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– ¿La otras bolsas qué tienen? –Bajó al felino para que conociera el lugar, aunque al estar en el suelo caminó hacia Hanma y pasó entre sus piernas.

– Compré algunas cosas para las dos bolas de pelos y para ti. –Sacó de las bolsas restantes tres correas, dos platos de comida y varios juguetes.

– ¿Me compraste otra cosa? –Miré entre las cosas–. No veo que pueda ser para mí, además... ¿Por qué tres correas? Son solo dos gatos.

Hanma rio maliciosamente mientras que dejaba en el piso el plato con comida para los dos felinos–. Tienes razón, hay dos gatos, la correa que sobra... Es para ti, ese es el otro regalo. –Tomó una de las correas, era de color negro e intentó ponérsela y lo logró ya que la chica estaba sumergida en sus pensamientos al escuchar las palabras del bicolor–. ¡HA! Te queda genial~

– Hanma... Eres la persona más valiente en el mundo en estos momentos. –Dije para luego quitarme el collar de gato y tomar una sartén que se encontraba en la cocina, el mencionado me miró con los ojos abiertos y rápidamente salió de la cocina seguido de mí.

– ¿¡ESTÁS LOCA!? ¡SI ME PEGAS CON ESO ME MATARÁS!

– Esa es la razón por la cual te quiero pegar con esto. –Dije con la voz ronca y algo agitada por perseguir al bicolor por todo el departamento. Durante nuestra persecución los gatos estaban jugando con unas cajas que se encontraron en la mesa del comedor, pasaron unos minutos y me cansé de perseguir a Hanma así que dejé la sartén en el piso y me tiré en el mueble.

– Te regalo un gato y así es como me agradeces, eres única. –Dijo el alto y se sentó en el suelo al frente de mí.

– Te agradezco lo del gato, pero no que me hayas puesto esa correa. –Lo miré de reojo y me acomodé en el mueble, me senté con las piernas cruzadas.

– ¿Cómo piensas llamarlo? Es macho. –Recostó su frente en mi rodilla derecha.

– Macho... Tal vez "Shun". –Miré en dirección a los gatos que estaban dentro de las cajas.

– Es mejor que "Peke J". Auch. –Lo callé dándole un golpe en la cabeza–. ¿Qué hicieron hoy? –Separó su frente de mi rodilla para verme a los ojos.

– Hablar, jugar, hacer karaoke, comer, lo normal. Haruki preguntó por ti y le dije que te habías ido en busca de la felicidad. –Reí leve–. El muy tonto me creyó y dijo que te odiaba porque no lo invitaste.

– Realmente es un tonto. –Seguía mirándola–. Mañana si irás, ¿Verdad?

– Tengo que ir, no quiero tener problemas. –Me levanté del mueble, tomé la sartén del piso y la lleve a la cocina.

– Mañana te estaré esperando a penas salgas de la escuela. –Dijo desde la sala.

– ¿Para qué? –No pude evitar sonreír un poco.

– Para venir juntos, aunque no vaya a clases no significa que te deje sola. –Dejó de estar en el suelo para caminar al comedor y jugar con los gatos.

– Eres una sanguijuela. –Saqué de la nevera dos botellas de agua y volví con Hanma para darle una, bebí un poco de agua para luego volver a hablar–. Mañana voy a salir con Chifu y sus amigos, dudo que podamos venir juntos.

– Entonces iré contigo. –Volvió a tomar un poco de agua, al terminar dejó la botella en la mesa y Shun empezó a jugar con ella.

– No te auto invites, si no tienes buena relación con mi hermano menos la tendrás con los chicos. –Miraba jugar al gato, luego me percaté de que Peke J se había quedado dormido, así que lo cargué y lo puse en la pequeña cama que tenía para él que se encontraba en mi cuarto. Me volteé para salir pero el chico que me había seguido me lo impidió.

– Voy a ir y punto, no te voy a dejar sola con puros hombres. –Su mirada era penetrante.

– Aunque vengas, tú sigues siendo un hombre. No cambias nada. –Sonreí al escuchar el pequeño gruñido que hizo Hanma.

– Voy por las buenas o por las malas pero de que voy, voy.

Suspiré–. A mí me da igual, solo que cuando los chicos, en especial Chifuyu; te empiecen a correr del lugar a golpes no quiero que te quejes. –Lo aparté del medio y salí de mi habitación para sentarme en el mueble y encender la televisión para ver una película.

Hanma también se iba a sentar a mi lado pero no lo pudo hacer ya que Shun, cuando iba pasando por el comedor, saltó encima de él. El bicolor se quejaba por los rasguños que le hacía el gato al intentar escalar su espalda, yo solo reía pero luego de recibir la mirada asesina de Hanma, me callé y lo ayudé con el felino, al quitarlo de su espalda Shun empezó a maullar; el alto me quitó al gato de los brazos y se sentó en el mueble con él en su regazo. Miré la escena por unos segundos hasta que Hanma me llamó para que me sentara con ellos. 

𝔻𝕚𝕠𝕤𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕄𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖 [Hanma Shuji x T/N]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora