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– ¡Maldita mocosa! ¡Abre la puerta! –Hanma tocaba furiosamente la puerta.

– No hay nadie, lo siento mucho, vuelva más tarde o no vuelva nunca. Gracias.

– ¿Crees que soy estúpido? ¡Abre la maldita puerta, imbécil! –Seguía golpeando la puerta hasta que vio como esta comenzaba a abrirse lentamente.

– Respondiendo a tu pregunta, no creo que seas estúpido, sé que lo eres. Ahora, ¿Puedes dejar de joder la existencia e irte a tu casa?

– ¿Ahora eres payasa? Me puedo ir a mi casa, claro, pero hay un problema. –Dijo mientras señalaba hacia la izquierda–. Vivo a tu lado, infeliz.

–... ¿No conoces dónde estén alquilando departamentos?

– ¿Qué, te vas a mudar? 

– Yo no, tú sí. –Salí de mi apartamento, Hanma se quitó de la puerta dejándome pasar. Mire la identificación del apartamento de al lado y efectivamente decía "Hanma"–. Joder, ¿Cómo no me di cuenta antes?

– Dejando eso de lado, ¿Quién te enseñó a pelear? –Se acercó a mi rostro y me miró.

– Qué asco, aléjate. ¿Es normal que busques temas de conversación con la persona que te golpeó?

– Solo quiero saber, eres la primera chica que veo que se puede defender.

– Esto me da la sensación de que te has aprovechado de muchas chicas inocentes. –Lo miré con una mueca y él sonrió.

– No soy ese tipo de delincuente. –Alejó su rostro del mío.

– Pero si eres de los que golpea por diversión, ah, sigue siendo patético si lo piensas. –Esta vez quien acercó su rostro fui yo–. Tal vez, yo también te golpee por diversión, ¿Te parece bien?

El pelinegro abrió un poco sus ojos asombrado y empezó a reír– Eres interesante, muy, muy interesante.

– Qué mierda, ¿No me digas que mis golpes te dejaron tonto? –Me alejé un poco de él, dejó de reír y me miró nuevamente pero esta vez fue una mirada completamente distinta, no pude evitar sentir algo de pánico.

– La persona que se divertirá golpeando a alguien voy a ser yo. ¿Quieres ser la primera? –Se calló al recibir un golpe en el estómago–. Maldición... Deja de golpear sin previo aviso. –Puso su mano en la zona golpeada.

– ¿Acaso los pandilleros piden permiso para golpear cuando pelean? Me voy. –Pasé por su lado para salir del edificio y caminar hacia el supermercado. Caminé unas dos cuadras hasta que ya estaba molesta de la presencia del otro, sin embargo no me detuve, seguía con mi camino–. Coño Hanma, deja de seguirme. ¿Quieres otro golpe?

– No te sigo, solo voy al mismo lugar que tú. –Hablaba mientras encendía un cigarrillo.

– ¿Estás de broma? Te dije que dejaras de fastidiarme, vuelve a tu casa. –Finalmente había llegado al supermercado entré y busqué lo que necesitaba. Al parecer Hanma se había quedado afuera o se había ido. Suspiré mientras esperaba que las personas pasaran hasta llegar mi turno de pagar, salí y miré alrededor, lastimosamente, él seguía ahí.

𝔻𝕚𝕠𝕤𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕄𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖 [Hanma Shuji x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora