𝔻𝕚𝕠𝕤𝕖𝕤 𝕕𝕖 𝕝𝕒 𝕄𝕦𝕖𝕣𝕥𝕖 [Hanma Shuji x T/N]

𝟙𝟘

Día siguiente.

– ¿Qué haces acá afuera? –Dije viendo al pelinegro que esperaba en el pasillo.

– ¿Estás lista? Si es así, vámonos. –Empezó a caminar.

– ¿Tan emocionado estás por golpearme?

– ¿Se me nota mucho?... ¿Ya comiste?

– Aún no he desayunado. –Saqué de mi mochila un manga y comencé a leer mientras caminaba.

– Perfecto, te invito a comer, así serán tres golpes. –Sonrió.

– Es comida gratis así que acepto, igual mi cara ya está arruinada.

– ¿Crees que la mía no? Alguien se emocionó golpeándome.

– No lo culpo, tienes un rostro golpeable. –Hablaba sin separar la vista del manga.

– Actúas, peleas y eres otaku, que combinación tan rara.

– Cállate.

– ¿Qué lees? –Miró por sobre mi hombro el libro que traía en mis manos.

– _____ (Manga que se te dé la gana xd)

– Oh, sé cuál es.

– Un pandillero otaku, es la primera vez que escucho eso. Puede ser algo interesante.

– Yo no, idiota, los de mi clase hablan a veces de eso.

– Ajá, claro, ¿A dónde vamos a comer? No quiero llegar tarde.

– Cerca de la escuela hay un restaurante que vende pancakes como desayuno, ¿Quieres?

– De acuerdo.

– Entonces cuatro golpes.

– ¡Ah cómo chingas! –Dejé de lado mi manga y lo miré.

– Son caros, así que te aguantas. –Sonrió victorioso.

Después de caminar por media hora llegamos al lugar, entramos y nos sentamos en una de las mesas apartadas de los demás, de inmediato llegó alguien a atendernos.

– Buenos días, ¿Qué desean ordenar el día de hoy? –Sonrió amablemente la chica.

– Solo unos pancakes.

– Espera. –Hanma me miró curioso–. ¿Usted qué recomienda?

– Oh, bueno, para ustedes... Tal vez el especial con 60% de descuento de desayuno para parejas. –Al escuchar esto no pude evitar sonreír.

– ¿Oíste eso, amor? –Miré amenazadoramente al pelinegro que se encontraba sentado al frente de mí–. ¿Qué tiene de especial?

– Son pancakes acompañados de crema batida, fruta, helado y una merengada, estos dos últimos, del sabor que deseen.

– Me parece perfecto, ¿Y a ti, amor?

– Igual, cariño. –Dijo algo molesto.

– De acuerdo, enseguida se los traigo, ¿De qué sabor?

– El helado de ___ y la merengada de ___.

– Entendido. –La chica hizo una leve reverencia y desapareció de nuestra vista.

– ¿Qué pasó con el odio que me traías, cariño?

– No me vuelvas a decir así, es repugnante. El odio sigue, solo que hay prioridades a veces. Además, dijo que era un 60% de descuento, ¿No te parece mejor?

– Supongo. –Suspiró–. Ahora quiero que sean cinco golpes.

– Deja de joder tanto. Cuatro y listo. –Continué con la lectura de mi manga–. ¿Qué hora es?

– Las 8:30 aún hay tiempo. Olvidando eso, ¿Cuándo te puedo golpear? –Recostó parte de su cuerpo en la mesa mientras que su cabeza era sujetada por su mano derecha, dejando ver uno de sus tatuajes.

– Cuando se acaben mis clases. –Miré rápidamente al contrario y seguí con lo mío–. ¿Qué significan tus tatuajes?