Capítulo 40: La nueva amiga

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—¿Eso... eso significa que... estamos saliendo? —preguntó un tímido pero emocionado Seungcheol

Ambos estaban rojos como tomates, y la borrachera conseguida con la hidromiel, había desaparecido por causa de la conmoción de aquel inesperado beso.

—Supongo que sí... —murmuró Jeonghan, observando sus zapatos —. La verdad es que... nunca he salido con alguien, así que... no sé qué significa exactamente estar "saliendo".

Seungcheol alzó las cejas, sorprendido.

—¿Nunca has tenido una cita? —preguntó.

Jeonghan negó con la cabeza.

—No... —dijo —, a menos que cuente nuestra última salida a Hogsmeade...

—¡Ah! Sí... podría ser...

—... ese fue mi primer beso —murmuró Jeonghan, avergonzado.

Seungcheol arrugó el ceño. Tal vez era momento de confesar algo que había ocultado por varios meses. Inspiró profundamente para infundirse valor.

—Sobre eso... hay algo que debo decirte —dijo.

—¿Qué cosa? —preguntó Jeonghan.

Seungcheol lo miró directamente a los ojos.

—Primero, quiero que sepas que nunca fue mi intención aprovecharme de la situación —dijo —, así que por favor... no me mates ni me conviertas en excremento de murciélago... aunque estarías en tu derecho, y la verdad, me lo merezco...

—¿De qué hablas? —lo interrumpió Jeonghan, un tanto preocupado por la seriedad en el rostro de Seungcheol.

Este suspiró.

—¿Recuerdas la noche en casa de Mingyu? —dijo.

—Para ser sincero, no mucho ¿Por qué? —respondió Jeonghan, intrigado.

—Bueno... esa noche estabas muy borracho —comenzó Seungcheol, nervioso —, así que te llevé al cuarto de los padres de Mingyu.

—Lo sé —le recordó Jeonghan —. También me dijiste que te había amenazado con la varita para que me dejaras regresar con los chicos.

—Sí —murmuró Seungcheol —, pero eso no es todo...

—¿Qué quieres decir? —preguntó Jeonghan, inmediatamente.

—Estabas muy borracho, y enfadado —continuó Seungcheol —. Quisiste irte del cuarto, y para detenerte, puse cerrojo en la puerta. Ahí fue cuando me amenazaste con la varita. Me asusté mucho porque... bueno... te he visto usándola... ¡Y no quería que me convirtieras en gelatina! Así que sujeté tu mano. Intentaste golpearme, pero resbalaste, y... —suspiró de nuevo —... me llamaste "imbécil" por lo que te dije esa vez, en el lavabo. Aún me lamento por ello... de verdad lo siento.

—Ya no tiene importancia —dijo Jeonghan —¿Eso era todo?

—No —dijo Seungcheol —. Hay algo más.

La mirada interrogante de Jeonghan hizo que Seungcheol desviara su propia mirada. Tomó un poco de aire antes de seguir.

—El asunto es que estabas enojado —dijo —. Pero también... parecías muy triste. Así que cogí tu rostro y te pedí disculpas, y entonces me miraste y...

Se detuvo. Estaba tan colorado, que parecía una cereza madura. Jeonghan arrugó el ceño. Mientras oía el relato de Seungcheol, un vago recuerdo vino a su memoria, como si fuera un sueño. Él, atrapado entre la puerta y Seungcheol. Seungcheol acercándose a su rostro, diciéndole que lo lamentaba, y rogándole que se detuviera... Su rostro enrojeció también ¿Sería posible que esa escena no fuera sólo un sueño producto de su imaginación?

CHARMED [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora