Yo sólo quería seguir mi sueño de vivir en Francia y hacer mi vida fuera de mi ciudad natal. Y lo logré, logré salir de Colombia, logré estudiar fuera y fui demasiado feliz.
Pero en algún momento del camino las cosas comenzaron a salir espantosament...
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Alguien estaba golpeando la puerta y yo quería golpear a la persona que lo hacía, no comprendo cómo se atreven a interrumpir mi sueño. Anoche me dormí tarde por pensar estupideces y estoy segura que no son ni las nueve de la mañana.
Me levanto de la cama con pesadez y al abrir la puerta me doy cuenta de que es mi hija, tiene la pijama y arrastra consigo una pequeña manta y pollo está a su lado —Ah, eras tú — digo y le doy la espalda mientras camino hacia la cama de nuevo, escucho como cierra la puerta y le hago un espacio a mi lado para que se acueste, tras unos segundos de quejidos finalmente se sube a la cama y siento a pollo acostarse a mis pies. Y perfectamente todo pudo terminar ahí y ambas pudimos regresar a dormir, pero eso está en mis planes, no en los de mi hija.
Nathalie se sube en mi vientre por lo que me veo obligada a abrir los ojos y mirarla. —¿Qué haces? — le pregunto en español.
—Mama, no tengo sueño — me responde en francés.
—Muy bien, entonces no duermas, pero deja dormir a mamá — le digo y cierro los ojos de nuevo.
—Que no — dice y me da un par de golpes en el estómago.
—Nath, en serio quiero dormir, juega con algo — le digo de nuevo pero ella otra vez no está conforme con lo que digo y en menos de lo que espero me da otro par de golpes en el abdomen.
—No — dice y me da golpes de nuevo.—Mama levántate — pide de nuevo con sus golpes y yo siento que voy a explotar.
—¡Nathalie Mbappé es la última vez que te digo que voy a dormir! ¡Más te vale que no sigas molestando! — le digo en un tono brusco y molesto, no estoy segura de cuál es mi expresión facial pero sí sé que la he asustado y ella comienza a llorar.
No me gusta que Nathalie llore y mucho menos que llore con lágrimas, pero llegan momentos en los que me molesta demasiado que actúe así y sé que fui yo quien la acostumbró a tener todo lo que ella quiere y a dejar de lado las cosas cuando ya no las desea más, pero realmente me molesta mucho cuando toma esa actitud de forma demasiado persistente.
—¡Charles! — lo llamo por encima del llanto de Nathalie. —¡Charles! — lo llamo de nuevo —¡Charles! — y de nuevo —¡CHARLES! — esta vez grito más fuerte.
—¿Qué pasa? — aparece él por la puerta.
—¿Te la puedes llevar? — le pido, él observa a Nathalie llorar y luego me ve a mi.
—Andre, creo que quiere estar contigo, si no ya se hubiese bajado hace mucho — me asegura y por la mirada que pone Nathalie sé que así es, que lo que espera es que yo la cargue y me quede jugando con ella, pero realmente no quiero jugar, no quiero hacer nada con ella ahora.
—Llevatela — le pido.
—Andre...
—Por favor — él suelta un suspiro y luego lo escucho intentar cargar a Nath pero ella se sacude sobre mí.
