CHARMED [EN EDICIÓN]

Capítulo 21: Una compañía imprevista

"Porque no quiero tener nada que ver con alguien como tú".

Esas frías palabras resonaron en el cerebro de Jeonghan. Por un par de minutos, no supo qué hacer o decir. Sólo se quedó parado ahí, mirando al vacío, sin entender lo que acababa de pasar. Su desconcierto duró unos segundos, fue reemplazado por una tristeza inexplicable, y luego, decepción, y sobre todo, ira consigo mismo por haber confiado en alguien como Choi. JeongJeong se movió bajo su ropa, inquieta debido al repentino cambio de humor de su dueño. Jeonghan apretó los puños y cerró sus ojos.

—Imbécil —murmuró.

No regresó al salón de clases, y tampoco fue a almorzar. Por supuesto, Jun y Joshua notaron su ausencia, y de inmediato supieron que algo sucedía, pues Jeonghan jamás faltaría sin una razón importante. Lo hallaron en su habitación, tirado sobre la cama, con el rostro cubierto por el pliegue de su codo. JeongJeong estaba enrollada sobre su panza, lista para atacar. El mal humor de su dueño la había puesto en alerta, y estaba dispuesta a atacar a cualquiera que representara un mínimo peligro. Incluso Xixi tuvo que ocultarse de ella, y salió disparado hacia Jun apenas este entró.

—Hannie ¿Qué sucede? —preguntó el chico, mientras intentaba calmar a su mascota, que temblaba en sus brazos.

—Me duele el estómago —mintió Jeonghan.

Jun y Joshua se miraron, preocupados. Conocían lo suficiente a Jeonghan como para saber que no era sincero sobre sus palabras, pero también sabían que sería inútil seguir preguntando. Así que simplemente se quedaron allí, cada uno en su cama, atentos por si su amigo llegaba a necesitarlos.
Jeonghan no durmió aquella noche producto de su enojo con Seungcheol. Pensó mil veces en qué pudo haber sucedido para que lo tratara de esa forma, tan fría. Y la única explicación que encontró, fue que Choi seguía siendo el mismo estúpido que siempre fue.
A la mañana siguiente, un par de ojeras cubrían su delicado rostro, algo que no pasó desapercibido a ojos de sus amigos, y tampoco pudo ocultarlo de Tin, quien estuvo observándolo atentamente durante el desayuno. Jeonghan apenas probó bocado, y su sonrisa era claramente fingida. Ni siquiera miró hacia la mesa de Gryffindor, algo que antes solía hacer, y que ahora le provocaba una sensación desagradable en el estómago. Tin no hizo preguntas en la mesa, pero apenas terminaron de comer, cogió a su hermano por la muñeca, y lo llevó hasta un pasillo, lejos de los oídos de otros. Jeonghan no protestó.

—¿Qué sucede? —preguntó, seriamente.

—Nada —mintió Jeonghan, desviando la mirada.

—¿No me lo dirás? —dijo el mayor de los Yoon, algo molesto.

Jeonghan no respondió.

—¿No confías en mí? —insistió Tin.

A decir verdad, Jeonghan confiaba en su hermano más que en nadie en el mundo. Siempre había estado ahí para protegerlo y apoyarlo. Y aunque podía ser muy absorbente, su presencia le daba seguridad. Pero también, conocía de sobra el carácter sobreprotector de Tin, y estaba seguro que si llegaba a enterarse de que su estado de ánimo se relacionaba con Choi, le partiría el rostro.

—No te preocupes, estoy bien —respondió, con una sonrisa.

Tin suspiró. Rodeó el cuerpo de Jeonghan con sus brazos, y lo atrajo hacia sí.

—Sabes que siempre voy a cuidarte ¿Verdad? —murmuró.

Jeonghan asintió en silencio. Por un segundo tuvo enormes deseos de llorar, aunque no supo por qué. Se quedaron así durante unos minutos, hasta que Jeonghan anunció que debía marcharse o llegaría tarde a clases. Tin asintió, besó su frente, y lo dejó ir. Su humor no cambió durante el resto del día, y tampoco quiso ir por Joshua a su clase de coro (como cada viernes en la noche). Jun y Hong estaban realmente preocupados. Nunca habían visto a Jeonghan tan malhumorado, aunque Joshua tenía una pequeña corazonada. Así que esa noche, luego de terminado el ensayo del coro, se acercó a Soonyoung, quien esperaba a Jihoon.

—Oye, Kwon —dijo Joshua —¿Sabes si sucede algo entre Jeonghan y Choi?

Soonyoung alzó las cejas, sorprendido por la pregunta.

—No ¿Por qué? —preguntó.

Joshua frunció los labios.

—Por nada —respondió Joshua, negando con la cabeza —. Olvídalo.

—Pues, ya que estás aquí ¿Qué te parece si mañana vamos por unas jarras de cerveza de mantequilla? —dijo Soonyoung, alegremente —Por supuesto, Moon y Yoon están invitados. Jihoon y Lee también irán.

—Suena bien —dijo Joshua, sonriendo.

—¡Estupendo! ¡Nos vemos mañana! —dijo Soonyoung.

Acto seguido, cogió a Jihoon por el brazo y lo arrastró por el pasillo en dirección a la casa de Ravenclaw, haciendo caso omiso a los improperios de este.
El sábado por la mañana, Jeonghan seguía molesto, y ni siquiera quiso desayunar. Jun y Joshua intentaron animarlo, invitándolo a beber cerveza de mantequilla en Las Tres Escobas, pero se negó, argumentando que debía estudiar, lo que claramente era mentira.

—No se preocupen por mí —dijo —Vayan y diviértanse.

Y pese a la insistencia de sus amigos, se negó rotundamente. A medio día decidió que debía hacer algo con su tiempo, o seguiría dándole vueltas al asunto de Seungcheol, así que cogió su bolso y caminó hasta la biblioteca. El lugar estaba casi vacío. Solo había algunos estudiantes de cursos superiores, y uno que otro novato. Se sentó junto a una ventana e intentó leer su pergamino de apuntes, pero fue inútil. Suspiró y apoyó la barbilla en la palma de su mano. Estaba ideando formas de transformar a Seungcheol en comida para su serpiente, cuando una voz lo llamó.

—¿Disculpa?

Jeonghan se volteó. Junto a él se encontraba la chica que se le había declarado hacía un par de semanas: Juliette.

—¡Hola! —saludó, sorprendido.

—Hola —dijo la chica —¿Interrumpo tu estudio?

—No —negó Jeonghan —La verdad es que no puedo concentrarme.

—Ya veo —dijo la chica —. En ese caso ¿Puedo acompañarte?

Jeonghan asintió. La chica sonrió feliz y se sentó frente a él.

—Pensé que estarías en Hogsmeade, con tus amigos —comentó Juliette.

—Hoy no me apetecía salir —explicó Jeonghan, encogiéndose de hombros.

—Mmm sobre eso... —murmuró Juliette —No quiero sonar entrometida pero... ¿Estás bien?

—¿Por qué lo dices? —dijo Jeonghan, alzando las cejas.

—Ahh... —el rostro de la chica se tornó colorado —Ayer apenas comiste durante el desayuno, y no almorzaste. Hoy tampoco desayunaste, así que pensé que algo sucedía.

—¿Cómo sabes que no desayuné? — preguntó, sorprendido.

—Yo... te observo mucho —murmuró Juliette —. No parecías tu mismo, así que me preocupé...

—Muchas gracias por tu preocupación —dijo Jeonghan, genuinamente agradecido —. Estoy bien.

—¿De verdad? —insistió la chica.

—Sí —respondió Jeonghan —Por cierto ¿Qué haces en la biblioteca?

—Ah, es que tengo examen de Cuidados de Criaturas Mágicas, y no se me da bien...

—Puedo ayudarte si quieres —se ofreció Jeonghan, lo que por supuesto, emocionó mucho a Juliette.

Después de eso, se enfrascaron en una conversación referente al cuidado de distintos y extraños animales, y para cuando llegó la tarde, el humor de Jeonghan había mejorado bastante. Prometió enseñar a Juliette durante la semana, y ella se fue muy feliz.
Cuando Jeonghan regresó a la sala común de Slytherin, Tin estaba esperándolo con un gran pastel de fresas entre manos.

—Supuse que tendrías hambre —dijo, tiernamente.

Jeonghan sonrió agradecido.

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Karma is a bitch