Capítulo 8: The awakening conscience.

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Advertencia: puede contener escenas de violencia. 

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La mayoría piensa que si el cielo está despejado, sin esponjosas nubes blancas que lo acompañen, buenas cosas se avecinarán sin embargo siempre anuncia la aproximación de una tormenta: cielos negros, rugidos de las almas en pena convertidos en rayos y vientos impetuosos capaces de tirar al árbol más fuerte de la Tierra.

No nos podemos esconder en la ignorancia: las catástrofes no se pueden erradicar pero sí disminuir el daño. Para lograrlo debemos salir de nuestra zona de confort, awaken our conscience (despertar nuestra consciencia), enfrentar nuestros errores del pasado y pasar cada obstáculo de nuestra vida.

Sin embargo, seamos realistas, es complicado por eso es mejor soportar las adversidades por más qué nos dañen.

Gatos atacando a aves, sombreros sobre la mesa demostrando la visita fugaz del seductor, una melodía lastimera demostrando la soledad del alma y una mujer siendo el ojo del huracán, la suciedad sobre el tapete pero jamás digna de casarse. Encerrada en una jaula a pesar de despertar la consciencia.

Actualidad:

—Fue un placer estar contigo. — dijo el pelinaranja dibujando una sonrisa en sus rostro.

Rukia miró directamente los ojos del varón. No sabía si el brillo de sus ojos avellana se debía a los rayos del atardecer o a una sensación más profunda y complicada. Era momento de despedirse, el día estaba llegando a su fin y con ella, su cita; no podían creer que separarse físicamente sería tan complicado, entre ellos existía una extraña atracción, como un magneto atrayendo metal desde las profundidades del mar.

Sus manos no se soltaban. Cuándo expones algo a elevadas temperaturas tienden a dilatarse o fundirse: la sangre corría por cada milímetro de su cuerpo, su corazón latía rápidamente hinchando su pecho y sus labios suplicaban por volver a unirse, volverse uno.

—Para mí también fue todo un placer. — contestó la azabache con las mejillas sonrosadas.

Ichigo pasó su dedo índice por la faz de la fémina dibujando cada línea, desde la frente hasta el mentón, con suavidad inclinó su rostro para profundizar el contacto visual, abrir las puertas del alma y asegurarse de encontrar a su otra mitad. Él se fue acercando a ella y ambos cerraron los ojos en espera del contacto detonador de sus sentimientos.

Una parte de la fémina se desilusionó al sentir los labios del chico sobre su frente pero comprendía el porqué: la próxima vez que la besara quería hacerlo de la manera correcta.

—Nos vemos mañana. — dijo Ichigo cuando se separó de ella.

—Por supuesto.

—¿En la biblioteca, verdad?

Estaban frente a la entrada a los dormitorios de la chica: desde lo ocurrido con Grimmjow él se negaba a dejarla sola.

—Por supuesto — contestó alejándose de él, antes de entrar al edificio se dio la media vuelta para preguntarle sobre su apellido pero estaban lo suficientemente lejos para seguir con una conversación normal. Podría llamarlo sin embargo no tenía la valentía suficiente para hacerlo. Mañana le preguntaría.

Subió las escaleras dando pequeños brincos. No podía creer todo lo que había pasado en ese día: se armó de valor para hablar fluidamente con él, en ningún momento tartamudeó o revolvió las palabras, aunque al principio tuvieron un altercado supieron resolverlo adecuadamente pero lo más importante: ¡Ichigo le dijo que le gustaba!. Desde la primera vez que lo vio, se sintió atraída por su cálida presencia como el sol pero su mente le repetía una y otra vez las bajas probabilidades de estar junto a él, ahora se podía burlar de su consciencia.

[+18] [AU ICHIRUKI] † Dolorosa † [BLEACH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora