V e i n t i o c h o

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— El mirador —

Era un día casi perfecto.

Todos tenían una extraña mezcla de felicidad y nerviosos por el festival aunque quizá, aquellos sentimientos eran producto del pequeño "desastre" de la tan dichosa obra. Aún así, la mayoría de alumnos en el club, en especial aquellas que participarían esa noche estaban relativamente tranquilas.

Pero, cierto joven no se sentía de la misma manera.

Había pasado una noche entera dando vueltas en su cama, esperando inútilmente conciliar el sueño, todo gracias a la ansiedad que le provocaba perder la estabilidad que había formado a lo largo del tiempo.
Haciendo también que la seriedad y calma que tanto lo caracterizaban en situaciones como esa, brillaran por su ausencia, dejando entonces, sentimientos negativos que se habían acumulado como una bola de nieve.

Louis se sentía fatal.

Aún así, tuvo la fuerza para levantarse e ir directo a su club, con la esperanza de distraerse. Realmente sentía que estaba equivocado.

—Podríamos irnos veinte minutos más tarde—habló Sanou mirando con atención el papel que tenia entre manos—, ¿no lo creen?

—¿Hay una razón en especial?—preguntó casi de una manera severa, de brazos cruzados y con una mirada inexpresiva—

—Las decoraciones más importantes ya están puestas, Louis—replicó el pelícano algo extrañado por tal actitud—, lo demás puede esperar.

—¿Ya están puestas?—cuestionó sorprendido—¿a qué hora fueron?

¿Tanto había perdido el sentido?
Había olvidado algo tan simple, que sólo le quedaba fingir que no tenía idea de nada.

—El meteorito y las decoraciones del parque se pusieron desde muy temprano—respondió Dom ante una incrédula mirada contraria—, incluso llamamos a algunos alumnos fuera del club para que nos ayudaran.

—Oh—respondió casi en un susurro—, supongo que lo veré más tarde.

Replicó sabiendo que, lo mejor iba a ser tomarse un momento para respirar con tranquilidad, estaba siendo tan descuidado.
Aunque sí, quería verlo, quería preguntarle y por fin terminar con todo ese tonto episodio.

Pero no quería perder la compostura.

—Puedes ir antes de que el festival comience—exclamó Dom con una sonrisa—, deberías descansar un poco más—replicó—.

—Estoy bien, gracias—contestó serio, ciertamente molesto por el comentario—.

—Perfecto.

( . . . )

—Más a la derecha—dijo la joven con una mano en el mentón de manera pensativa—¿tú qué crees?

—Sí, más a la derecha—respondió el joven en la misma posición pensativa que ella—.

—¿Quieren que me caiga?—se quejó el lobo, quien sostenía una flor de papel para colocarla en un árbol del parque—

—Querías que te ayudáramos, ¿no?—bromeó Haru haciendo reír a Jack—, deja de quejarte y mueve la silla, bobo.

—Este es tu castigo por levantarnos a las seis de la mañana—completó Jack con una sonrisa—, vamos, te ayudo.

—Honestamente—exclamó de nuevo la conejita mirando al rededor—decoraron mejor de lo que esperaba.

—Gracias—sonrió con orgullo—, yo colgué todas las luces.

𝘾𝙖𝙘𝙚𝙧𝙞́𝙖 | 𝗟𝗼𝘂𝗶𝘀 × 𝗟𝗲𝗴𝗼𝘀𝗵𝗶 | 𝗕𝗲𝗮𝘀𝘁𝗮𝗿𝘀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora