𝔻𝕚𝕠𝕤𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕄𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖 [Hanma Shuji x T/N]

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– ____. –El bicolor quiso romper el silencio pero al no recibir repuesta miró a la mencionada, sonrió un poco al verla completamente dormida en el sofá–. ____, despierta. –Movió un poco el hombro de la chica pero esta no despertaba–. Bueno, nada que hacerle. –Miró a su alrededor y sus ojos se iluminaron al encontrar lo que buscaba, al terminar de hacer lo que quería rio leve–. Los lentes y bigotes tampoco se te ven mal. Buenas noches. –Tomó sus cosas y salió del lugar para ir a su departamento.

Día siguiente.

____ se encontraba en el piso durmiendo, aunque su sueño fue interrumpido al escuchar el ruidoso timbre, había pasado toda la noche durmiendo en la sala y en algún momento pasó de estar en el sofá a estar en el piso. Se levantó del piso y caminó hacia la entrada, parecía un zombi, rascaba sus ojos con ambas manos en un intento de que se le fuera el sueño pero no funcionó. Abrió la puerta y vio a su vecino de espaldas, éste al voltearse y ver a la chica, se le escapó una risa al ver que aún tenía la cara rayada.

– ¿Seguías durmiendo? Vamos a llegar tarde, vete a arreglar.

– ¿Arreglar para qué? –Dijo aún algo dormida.

– Tenemos escuela. –Al pronunciar estas palabras la chica abrió sus ojos, dándose cuenta de la situación. Entró a su departamento, seguido de Hanma, para arreglarse. Primero se dirigió al baño aunque así tan rápido entró, tan rápido salió.

– ¡HANMA SHUJI TE VOY A MATAR! –Hanma solo reía mientras que era perseguido por la chica en los alrededores del apartamento.

– Ve a bañarte, aunque igual vamos a llegar tarde si no te puedes quitar la tinta del marcador de la cara. –Dijo afincando sus manos en una de las puntas de la mesa del comedor.

– Esto no se va a quedar así. –Hablé desde la otra punta de la mesa, estábamos frente a frente.

– Niña, has caso y ve a arreglarte.

– Tsk. –Caminé a mi cuarto, tomé otro uniforme, ya que había dormido con el de ayer así que no lo podría usar de nuevo y volví al baño para darme una ducha.

Luego de unos cuarenta y cinco minutos finalmente salí del baño, totalmente arreglada y con la cara libre de tinta de marcador, caminé a la sala donde se encontraba Hanma sacando un cigarrillo de su caja para encenderlo.

– ¿Quién te dio el permiso de fumar en mi casa?

– ¿Puedo?

– No.

– Aun así lo haré. –Encendió el cigarrillo y lo dirigió a su boca.

– Ya estoy lista, vámonos antes de que dejes el olor a cigarrillo en mi departamento. –Tomé mis cosas y salí del lugar junto con el alto.