Capítulo 32: Misión imposible

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Jeonghan reía y reía en medio de un ataque de risa incontrolable. Seungcheol lo observó, preocupado. ¿En qué minuto de la noche había bebido tanto como para emborracharse de ese modo? En ese momento, recordó las palabras de Joshua.

—Hannie es muy malo bebiendo alcohol —había dicho la noche en que Jeonghan y Seungcheol regresaron de Hogsmeade, después de pasar la tarde en Las Tres Escobas —. Él no es consciente cuando ha bebido demasiado, y el efecto de la embriaguez aparece de pronto y sin previo aviso. Cuando lo hace, se comporta como si fuera un niño pequeño.

Seungcheol fue testigo de ello, y había visto en primera persona lo vulnerable que era Jeonghan cuando estaba ebrio, igual que ahora. Así que, mientras los demás jugaban Hongsam (un juego típico coreano para noche de juergas, que Jeonghan no entendía bien, pero que estaba disfrutando mucho), Seungcheol cogió a Jeonghan por el brazo, y lo alzó.

—Vamos —dijo.

La risa de Jeonghan se detuvo. El chico arrugó el ceño.

—¡¿Por qué?! —preguntó, en inglés, intentando zafarse del agarre de Seungcheol.

Arrastraba las palabras.

—¡Porque estás borracho! —respondió Seungcheol, sin soltarlo.

—¡Pero no quiero irme! —exclamó Jeonghan, en francés.

Seuncheol lo observó confundido ¿Qué demonios acababa de decir? Sacudió la cabeza. De todas formas, no importaba lo que dijera. Seungcheol no permitiría que siguiera bebiendo, así que le quitó la cerveza que aún tenía en la mano, y tiró de él en dirección a la casa.

—¡Hey! —dijo Mingyu, al verlos marcharse.

Sus palabras sonaban igual de arrastradas que las de Jeonghan.

—¿Ya se van? —preguntó, en un coreano apenas inteligible.

—¡No! —dijo Jeonghan.

—¡Sí! —lo contradijo Seungcheol.

Mingyu los observó un instante, y una sonrisa macabra apareció en su rostro.

—Usen el cuarto de mis padres —dijo, guiñando el ojo derecho —, pero no hagan ruido.

Por enésima durante esa noche, el rostro de Seungcheol se encendió.

—¡No es lo que piensas! —exclamó —¡Sólo quiero que deje de beber!

Seungcheol observó a Jeonghan, esperando ver su reacción a las palabras de Mingyu, pero este se había distraído, y ahora estaba más interesado en una polilla que rondaba cerca de la fogata.

—¡Ah! ¿No? —murmuró Mingyu, con una mueca divertida en el rostro.

—¡No! —respondió Seungcheol —Jeonghan es muy malo bebiendo. Cuando se emborracha, él...

Su mente trajo de regreso el recuerdo de la primera vez que vio a Jeonghan en ese estado, y lo cerca que estuvo de besarlo. Ahora incluso sus orejas estaban coloradas.

—¡Ah! ¡Olvídalo! —dijo.

Y volvió a arrastrar a Jeonghan en dirección a la casa. El chico comenzó a protestar de nuevo, esta vez, en un idioma que Seungcheol no pudo identificar ¿Español tal vez? Jeonghan siguió bociferando en distintos idiomas, mientras era tirado por Seungcheol. Era una suerte que JeongJeong no estuviera con él, o Seungcheol habría muerto envenenado.

—La dejé en casa —dijo Jeonghan, cuando Soonyoung preguntó por ella —. El cambio de horario repentino suele desorientarla. No quiero que enferme.

CHARMED [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora