quien estaba concentrado con el libro, apenas logró escuchar unas cuantas palabras.
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[+18] [AU ICHIRUKI] † Dolorosa † [BLEACH]
FanficRukia es una chica aventurera... de los libros. Una vez que entra a la universidad para estudiar arte se encuentra con un chico llamado Ichigo, ella queda enamorada perdidamente de él sin embargo no tiene el valor suficiente para decirle sus sentimi...