C A P I T U L O 14

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(Canción en multimedia: Exo -Sabor A Ti)

Los invitados sonreían alegres al verla caminar y Dayeong no podía sentirse más feliz al ver a sus seres querido acompañarla en un día tan especial. Aunque intentará saludar a los presentes, sus ojos no podían despegarse de su prometido.

Al llegar al altar, soltó el brazo de su hermano y Yoongi tomó sus manos. Miró al novio antes de hablar -¡cuídala mucho Seojoon! —volvió a ver a su hermana —te estoy entregando lo más preciado que tengo en la vida.

Dayeong rio y golpeó el brazo del castaño, sintiendo sus ojos picar —me harás llorar y arruinaré mi maquillaje —abanicó su rostro.

—te vez perfecta —halagó, besando su frente —te mereces toda la felicidad del mundo —levantó las manos de la castaña y besó su dorso —por favor noona, se muy feliz.

No pudiendo aguantarlo, se lanzó a los brazos de su hermano y derramó un par de lágrimas traicioneras que cuando se soltaron se encargó de limpiar con cuidado.

Yoongi se alejó y se sentó junto a Jungkook. Seojoon tomó la mano de su prometida, dejó un beso en el dorso y ambos giraron hacia el cura.

—damos comienzo a la ceremonia -habló el padre —hoy estamos reunidos aquí para unir a esta bellísima pareja, Dayeong y Seojoon en sagrado matrimonio —continuó con su discurso hasta que llegaron los votos.

—yo, Min Dayeong —comenzó tomando el anillo que Lía le ofrecía en su canasta —te tomó a ti, Park Seojoon como mi esposo para amarte, respetarte, acompañarte en las buenas o en las malas, de preferencia que sea en las buenas —aclaró, escuchando la risa colectiva de los presentes -estaré contigo en la salud y la enfermedad, trataré de mejorar en la cocina para al menos lograr hacerte el desayuno —sonrió en grande —y prometo amarte con todas mis fuerzas hasta mi último día —y deslizó la sortija dorada por el dedo anular del hombre.

—yo, Park Seojoon —tomó el otro anillo —te tomo a ti, Min Dayeong como mi esposa para amarte, respetarte, estar contigo en las buenas y en las malas, dejar que me lances un zapato cuando sin querer comí algo tuyo —rio acompañado se los demás —cuidarte en la salud y en la enfermedad, aún así si tengo que salir en la madrugada por tus dolores —sonrió —prometo que te amaré como la primera vez, cuando eras una niña torpe e impulsiva pero con un gran corazón —rio divertido —siempre me salvaste y hasta el día de hoy lo sigues haciendo por lo que te amaré hasta mi último día de vida —y sin más, deslizó la sortija en el dedo a fumar de la castaña.

—por el poder que me da la sagrada iglesia —dijo el cura —los declaro marido y mujer, puedes besar a la novia.

Seojoon se acercó, rodeando con sus brazos la cintura de su amada y unió los labios de ambos. Se fundieron en su burbuja, donde la calidez y el amor predominaba.

Los aplausos y las fotos no se hicieron esperar. Poco a poco los invitados fueron saliendo y cuando llegó el turno de los novios, les lanzaron pétalos.

—los veo en el salón —grito Dayeong caminando con ayuda de su esposo.

—manejen con cuidado —habló Seojoon en broma, abriendo la puerta para su esposa. Rodeó el auto y subió para que al segundo el auto arrancara hacia donde sería la fiesta.

—¡por dios! —dijo exhausta —me duele la cabeza de la cantidad de invisibles que me pusieron.

La gruesa risa del pelinegro invadió el auto, tomó la mano de la castaña y la besó —te vez tan hermosa —sonrió como tonto —definitivamente me casé con la mujer más bella de Coreo, mejor dicho ¡la mujer más bella del mundo!

El Tiempo Que Me Debes (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora