𝐀𝐄𝐓𝐄𝐑𝐍𝐔𝐌 | ASOUE

𝓐𝓲𝓼𝓵𝓪𝓭𝓪

CHAPTER THIRTY—SIX

"Evil loop."

[⏳. 🪔. 🧱]

NARRADOR: LEMONY SNICKET

COMO YA SABRÁN, LA HISTORIA DE LOS Baudelaire, la joven Leroy y los Quagmire es una muy desafortunada y con giros dramaticos que no llevan a nada bueno, pero esta parte de la historia, es un tanto diferente; es oscura. Y sera vista desde el punto de vista de la niña Leroy, un hecho inolvidable en su historia, un tatuaje imborrable.

Despues de los sucesos en el hospital Heimilitch Alexia Leroy quedo en las garras del conde Olaf en donde su estadia fue todo menos agradable. Desearia poder cambiar todo lo que paso, todo lo que pasara... a mi sobrina.

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NARRADORA: ALEXIA LEROY

Hace 7 meses.

-Destornillador- me pidió mi papá, concentrado en arreglar el reloj de la sala que en vez de girar hacia adelante empezaba a retroceder, como si el tiempo no corriera en los absoluto

Yo se lo pase sin rechistar, pero demasiadas cosas pasaban por mi mente en ese momento como para prestarle atención. Estaba frustrada; hasta enojada.

El tendría que irse, otra vez. Siempre uno de los dos se iba, su trabajo los hacia marcharse lejos, y aveces ni siquiera respondían por más de 2 días.

Más últimamente, era extraño tenerlos a los dos cerca.

-Tu madre estara contigo, veras que en abrir y cerrar de ojos estaré de vuelta y podremos ir al cine. Se que hace tiempo deseas ir.— comentó mirándome pose encima de su hombro, con una sonrisa burlona y sus ojos con marcas debido a la edad

Me daba la espalda por estar concentrado en el reloj apoyado en su escritorio. Debió percibir mi silencio enseguida.

-Ya no tienen porque mentirme.— agregue sin mirarlo, con la mirada en el suelo mientras jugaba con un hilo que sobraba, sentí mis dedos hormiguear mientras lo hacía

Estaba sentada en el sillón que había comprado hace poco para su estudio, que en realidad era de todos.

-Yo no he mentido en nada.- agrego alzando las manos, como cuando las autoridades te atrapan haciendo algo malo y se volteo para mirarme por completo

Alce mi cabeza y le enarqué una ceja completamente seria. Él pareció confundido por un segundo, hasta medio sonriente al ver mi expresión. Aquello me enojo más.

-La ultima vez que viniste de "tu viaje de negocios."— señalé con ironía— llegaste con tu brazo sangrando desde el hombro hasta el antebrazo. ¿Contador?— una risa seca que solo trataba de ocultar mi preocupación constante resonó en el silencio de la casa— No quiere saber que seria de ti si fueras dueño de una empresa.