CHARMED [EN EDICIÓN]

Capítulo 43: La final

—¿Sucede algo? —preguntó Seungcheol.

Mingyu frunció los labios. Iban saliendo del campo luego del último entrenamiento antes de la final. Seungcheol notó la expresión seria en el rostro de Mingyu. Rara vez lo veía de esa forma, así que decidió esperar a que el resto del equipo se alejara un poco y preguntó. El chico lo meditó un segundo antes de responder.

—Estoy preocupado por ti —dijo finalmente.

Seungcheol alzó las cejas, confundido.

—¿Por mí? ¿Por qué?

—Mmm... me preguntaba si mañana serás capaz de jugar esforzándote al máximo.

—¿Por qué no lo haría? —preguntó Seungcheol, aun más confundido.

—Bueno, ahora que tú y Yoon están en planes de salir, pensé que eso podría afectar tu rendimiento.

—En realidad... ya estamos saliendo —dijo Seungcheol —. Le pedí que fuera mi novio y aceptó...

Sus orejas, rostro y cuello enrojecieron al máximo. Mingyu lo miró con la boca abierta.

—... pero sí, tienes razón —continuó Seungcheol —. También lo pensé —suspiró y se apoyó en su escoba —. No es que quiera dejarme ganar o algo así —dijo, serio —. Es sólo que cada vez que pienso en el partido de mañana, recuerdo lo que sucedió con los Wadell, y me asusta que ocurra de nuevo.

—Entiendo tu preocupación —dijo Mingyu, un poco más recuperado de la sorprendente noticia —. Sin embargo debes considerar algo importante: no somos ellos, y no tenemos intenciones de lastimar a Yoon.

—Lo sé, pero...

Suspiró de nuevo. Las palabras que Joshua le dijo la noche del accidente del menor de los Yoon vinieron a su memoria: "Cada vez que estás cerca de Jeonghan, él sale lastimado". De alguna forma, Seungcheol sentía que Hong tenía razón. Se le hizo un nudo en el estómago al recordar la imagen de Jeonghan cayendo de su escoba. ¿Y si Odair no lo hubiera atrapado a tiempo? ¿Y si la bludger hubiera golpeado su cabeza o su pecho? ¿Y si hubiera...?

¡NO!

Cerró los ojos tratando de alejar ese último pensamiento. Mingyu notó la angustia de su amigo. Alzó su brazo y posó su mano en el hombro de Choi.

—No te preocupes —dijo —, estará bien. Es rápido e inteligente ¡Mucho más que Soonyoung y tú juntos! —se burló —. Además, estoy seguro de que querría que dieras todo de tí.

Eso logró relajar a Seungcheol.

—Tienes razón —dijo.

A pesar de ser un año menor, Mingyu siempre tenía las palabras correctas para animarlo.

—Para eso están los amigos —respondió Kim.

Luego esbozó una sonrisa burlona.

—Pero si perdemos... ¡Le diré a Yoon sobre tus sueños húmedos con él!

—¡¿Qué? ¿De qué hablas?! —exclamó Seungcheol.

El rojo volvió a cubrir su rostro. La sonrisa burlona de Mingyu se ensanchó.

—¡No te hagas Seungcheol! ¿Crees que Soonyoung no me contó sobre tus....?

Alzó la mano y levantó el dedo índice mientras elevaba las cejas repetidamente. El rostro de Seungcheol se encendió aun más.

—¡Cómo si nunca te hubiera pasado! —exclamó, medio molesto, medio avergonzado.

—¡Ah! ¡Entonces lo reconoces! —dijo Mingyu, triunfal.