Capítulo 29: Un riesgo necesario

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Jeonghan, me gustas, me gustas mucho.

Jeonghan permanecía en el lúgubre pasillo, observando el camino por donde acababa de desaparecer Seungcheol. Las palabras del chico se repetían una y otra vez en su cabeza. Sin embargo, y por más que lo intentaba, no lograba descifrar el significado de las mismas. O más bien, no lograba descifrar lo que dichas palabras habían causado en él. No era la primera vez que un chico se le confesaba, más nunca se había sentido así ante una declaración de amor. Tenía el estómago apretado, su corazón latía rápido, y sus mejillas y orejas ardían. JeongJeong se movió bajo su ropa, inquieta debido al estado de su amo, quien experimentaba una mezcla de confusión, sorpresa, y nerviosismo. Una terrible ansiedad se apoderó de su cuerpo, y logró congelarlo.

Jeonghan, me gustas, me gustas mucho.

Habría permanecido en ese lugar durante el resto de la noche, si el Gran Reloj no le recuerda que ya pasaba de las ocho. Emprendió el camino hacia las mazmorras de forma automática, y al entrar a la sala común de Slytherin, se encontró con su hermano, quien lo esperaba sentado en el lugar de siempre. Eso lo puso aún más ansioso.

—¿Dónde estabas? —preguntó Tin, con el ceño arrugado.

—Ehh...

—Con Harrington —interrumpió la voz de Finnick, quien bebía una taza de té en otro de los sillones —. Le pedí a Jeonghan que le diera algunos consejos para el próximo partido.

Jeonghan observó a Odair, sorprendido ¿Estaba cubriéndolo con Tin? ¿Podría ser que Finnick supiera lo que acababa de suceder con Seungcheol?

—Ahh... sí... —farfulló Jeonghan —. Estaba con Harrington.

Tin los observó, desconfiado, más Finnick mantuvo su expresión impoluta.

—Deberías descansar —dijo, dirigiéndose a Jeonghan —. Necesito que te recuperes lo antes posible.

Jeonghan asintió, y antes de que su hermano pudiera decir algo más, dio las buenas noches, y enfiló a su habitación. Suspiró, aliviado y agradecido con Odair. Apenas entró a su cuarto, se dejó caer sobre su cama, y enterró el rostro en la almohada.

—¿Estás bien? —preguntó Jun, quien jugaba con Xixi en su propia cama —¿Sucedió algo? —agregó, al ver que su amigo permanecía en silencio.

—No preguntes... —murmuró Jeonghan.

En la sala común de Gryffindor, el ambiente era totalmente distinto. El equipo celebraba el triunfo de aquella tarde, y el asunto ya comenzaba a volverse caótico. Cuando llegó Seungcheol, Zed paseaba a Chan sobre sus hombros. El pequeño buscador llevaba una corona hecha de flores, cortesía de Soonyoung y su varita.

—¡¿Dónde estabas?! —preguntó este último, al ver a Seungcheol —¡Te has perdido la noticia del año!

—¿Qué sucedió? —preguntó Seungcheol, de inmediato.

—¡Chan tiene novia! —gritó Soonyoung, para hacerse oír sobre el ruido provocado por quienes celebraban.

—¡¿Qué?! —exclamó Seungcheol, sorprendido.

—¡Sí! —confirmó Soonyoung —. Nuestro pequeño Chan se armó de valor después de atrapar la snitch, y se declaró a la chica de Ravenclaw.

—¡Y no es el único! —dijo Mingyu, quien se había acercado —¡Vernon tiene novio!

—¡¿QUÉ?

—¡Es el amigo de la novia de Chan! —explicó Mingyu — ¡Nuestros retoños han crecido! —agregó, observando al chico que se alzaba sobre el hombro de Zed.

CHARMED [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora